Bien entrada la noche, Raznarok entró en su despacho y cerró con llave tras de sí. Inmediatamente se dirigió a su escritorio y abrió los cajones, uno a uno, alborotando el contenido sin dar con lo que buscaba. Sabía que ese día iba a llegar, ¿dónde demonios había metido las estacas que tenía de reserva? Frustrado se llevó una mano a la cabeza y trató de mantener la calma para poder pensar pero tenía la mente en blanco, nada se le ocurría. Sin saber qué hacer, se dirigió a la ventana, la piel se le erizó ante el frío penetrante que le invadió y presintió que ya le habían encontrado. Estaban allí. Después de todo, el pasadizo que llevaba a su despacho no iba a proteger siempre y lo más lógico es que ya hubieran dado con él. Entonces, se oyeron varios golpes en la puerta, la cual al momento se rompió en pedazos. Él no se giró, permaneció inmóvil mirando el reflejo de sus atacantes en la ventana. Estaba allí, personalmente y es que ¿cómo iba a dejar que lo matara uno de sus secuaces pudiendo hacerlo él mismo?
— Harek— murmuró y sonrió— ya pensaba que no me encontraríais nunca.
— Pues te he encontrado, Raznarok, se acabó el juego del gato y el ratón.
— Es una pena... me estaba divirtiendo mucho— dijo el hombre con calma y enlazó sus manos en la espalda.
— Dime donde está.
— En un lugar seguro... muy lejos de tu alcance.
— ¿Dónde?— exigió Harek.
Raznarok se dio la vuelta y clavó su mirada en la de su oponente.
— ¿De verdad esperas que te lo diga?— el hombre tenía el cabello canoso y el rostro surcado de cicatrices.
— Sería la última buena acción qué harías antes de morir y puede que hasta te perdone la vida.
En comparación con Raznarok, Harek era joven e imponente y poseía un hermoso cabello oscuro más una penetrante mirada de ojos verdes.
— Prefiero morir a darte la vida eterna a ti y a tus iguales, es más...— hizo una pausa y se acercó a las estanterías de libros, frente a su escritorio— lo que buscas, estará pronto en manos de alguien que sí cumplirá con el cometido que me fue encomendado... o por lo menos, espero que así sea.
— Tú lo has querido, amigo mío— dijo esto último con sarcasmo.
Raznarok metió la mano entre dos libros y sacó una estaca.
— Supongo que hasta aquí he llegado... pero no pienso morir sin luchar— entonces se giró y alzó la estaca en su mano para luego abalanzarse sobre Harek y sus compinches.
ESTÁS LEYENDO
Eterna Oscuridad
VampireUna chica huérfana que vive en las calles sin saber de su pasado descubre que es hija de un cazador de vampiros por que es secuestrada por uno de ellos. Él, es el rey de los vampiros, de sí depende la existencia de su raza. ¿Podrá ella acabar con e...