¿Y qué pasaría si todo lo que he dicho hasta ahora no fuera verdad?
¿Qué pasaría, si te digo que aún no lo supero, que le sigo temiendo a la oscuridad, que la cuerda sigue colgada o que el grifo de agua sigue abierto?
Ayer caminé erguida, orgullosa, le grité al mundo que era la reina de mis propios pasos. Ayer mis ojos escupían fuego y mis letras quedaban plasmadas en las paredes con cada pincelada. Ayer juraba ser invencible, bailaba sobre mi propia tumba y me revolcaba en mi propia sangre. Ayer la respiración tenía pinta de dulce libertad.
Hoy, hoy me encuentro aquí sentada, arrumbada en una esquina temblando, tal vez de frío, o quizás de miedo. Esta noche me cuestiono el por qué aquel futuro, por qué pensar razonablemente, por qué encender las luces, por qué tus ojos.
¿Por qué se estremecen mis huesos? ¿Por qué sigo la corriente? ¿Por qué vivir y no morir?
Hoy me hundo centímetro a centímetro, sin la más mínima necesidad de agitar los brazos y buscar aire. Hoy siento que caigo en picada libre pero nunca logró tocar el piso. Hoy mi piel se torna negra como la de aquel hombre, se pudre y no puedo detenerlo.
Ayer tocaba el color azul con las yemas arrastrándolas coquetamente, giraba y me regocijaba sobre él sin si quiera tocar la superficie. Hoy me encuentro enterrada hasta la barbilla en viscosidad marina que aprieta mis pulmones y los llena con intención de reventarlos como globos baratos de fiesta.
Me he apagado tan pronto como me encendí, y no tengo ni la menor idea de cual charco pisé.
Honestamente, sin juicios ni amabilidad de la que me da ganas de volver el estómago, sin decapitaciones o palabras pintadas de rosa pastel, ¿Puede alguien decirme qué pasa cuando no sé qué pasa?
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Resumen de lo gris.
De TodoCiclo sin orden aparente. Ojalá que te quedes hasta el final.