Tic, tic, tic.

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Me aterra pensar que todos los días la lista se hace más corta.

"Tic, tic, tic, ese es el sonido de tu vida acabándose"

¿Qué tal si es real? ¿Qué tal si la vida en serio se me está escapando de entre las manos? 

Todos los días me levanto intentando mantener los colores arriba, siempre negando lo que yo sé sigue ahí. 

No se ha terminado, eso lo sé bien; lo sé porque cuando abro los ojos en medio de la noche las sábanas me ahorcan y la cabeza me cuelga, como si mi espina ya estuviera cansada de soportarla. Se que no ha terminado, porque cuando pienso en lo que soy, lo que fui y lo que probablemente seré, las olas interminables de sal ahogan todo a su paso. Las esperanzas se mueven, pero siguen estando en el mismo charco en donde las dejé después de la última batalla que tuve con Alter.

Sé que no ha terminado, y no está cerca de hacerlo, pero sigo negandolo como si eso fuera a desaparecerlo. 

La verdad es que lejos de haber superado el capítulo, me encuentro enterrándolo en lo más profundo de mi mente. 

No quiero que salga, nunca.

Me aterra pensar que tarde o temprano asomará la cabeza y me dirá algo como: "¿Me recuerdas? Solíamos hablar todos los días". 

Algunas veces puedo escuchar su voz por encima de todas las demás, cuchichea cosas que no logro escuchar del todo, aunque realmente no necesito escucharlas, ya conozco las palabras, las he aprendido de memoria. Mis ojos buscan en los alrededores sabiendo de antemano que no voy a encontrar nada. Todo está aquí dentro, detrás de mis narices.

He sido lo suficientemente fuerte estas ultimas semanas, lo suficiente como para apartar la vista del piso cuando estoy rodeada de gente, pero ¿Cómo hago para que esa fuerza me acompañe cuando el mundo apaga sus sonidos? ¿Cómo hago para ignorar, cuando sé que todo lo que dice es real?

No quiero esconderme, ni quiero seguir corriendo, pero tampoco quiero volver a balancearme en la cuerda ni mucho menos dejar la llave del agua abierta. 

Lo que quiero, ahora y siempre, es mantener está sensación de alivio, alivio de despertar un día más, alivio de no haber dado todo por terminado.

Quiero seguir viviendo, incluso cuando me eso me hace desear morir un poquito todos los días. 

Todos sacrificamos algo con tal de sentirnos bien, y hoy yo quiero sacrificar mi escape fácil a cambio de intentarlo una vez más.

Quiero amar, quiero aprenderme las partes del encéfalo en una noche, quiero ayudar a alguien con esquizofrenia y quiero darle a mi hermano la mejor de las infancias. Quiero enorgullecer a mi madre y quiero tatuarme el hombro con las cosas que Joseph me enseñó. 

Quiero intentar todo una y otra vez hasta que sea capaz de conseguir al menos una. 

Puede que sea la próxima en la lista, puede incluso que la vida me sea arrebatada mañana por decisión de lo desconocido. Estoy consiente de lo efímera que es mi existencia, y ten por seguro que estoy aterrada de lo grande que son las cosas que están por encima de mi entendimiento.

No soy lo único complicado en esta y otras dimensiones, sin embargo voy a sacrificar hasta la última pieza de mí para lograr entender porqué estoy aquí, y que se supone que debo hacer con el tiempo que se me ha dado.

Incluso cuando el contador vaya en reversa, incluso cuando me encuentro más asustada que nunca.

"Tic, tic, tic, ese es el sonido de tu vida acabándose".

Lanza tu mejor golpe Alter, que hoy peleamos a muerte, como ayer, como mañana.

Como siempre.

Resumen de lo gris.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora