Capítulo 14

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Harek había servido dos copas de champán y le dio una a Meira. Esta se sentó en el borde de la cama tras coger algunas fresas.

            -¿Quieres que pida nata o chocolate? Para las fresas digo…

            Ella mojó una de las fresas en el champán y le miró.

            -No te preocupes, con esto me basto…- mordió la fresa y se sorprendió del intenso y explosivo sabor que invadió su boca- nunca había probado el champán… pero me gusta.

            -No te me vayas a emborrachar- dijo él sonriendo y tomando de su copa. Ella sonrió ante su comentario y le indicó que se sentara a su lado. Él se acercó y se sentó donde ella le había indicado.

            -Nunca he estado con un hombre… de forma completa, ya sabrás a qué me refiero, así que vas a tener que tener paciencia o quizás incluso, te sorprenda- dio otro mordisco a la fresa con picardía.

            -Me gustan las sorpresas- dijo él mirándola fijamente mientras ella mordía la fresa. Meira le tendió el trozo que le quedaba.

            -Pruébala, me encanta el toque que le da el champán y ya si le incluimos que es afrodisíaca mejor que mejor ¿no?

            -A ver…- dijo él tomando la fresa- umm… delicioso…- ella ladeó la cabeza, mirándole, para ser un vampiro era encantador e increíblemente atractivo. Cuando iba camino del hotel con él, había temido incluso ese momento, pero ahora se sentía totalmente a gusto y capaz de todo. Sonriendo, se agachó y bajó la cremallera de sus botas- ¿te ayudo?

            -No… solo será un momento- lanzó las botas a un lado y otro sin miramientos y se incorporó- sinceramente… no creo que me acostumbre a llevarlas nunca- tomó un sorbo seco de champán y tosió varias veces, no era lo mismo acompañarlo con una fresa que solo. Harek se acercó a ella, rápidamente. Meira se echó a reír tras recuperarse- ¡Jesús!- siguió riendo- que fuerte…

            -Dame esa copa…- dijo Harek quitándosela- debí suponer que el champán era muy fuerte para ti…

            -¡Oye!- se mosqueó Meira y volvió a coger su copa- no creo que seas mi padre como para sobreprotegerme, me acostumbraré, es la primera vez que bebo.

            -Con más razón todavía- ella meneó la cabeza testaruda y fue a por más fresas- deja el champán, se un juego mucho mejor con las fresas- dijo él de repente. Meira le miró por encima del hombro mientras mordisqueaba una fresa- ¿te apetece jugar?

            Ciertamente intrigada, ella dejó la copa junto al bol de las fresas y se le acercó.

            -Sorpréndeme.

            -Desnúdate y tiéndete en la cama.

            -Que directo… así como si nada…- ironizó Meira.

            -¿Quieres que vaya lento? Muy bien- dijo él y la besó. Ella perdió toda toma de conciencia y se dejó llevar por esos labios expertos que se movían sobre los suyos.

            -Como se nota que no podías esperar…- consiguió murmurar. Él no respondió sino que siguió besándola con intensidad, lo que la embriagó, sumergiéndola en un deseo abrasador. Tan abrasador que le rodeó el cuello con sus brazos y sintió que un líquido se vertía en la palma de su mano. Abrió los ojos levemente y vio que había exprimido las fresas que aún sostenía, sin poderlo evitar sonrió contra sus labios. Harek puso las manos en el dobladillo de la blusa para subírsela. Meira sintió que el corazón se le desbocaba y su respiración se alteró. Guiada por impulso, apoyó sus manos en los hombros de él y se sentó a horcajadas sobre su regazo. Harek le quitó la blusa y despegó sus labios de los de ella para ir a su cuello, a ella le hirvió la sangre en las venas cuando sintió que sus colmillos rozaban la calidez de su piel

Eterna OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora