Capítulo 13

4.4K 303 5
                                    

Harek se giró hacia ella y la miró.

            -¿Estás herida?

            Meira no pudo evitar que el cuerpo le temblara y retrocedió.

            -No tenía que haber venido…

            -Meira, no te vayas…

            -Somos enemigos, sin mí, todos se echarán sobre ti, tu misión es conseguir la daga y matarme, y la mía, al contrario, matarte a ti. No tenías que haberme ayudado- dio otro paso atrás, quería llorar por todo lo que le pasaba por la mente y que no conseguía poner en orden.

            -Meira, espera, yo no quiero matarte, tú puedes matarme a mí si quieres pero yo no pienso matarte.

            -¡No!- exclamó llevándose las manos a la cabeza y se echó el pelo hacia atrás- ¿cómo puedes decir eso? Vine para aclarar las cosas, cumpliremos con el cometido que nos ha sido asignado y que gane el mejor.

            -Pues mátame ya.

            -No he traído la daga, no soy de las que clavan el puñal por la espalda.

            -Pues ve a buscarla, te espero aquí para que me mates.

            -Eres un asesino, mira lo que has hecho…- le indicó el cuerpo del vampiro exasperada- ¿por qué no conmigo?

            -¿Quieres saber por qué? Porque no te puedo sacar de mi cabeza, te imagino en mi cama, conmigo y no puedo hacerlo.

            Ella sintió que un calor se apoderaba de sus entrañas al oír esas palabras y recordó su torso desnudo en el probador, inmediatamente miró a otro lado para apartar tales pensamientos de su mente.

            -No podré matarte si no haces nada…- musitó.

            -Claro que puedes.

            -Mataste a mi padre sin piedad… estuve encerrada en un orfanato por ello y acabé en las calles, me he metido en una vida que no quiero por ti… motivos no me sobran y más sabiendo a todas las personas a las que fallo si no acabo contigo pero no mato por matar… yo mato a quien me ataca, por defensa.

            -Meira… sé lo que hice y no puedo remediarlo ya… el peligro ahora es Wulf, no yo… yo estoy prácticamente solo…- ella mantuvo la vista baja y guardó silencio ¿cómo haría algo que no quería hacer? Y más después de todo a lo que estaba desafiando al haberse escapado- sólo te pido que si quieres acabar con esto, hazlo ya… te lo suplico.

            -Aunque quisiera no podría ir matando a todos los vampiros de uno en uno…

            -Pero a mí sí, ese es tu destino…

            -Porque contigo se acaba todo… ellos viven como humanos y tú… tú…

            -Me clavarás la daga, volveré a ser mortal y finalmente moriré desangrado.

            -¿Es lo que quieres?

            -Antes que ser esclavo, sí.

            -Pero si tuvieras la oportunidad de no ser esclavo… de volver a tener el poder como antes…

            -Renunciaré a él, odio esta vida, son miles de años viendo como todos a tu alrededor mueren y no pueden hacer más que convertirlos.

Eterna OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora