Una semana después...
Se encuentran, Emily, Amy, Lauren, Seamus y Thomas, festejando sus vacaciones cada uno en un sector del comedor de la casa de Emily y Thomas. Lauren y Amy descansaban en el sillón frente al televisor. Seamus y Emily se encontraban acostados en el piso, al costado del mismo sillón. Y Thomas estaba en el sillón del costado del televisor, el que era de un cuerpo, con ambos ojos cerrados y su rostro colmado en paz. Si seguía despierto, en poco tiempo no lo estaría más.
Las manos de Seamus y Emily estaban entrelazadas y se podía distinguir sus rostros llenos de felicidad. Amy y Lauren, sonreían viendo a Seamus y Emily, a la vez que susurraban cosas entre ellas y soltaban risitas. Todo parecía estar perfecto. Nadie prefería cambiarlo. Lauren seguía sintiendo cosas por Thomas y lo mismo le pasaba a él con ella. Pero ambos sentían que debían esperar a que las aguas fluyeran en diferente dirección. Esperar a que las cosas se dieran sin obligarlas a que sucedan. Claramente, no lo hicieron en un principio, pero luego que sus amigos, parientes, supieron que les pasaba a los dos, nada fue igual. Todo comenzó a complicarse entre todos ellos y aunque la ausencia del otro les doliera un poco, querían estar bien y probar con el parentesco de "primos" que solían tener.
En ese momento, el timbre de la casa retumbó en cada habitación, despertando a Thomas y exaltando a Seamus y Emily.
-Yo voy- dijo Emily levantándose de su lugar.
Caminó con decisión hacia la puerta y con la llave que colgaba de esta, introduciéndola en la cerradura y dando un giro a la llave, abrió la puerta y se encontró con un rostro desconocido para ella.
-Hola- saludó cordial. Todos miraban con desconfianza hacia la puerta. El ceño de Seamus y Thomas se veía fruncido.
-Hola, ¿Qué tal señorita?- dijo el hombre en la puerta- tengo una carta para este domicilio.
Ese fue el momento en el que entendió quien era. Dio una mirada rápida hacia atrás, donde se encontraban los demás y con una leve sonrisa volvió a mirar al hombre de unos veinticinco años aproximadamente.
-Necesito que firmes aquí- le indicó con su dedo índice.
Ella obedeció y cuando terminó sonrió mirándolo a sus pardos ojos. Ella no se había fijado en el aspecto de él. Llevaba un pantalón y camisa levemente ajustados de color turquesa y llevaba un prendedor del mismo color con unas siglas dentro. Su pelo era oscuro, casi negro y estaba peinado para el costado derecho algo revuelto. Tenía la piel solo un poco bronceada, pero el turquesa de su ropa le sentaba muy bien a su color, resaltaba su piel y sus ojos. Él le devolvió la sonrisa a ella, mostrando sus dientes blancos y perfectos. Parecía que cuando sonreía contagiaba sonrisas a quien lo viera. Emily, agradeció con su dulce voz y el hombre solo asintió sonriendo otra vez. Ella cerró la puerta y sintió algo fuerte en su interior, que no sabía como nombrarlo, si un presentimiento, un vacío en su interior o cual fuera eso que le hizo suspirar y mirar lo que ahora tenía en sus manos.
Caminó hasta el sillón con una sonrisa donde permaneció sin moverse parada a un costado de este, pensando quien mandaría una carta para cualquiera de ellos. Primero, la giró, dándola vuelta para saber a quien iba dirigida o de quién era. Y solo decía:
"Para Emily y Thomas"
-¿De quién es?- preguntó Thomas con los ojos abiertos que asombraba su expresión y hasta daba gracia verlo así.
-No lo sé- respondió ella con inquietud. Ya comenzaba a sentir nervios, no sabía quien podría mandarles una carta a los dos. Además de que siendo una carta, sería raro que fuera algo sin importancia, no tenían a nadie que no pudiera hablarles por mensaje de texto a algo así. Simplemente se comenzaba a inquietar de saber quien les mandaba una carta.
Por esta razón no quiso hacer esperar más y la dio vuelta para abrirla.
Holaa
Primero, perdoon por no subir.
Segundo, vengo con todas las pilas para subir mas seguido.
Tercero, pienso subir caps mas largos.Las quiero