La vida sigue caminando, y yo, creo que yo me voy arrastrando.
Tantos libros a medias.
Tantos calcetines sin pareja.
Tantas palabras tendidas en el aire.
Hoy uno de los auriculares se suicidó.
Pobre inocente.
Aquella desgraciada va por ahí dando de brincos mientras yo le grito, mejor dicho, le suplico que vaya un poco más lento.
"¡MI ESPALDA YA NO ES LA MISMA!", chillo apenas cuando la voz se digna a cooperar, pero la infame, que digo infame, ¡insolente! sigue haciendole muecas al sol.
No la culpo, en absoluto. Yo haría lo mismo si fuera ella. El destino de todos pende de su dedo, y la niña solo quiere meter las manos al lodo.
Voy detrás de ti, apenas veo tu nuca, pero voy justo detrás de ti.
Quizás necesito librarme de algunas cosas en el camino, mi columna lleva tantos candados atorados en sus huecos que me es imposible ir volando igual que tú, pero eso no significa que no vaya a hacerlo en algún momento. No esperes perderme, porque no lo vas a hacer.
Esta anciana apenas esta es sus años de apogeo, y tu ya no eres la misma sombra misteriosa que solías.
Vete con cuidado, que no voy a dudar en empujarte a la primera oportunidad.
Y no, yo no voy a esperar por ti.
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Resumen de lo gris.
De TodoCiclo sin orden aparente. Ojalá que te quedes hasta el final.