Yo no cuadro.

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Despierto confundida y me voy a la cama muerta de resignación.

De menos debería estar sorprendida, incluso cuando siempre ha sido de esta manera. Podría pensarse que a este punto ya me habré acostumbrado, pero, hay algo que no cuadra.

La típica ansiedad escurridiza está presente, vaga corriendo por los pasillos pisando cuadros, pintando las paredes con las uñas. También se nota la presencia de don ego, que por cierto viene más inflado que otras veces, al parecer tuvo unas buenas vacaciones. Ataraxia se da unas vueltas por aquí muy seguido, nunca se queda, pero siempre deja un desastre de acuarelas en el ático, y por su puesto está la pobre de razón, aquella pobrecilla a la que le toca limpiar las barbaridades de todos sus vecinos.

Todo pareciera estar en su lugar, y todo debería seguir su acostumbrado curso, sin embargo, hay algo que todavía no cuadra.

Al fondo del pasillo negro, ese que está en el último piso, el que carece de bombillas -de ahí su animoso apodo-, hay una puerta de cerradura y bordes plateados que se rehúsa a abrirse. He intentado ya con todas las llaves que tengo y los hombros me quedaron todos amoratados de tanto empujar. Lo más curioso es que, detrás de ella no alcanzo a escuchar nada. Quiero decir, detrás de todas las puertas que hay en este manicomio hay un sonido característico, quizás una melodía, a veces un grito amargo, pero del otro lado de esta puerta hay silencio absoluto.

He mirado a través de la cerradura, pero lo único que inunda mis ojos cuando miro dentro es una especie de viscosidad negra que ocasionalmente brilla como si del mismísimo universo se tratase, y mira que no hablo de un universo frío y vacío, me refiero a un universo lleno de colores y luces estruendosamente cegadoras. Además, dentro huele a galletas y a sábanas usadas.

Algo aquí no cuadra, alguien en esta mansión de locos dejó entrar a un nuevo residente sin avisarme, ahora la casa está saturada, la rutina anda patas arriba y yo duermo todas las noches frente a la puerta bloqueada.

Algo no cuadra, aquí ni en ningún lado.


Resumen de lo gris.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora