Capítulo 1

201 6 1
                                    

Sentí como mi mamá hablaba con mi papá, se que es feo no tener padres pero igual a veces no los soporto. Ahora el problema es el colegio, tengo que asistir. No me gusta, lo odio mucho.

Me levanté con los ánimos por el piso. Busqué el uniforme de la escuela y me lo puse. Bajé a la cocina...

-Hola!- me dijo mi papá.

-Hola- le respondí con el mismo tono, tratando de no hacer notar mi mal humor para nada.

Sin decir nada tomé mi café, y me terminé de alistar.

Cuando llegué, encontré a Rachel. Siempre al verla me recuerda cuando la conocí, a los 11 años, al mudarme, una nueva vida.

-¡Hola!- me sobresalte al escucharla.

-¡Hola!- le respondí exaltada.

Soltó una carcajada que me contagió.

-No quería asustarte, pero fue gracioso-

-Siempre con el gran humor tuyo, contagiando- dije sarcástica.

-Hoy no tengo mal humor- me dijo, sin notar el sarcasmo.

-Lo sé, era sarcasmo- le dije obvia y comencé a reir y ella se contagió.

Cuando me mudé, desde Neuquén a Buenos Aires, el cambio fue completo; casa, escuela, amigos, auto, mucho cambio.

Yo vivía en una casa chica pero acogedora y no estaba acostumbrada al calor que hacía acá. Todo era diferente. Tenía dos vecinos, que eran mellizos, una chica de mi edad y un chico de un año más que nosotras. Eran mis amigos de toda la vida, bueno de 5 años juntos, nos conocíamos como si fuéramos hermanos, pero ellos vivían junto a sus abuelos y yo junto a mis padres y hermanos. Pero eso ya era historia.

Tocó el timbre y nos pusimos a formar.

Sentía un presentimiento de que algo iba a pasar, y me daba miedo.

-¡Buenos días estudiantes!- dijo el director tratando de que todos se callaran de una buena vez. A lo que rodé los ojos, pensando en lo que más odiaba del colegio. A LOS ESTUDIANTES. Excepto, a mis amigas, claro. Justo en ese momento llegó mi BFF, llegaba junto a otra amiga, Sam, como solíamos llamarla. Nuestro grupo estaba compuesto por 6 chicas (Lind, Sam , Mered, Kim, Rach y yo Em), hasta que un incidente arruinó nuestra amistad con una de ellas.

-Hola!!! Rubia.. Em, Emii..- logré reaccionar ante los gritos de mi mejor amiga

-Hola, perdón..- dije con una leve sonrisa, ocultando mi tristeza tras ese incidente, que como todas sabían, me dolía mucho.

-¿Está todo bien?- preguntó Sam a su lado.

-¡Si!- dije con una gran sonrisa, como siempre que estaba con ellas.

-Bueno, nos vemos en el recreo- dijo caminando a donde estaba su curso.

Ella es mayor que nosotras, al igual que Mered. Así que siempre estábamos juntas en el recreo.

Mi curso comenzó a caminar hacia nuestro aula con el profesor adelante, nuestro tan querido profesor Charles. Él era el profesor de literatura, y era uno de los mejores profesores, era callado y algo tímido con nosotros pero era un gran profesor y yo por lo menos lo quería.

-¿En qué pensabas?- mi amiga saltó de atrás mio.

-En nada solo que estoy algo cansada- me excuse.

Entramos al aula, y el profesor comenzó a tomar lista, éramos el curso más grande, 40 personas. Si, un curso grande, pero ya estábamos en el ante último curso para terminar con el sufrido año, colegio, compañeros. Y mi vida seguía igual. Después de 2 horas de literatura, sonó el timbre tan esperado por todos.

-¡Hola!- grité al ver a Sam con Mered, pero al instante borré mi sonrisa.

Nos acercamos y las dos nos saludaron con un caluroso abrazo.

-¿Cómo andan?- dije sin dejar de prestar mi atención al momento.

-¿Bien y vos?-me dijo Mered con su gran sonrisa característica.

-Bien- contesté de la misma manera y con una gran sonrisa.

Al segundo vi como Mered se alejaba con otra chica. Mis ojos no querían ver esto, ni nada más, me sentía como si yo fuera la mayor culpable de todo, pero sabía que en el fondo todo era culpa de un estúpido concierto. Pero, rápidamente corrí mi vista, y logré percibir que alguien se acercaba a nosotras, di media vuelta y vi a Rach y a Kim, que me sonrieron y les devolví la sonrisa pensando en que ellas debían de sufrir como yo.

-Chicas, ¿todo bien?- dije animada.

-¡Si!- dijeron al unísono.

Estuvimos todo el recreo hablando de estupideces, como siempre, hasta que el timbre sonó. Di la vuelta y comencé a caminar hacia el aula.

Saludé a las chicas y entre de nuevo. Fueron pasando las horas y cada vez sentía que algo raro estaba pasando. Me sentía mal, realmente mal. Habían pasado 2 horas más y tenía que tocar el insoportable timbre de nuevo.

Yo me preguntaba, ¿qué era lo que hacían las Preceptoras que teníamos que no tocaban el timbre, si cada vez que entrabas en la preseptoría, estaban tamando algo y revisando papeles? Hasta que se escucho ese tan odioso pero esperado timbre. Esta vez, tarde en salir porque estaba terminando de copiar lo que la rara profesora de Biología, había copiado.

Cuando terminé cerré mi carpeta y salí del salón, ya no había nadie en él. Lo supuse, si todos se empujaban para salir primero... yo no necesitaba empujar a nadie, ni tenía apuro por ser la primera en salir, y eso me molestaba demasiado. Sentía ganas de gritarles a todos, "si llegan a empujarme los mando a la luna, de una patada", pero tenían suerte de que yo no fuera así.

Cuando salí, fui en busca de mis amigas. Teníamos 2 patios, y siempre nos íbamos al techado.

Me empecé a sentir cansada, muy cansada y no recuerdo nada más. Ni si llegué con las chicas o que hice después.

---------------------------------------------------------

HOLAAA! Soy nueva en esto de escribir y no muy buena pero les prometo que voy tratar de mejorar... besos y gracias por leer.

Life strangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora