Capítulo 17

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            Pasados dos largos días de búsqueda y desesperación, las cazadoras no se daban por vencidas. Meira se mantuvo en casa de Max, aunque ya comenzaba a planear su marcha, no quería poner en peligro ni a Max ni a su madre. Así que esa tarde que se encontraba en el garaje ayudando a su amigo a limpiar el coche le comentó que a finales de semana, probablemente, debía largarse a otro lado.

            -Meira, no puedo dejar que te vayas…

            -Tienes que hacerlo…- le miró desde el otro lado del coche en lo que frotaba el parabrisas- no quiero que te hagan daño, bastante tengo ya.

            -¿Aún no sabes si estás embarazada?- ella meneó la cabeza en gesto negativo.

            -Y la verdad es que no sé si quiero saberlo…- se miró el vientre y suspiró.

            -Puedes abortar… sabes que es una opción…

            -Sí… antes que tener un vampiro es preferible esa opción…- sonrió con sorna y siguió limpiando.

            -No quiero que te vayas, Meira… aquí puedo vigilarte mejor, en cambio, si te vas… joder, llevo días dándole vueltas y quiero ser cazador…

            -Estarás de broma- Meira se detuvo y lo miró con una ceja enarcada.

            -No estoy de broma… quiero ayudar…

            -No sabes dónde te metes, esto no es tan divertido como parece.

            -Ya sé que no es divertido pero tu vida está en juego, te quiero como a una hermana y no pienso dejar que te pase nada.

            -Me halaga que así sea pero no podría dejar que te metieras en esto… ni siquiera yo misma me hubiera metido si no hubiera estado obligada.

            -Me haré cazador y no me lo impedirás…- dijo el chico. Meira le miró con el ceño fruncido cuando oyeron el ruido de un motor detenerse y varias voces femeninas, los dos miraron a la entrada del garaje.

            -¡Meira!- exclamó una joven dando saltos, que inmediatamente se abalanzó sobre la chica. Max se quedó perplejo.

            -Hanna, para- se oyó otra voz algo más apagada.

            -Pero…- Meira se había quedado sin qué decir, mirándolas- ¿cómo es que no has aparecido? ¡No debiste haberte manchado!- exclamó Hanna entre contenta y resentida. Max miraba a la chica fijamente, bastante sorprendido.

            -¿Cómo me habéis encontrado?- Meira miró tanto a Hanna como a Nitza y Ligna que se le acercaban.

            -Supuse que vendrías aquí- dijo Nitza que estaba bastante desmejorada desde la última vez.

            -¿Es que ha pasado algo?- notó preocupación en su tono.

            -Más de lo que imaginas- se apresuró a decir Hanna.

            -Atacaron en la guarida…- dijo Ligna.

            -Se llevaron a los chicos, incluido Yonath…- terminó Nitza.

            -No puede ser…- a Meira se le calló el alma a los pies.

            -Sí, así fue…- dijo Nitza conteniendo las lágrimas- él me pidió que te buscara…

Eterna OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora