Capítulo 44

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Todos estaban distraídos, cada uno en su mundo y sumergidos en sus pensamientos. En el auto se percibía un silencio, pero no el típico silencio incómodo, sino un silencio del que nadie se percató, ya que todos estaban concentrados en lo que cada uno hacía. Thomas, manejaba atento al camino. Seamus, quien se encontraba de acompañante, miraba fijo a la carretera como si eso ayudara a Thomas. Lauren, quien estaba en el medio, miraba a Thomas en la manera particular en que manejaba. Amy que estaba al otro lado, en la ventana miraba hacia fuera pensando en lo que Tristan le diría.

-¿Alguien pone música?- dijo Emily elevando su espalda del asiento para poder acercarse a los chicos.

-¡Claro!- dijeron Seamus y Thomas al unísono y se giraron para verse.

-La vista al frente- gritó Emily al ver que Thomas fulminaba a Seamus.

Thomas volvió la vista al frente y Seamus puso música.

"Es un poco peligroso que Thomas maneje y que tenga a Seamus de acompañante" pensaba Emily.

"Tenemos que llegar antes de que mi mente explote de las ansias de lo que Tristan quiere decirme" pensaba Amy.

"Tengo que dejar de pensar en Thomas si es que quiero que todo se acabe entre nosotros" pensaba Lauren.

"Tengo que dejar de pensar en Seamus como alguien que pueda lastimar a mi hermana" pensaba Thomas.

"¿Qué puedo hacer para impresionar a Emi y para caerle bien a Thom?" Pensaba Seamus.

Después de un largo tiempo, en el que se cruzaban algunas palabras o se escuchaba las voces de todos ellos cantando las canciones que sonaban en la radio se les estaba por acabar el combustible. Por esa razón, pararon en la estación de servicios que vieron más adelante de donde ellos estaban.

Las chicas fueron al baño, pero Emily fue la única que se quedó. Ella odiaba ir al baño en esos lugares y estaba preparada para aguantarse. Entonces, ella decidió ir a comprar comida, ya tenía hambre. Entró a la tienda y a la vez divisó a un grupo de chicos, sentados comiendo en unas de las mesas. Pero ignorando a toda la gente que estaba ahí. Se dirigió hacia la parte de la heladera, la cuál tenía sándwiches y también estaba al lado de la mesa de los chicos.

Sentía las miradas de los 4 chicos, sobre mí. Una incomodidad se apoderó de mi sistema, haciendo que mi cuerpo tiemble por los nervios. Saqué los pensamientos de mi cabeza e intenté ignorar lo que fuera que pasara. Tomé los sándwiches y al verlos me miraban con picardía en sus ojos. Se escuchó un chillido de esos de los que te entremeses del miedo o de la vergüenza quizás. Pero seguí ignorando completamente a los cuatro bobos, idiotas, ineptos, y bueno... creo que se entendió.

Caminó hacia el mostrador para pagar los sándwiches. Todavía las miradas estaban en ella. Al instante, entró Seamus por la puerta y vio lo mismo que ella había visto. Las miradas que esos chicos posaban en Emily y los gestos y susurros que se podían escuchar.

Seamus se adentró en la tienda viendo fijo a esos 4 ineptos. Me tomó de la cintura sin sacar la vista de ellos. Sonreí para mis adentros.

Salieron de ahí con el orgullo en alto. Los chicos había dejado de mirarla. Seamus había pegado a Emily a su cuerpo y le había dado un corto beso. Sólo que Emily no había permitido que fuera más que eso. Ella no quería que la besara para provocar a los chicos.

Volvieron al auto, y se fueron para seguir camino. Llegaron luego de media hora más. Bajaron del auto y vieron que el autobús ya había llegado. Se podía venir en autobús, pero había que haberlo pagado casi un mes antes. Se dieron cuenta de que había mucha gente ahí. Muchos adolescentes armando carpas y rondando por todos lados. Les gustaba la idea de que vinieran muchos adolescentes para probar que pueden sobrevivir en la naturaleza, sin tecnología ni aparatos de electricidad para nada.
Emily bajó del auto y estiró todo su cuerpo a la vez que suspiraba con felicidad.
Seamus se acercó pero al escuchar cómo Thomas carraspeaba la garganta en señal de que estaba presente y no quería ver nada.

Comenzaron a bajar las cosas del auto y armando una carpa entre Seamus y Thomas y otra entre Amy, Lauren y Emily.

Lauren había cruzado miradas con Thomas cuando bajaron del auto, en el momento en que comenzaron a armar las carpas. Ella se había quedado viendo sus músculos tan formados debajo de su camiseta y luego de unos momentos se dio cuenta de que no debía mirarlo. Pero se estaba dando cuenta de que no iba a poder volver a sentir esos músculos cerca de ella y eso la aterraba.

Life strangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora