Vamos por ti.

37 0 0
                                    

Cada vez hay más personas tristes. 

Están, por supuesto, los que se rehúsan a dormir por las noches, los que prefieren mantener los ojos bien abiertos, buscando algo que los haga entender los tan acostumbrados y voluntarios episodios de insomnio.

 Está la clase de personas que llevan adornados los ojos con agujeros negros, pequeños universos con estrellas apagadas esparcidas en sus curvas.   

 Aquellos que despiertan a la mitad de la madrugada cansados de correr en sueños. Hombres y mujeres, asustados, agobiados. 

Personas que lloran debajo de las sábanas y ahogan sus gritos silenciosos en las almohadas.

Hay gente llenando la falta de vida en sus pulmones con humo cargado de químicos y melancolía de la más barata. También hay gente enterrando malos ratos con mareas altas de alcohol, como conchitas arrastradas por las olas.

Están los que ensordecen sus sentidos con música, sordos con ruidosas cabezas.

Esos que se sientan a mirar como el aire mueve las delgadas hojas de los grandes arboles, siguiéndoles el ritmo con la respiración.

Hay quienes llenan su vacío sentimental con sabiduría universal, pero carente de propósito. Hay pequeñas personas, frágiles caminando por las calles arrastrando los pies, y con ellos sus esperanzas. 

Los que llenan hojas de papel con letras dolientes, y esos que hunden sus aturdidas mentes en pensamientos escandalosos.

Cada vez hay más gente como nosotros. 

Cada vez hay más poetas abstractos, la mayoría de medio tiempo.

Una disculpa por propagarnos tan rápido. 





Resumen de lo gris.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora