Feliz cumpleaños Eridan

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- Una ultima cosa - me dijo Severus antes de entrar al recinto - En el mundo muggle soy conocido como Sam Prince utilizó el apellido de soltera de mi madre.

-¿ Y eso porqué?

- No soy el único mago que negocia con no mágicos.

- Entiendo - contesté divertida - a mi llamame Elizabeth Evans.

-¿Evans?- pude notar como su mirada ensombreció por un instante.

-Supongo que yo también puedo usar el apellido de mi madre - Severus me besó con dulzura y agarró mi mano para entrar en el edificio.

- Sam Prince y acompañante - le dijo Severus, con su habitual tono perdonavidas, a un hombre que custodiaba la entrada a un gran salón.

-Aquí están - contestó el portero mientras escribía algo en una especie de pergamino - disfruten de la noche - añadió haciéndose a un lado para que pasaramos.

- Todos te miran - susurró Severus en mi oido - pero solo yo puedo tocarte.

- ¿Eso te excitado Severus? - pregunté insinuante

- Sam- me riñe - todo lo que tenga que ver contigo me excitado.

- No todos me miran.

-Estas preciosa mirate - se paró conmigo frente a una pared de espejo -¿lo ves?

Aquel vestido me quedaba espectacular. Era de palabra de honor pero con escote en forma de corazón que marcaba y embellecia mis pechos. Muy ceñido, y largo hasta los pies. Con una atrevida raja en el lado derecho que llegaba tan arriba que enseñaba toda mi pierna y cuando digo toda es toda. El pelo lo deje suelto y ligeramente ondulado y el maquillaje que elegí era suave pero resaltando los ojos con una sombra oscura.

Seguimos andando hasta encontrar la mesa que tenía unos cartelitos con nuestros nombres en frente, vimos a un señor canoso pero atractivo acompañado de una mujer rubia de unos cuarent años un poco rellenita.

- Señor Prince - dijo el hombre levantándose y acercandole la mano con cordialidad.

- Señor Waldorf- Severus estrechó su mano - Señora Waldorf - dijo mirando a la mujer rubia a quien también se acercó y estrechó la mano.

- Dejenme presentarle a mi acompañante la señorita Elizabeth Evans.

-Mucho gusto - contestó el hombre desviando por un momento la mirada a mi escote - Muy guapa señor Prince.

-Y muy joven- añadió la mujer mirándome de arriba a abajo.

Nos sentamos y los demás miembros de la mesa empezaron a aparecer, todos conocían a Severus y todos parecían respetarlo y tratarlo con cordialidad. Me sorprendí muchisimo de esta nueva faceta de el que acababa de descubrir, parecía uno de ellos, hablaban entre ellos de cosas de las que ni siquiera sabía el significado, yo me limitaba a comer y escuchar las conversaciones.

- ¿Y usted a que se dedica señorita Evans? - preguntó una de las comensales.

- Ella estudia - se apresuró a decir Severus - en la universidad - yo lo mire extrañada sin saber que era una universidad.

- Déjela responder a ella - dijo ahora uno de los hombres - ¿Y que estudia?

- Pociones -dije muy segura.

-¿Pociones?- preguntó el hombre extrañado.

- Química - dijo de golpe Severus - estudia química en Oxford, es una joven promesa que estoy vigilando muy de cerca.

Loco por EridanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora