Capítulo 43

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Emily, luego de separarse de Seamus sonrió tiernamente.

-Ya... basta... tenemos que empacar... mañana temprano nos estaremos llendo- dijo ella viéndolo muy de cerca, ya que él la sostenía de la cintura pegándola contra su cuerpo.

-Uno más... esperé mucho para besarte... -dijo él ahora acercándose.

Pero ella le sonrió con picardía y con un rápido movimiento se safó de su agarre y se acostó en el suelo luego de un largo suspiro. Él la miró igual que ella lo había hecho antes.

-Hay que empacar... Ya basta... - dijo imitando la voz de ella y sonriendo.
Ella rió y se paró. Pero él le tomó la mano y girándola al quedar de frente, la besó. Al separarse, él sonrió con satisfacción y ella lo miró severa.

Al terminar de empacar las cosas se dirigieron a dormir. Ambos se arrojaron en la cama y se saludaron con un largo beso para después quedarse dormidos.

Thomas se despertó y vio que Lauren ya no dormía con él pero era un avance que estuvieran en la misma habitación. O quizás no era un avance y eso quería decir que todo se estaba desmoronando, y como ellos habían dicho que todo se terminó. Aunque él no quisiera y ella tampoco.

Amy se despertó y se acordó del mensaje de Tristan. Rápidamente, fue a su celular y lo leyó.

"El lunes te lo digo personalmente en el parque en el que estuvimos, ¿Te parece?"

"Claro, el lunes entonces".

Se levantó para acomodar todas sus cosas. Al terminar salió con su bolso y su mochila, preparada para el campamento.
Se escuchaba el alboroto del otro lado a la vez que se veía que todos corrían por la casa, desesperados. Una cosa por acá otra cosa por allá.

Todos estaban empacando y acomodando para que la casa no termine en un desastre.
-Ya llamé a Mandy, la vecina y me dijo que no hay problema con dejar a Cami en su casa-dijo Thomas colocando todas las cosas en la mesa.

Emily corría con los bolsos y se los dejaba a Thomas. Seamus le sonrió a Amy y le sacó el bolso de la mano y se lo pasó a Emily, para luego ir a la cocina y volver con una heladera pequeña con bebidas y algo de hielo.

Llegó la hora de partir. Tenían que ir en el auto de Thomas. Salieron con los bolsos en mano, cada uno con el suyo. Luego Emily entró y salió con la canasta y Seamus entró por la heladera pequeña. Acomodaron los bolsos en el baúl del auto y la canasta y la heladera bajo los pies en el suelo del auto.

Emily, al sentir inseguridad, volvió a entrar a la casa, solo para ver si había algo más, o algo que se les estuviera olvidando. Caminó por la planta baja; la cocina y la sala de estar. Nada parecía estar mal, y además ellos creían que no se olvidaban de nada. Apagó las luces y salió cerrando la puerta detrás de ella.

Subió al auto y salieron de ahí. Pensando en si había algo que se podían estar olvidando. Todos sentían que algo se olvidaban.

-¿Soy la única que siente que nos olvidamos algo?-habló Emily.
-No-contestaron todos.
-Creo que es algo importante- dijo Thomas y Emily asintió concordando con él.

Luego de unos segundos de silencio a Emily y a Thomas se les vino a la mente lo que se les estaba olvidando.

-Camila-dijeron los dos al unísono.

Los demás soltaron bufidos, alaridos y demás. Thomas al momento en el que pudo dio la vuelta hacia la casa otra vez. La habían dejado encerrada en la casa, ni siquiera la habían visto ese día. Al legar bajaron alarmados y rápidamente corrieron a abrir la puerta para encontrarse con Camila del otro lado llorando desesperadamente.
Thomas y Emily se abalanzaron sobre Camila y la abrazaron fuertemente, para calmar su miedo y desesperación. Al instante todos se abalanzaron sobre ellos y se unieron, formando un abrazo de muchas personas en donde Camila permanecía en el centro y los demás en círculo alrededor de ella.

-Perdón Cami-Emily se disculpó.
-Sí, perdón hermanita-se unió Thomas.
Ella asintió sobando su nariz y secando su rostro con la palma de sus manos pero a la vez siguiendoles el abrazo.

Emily le dio un golpe a Thomas detrás de la cabeza y rió.
-Cami, ve a buscar tus cosas- Seamus habló esta vez.
Asintió y subió en busca de su bolso, que era la mitad del tamaño del de los demás.

Al rato ya estaban viajando otra vez pero, a diferencia de la anterior vez, ya estaban tranquilos ya que Camila estaba en la casa de su amiga Carolina, y ya no estaba ese sentimiento de falta, que sintieron anteriormente.

Life strangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora