Agente Almmer.

Antes del ejército.

La vida está llena de momentos en los que desearías que te tragara la tierra o que otra persona te salvara.
Hay momentos que quieres que pasen a la velocidad de la luz o que quieres olvidar por todo tipo de razones.

En todas esas situaciones me encontraba yo.

El día había sido tan monótono como siempre. Había ido al instituto y había almorzado con mis amigas, hasta ahí todo perfecto. Pero después habíamos decidido ir al centro comercial para comprar ropa y me encontré con que un chico estaba metiéndose con Charlotte, mi compañera de química avanzada.

- Vamos, Alexis, no es nuestro problema - dijo una de mis amigas, Clary.

Pero es que no aguantaba ver como ese gilipollas estaba al lado de su novia rubia de silicona y decía palabras que bien podían haber sido una invocación al demonio. Mis amigas intentaron apartarme de la escena pero acabé soltándome y andando hasta donde ellos estaban y donde la gente empezaba a concentrarse viendo lo que pasaba.

- Eres una retrasada, ¿a caso quieres morir? - le estaba diciendo el chico a Charlotte justo cuando llegué hasta ellos -. Vete a un puto manicomio y enciérrate allí.

Charlotte se quedó callada, parecía haberse convertido en una diana para los insultos de aquel cenutrio. Pero yo no era mi tímida compañera de clase.

- ¿A caso eres un jodido estúpido? - le grité.

Él se dio la vuelta haciendo que su barbie también lo hiciera y me miró de arriba a abajo con una mueca de algo que sólo podía tacharse de desprecio.

- Y tú, ¿quién cojones eres?

- Eso no importa, deja de hablarla así sino quieres...

- Sino quiero... ¿Qué?

- Bien, sino quieres...- y, antes de que se diera cuenta, planté mi puño en su cara, lo que le hizo girar la cabeza.

Sus ojos se encontraron con los míos a la vez que veía como su mejilla se había vuelto morada. Sabía lo que venía ahora, no era la primera vez que me pegaban pero, en vez de eso, me vi arrastrada por Charlotte, quien parecía haberse recuperado del shock. Mis amigas se unieron a nosotras y todas me llevaron hasta el baño donde empezaron a gritar como unas histéricas.

- ¡Tranquilizaros! - grité haciendo que todas me miraran.

- No sabes donde te has metido, Alex, estás en graves problemas.

- No creo que ese estúpido...

- ¿Estúpido? ¡Él es Zack Hunter! Es uno de los chicos más temidos de Londres, todo el mundo sabe quién es - dijo Charlotte.

- ¿Por qué te estaba hablando así? - inquirí.

- Porque me había chocado con él pero eso no es importante, ¿sabes que ese chico puede hacer que tus padres caigan en banca rota? Su padre es el director de una importante multinacional.

- No veo por qué tengo que saber todo esto.

- Porque, literalmente, estás muerta. Reza para que no te encuentre.