Capítulo 5 : Yo no soy ellos, pequeña.

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Mis labios sólo rozaron los de Zack cuando un brazó tiró de mí alejándome de él. Intenté soltarme del abrazo de Marcus pero este me estaba apretando fuerte, me hacía daño. Me vi sacada de la discoteca y llevaba al mismo callejón donde había estado antes con Zack. 

-  ¡Suéltame!

Me alejé de los brazos de Marcus y frustada lo golpeé en el pecho hasta que él me sujetó mis muñecas y me sujetó hasta que logré tanquilizarme un poco.

-  No tenías derecho a detenerme. 

-  Ah, ¿sí? Estabas a punto de besar a ese estúpido rubio teñido, Summer, tenía que hacerlo. 

- Métete en tus asuntos, Marcus, no quiero tener que repetírtelo.

-  Tú siempre has sido mi asunto y todavía...

-  No, ya no soy tu asunto. Mejor búscate a otra mejor amiga a la que rechazar y heir, creo que estoy cansada de ese papel. 

Me alejé de él pero sus brazos me rodearon por detrás abrazándome. Aquello fue lo peor que pudo hacer, dejar la situación así para que me sintiera culpable cuando había sido él el que había estado besándose con una chica y me había detenido a mí cuando había estado a punto de hacer lo mismo. Me aparté de sus brazos cuando la primera lágrima cayó por mi mejilla. Me giré para mirarlo a la cara y alejé sus manos cuando intentó secar mis lágrimas con sus pulgares, lo miré sacando mis últimas fuerzas y me alejé más de él.

- No quiero tener que verte otra vez, Marcus, mejor dejamos que nuestra amistad termine aquí.

Me fui de allí por miedo a arrepentirme de la decisión que había tomado y sin ganas de que Marcus viera cuanto me afectaba que desapareciera de mi vida cuando él era de las cosas más importantes en mi vida. Menos mal que la fiesta ya "había terminado" y pude excusarme ante Clara y mis amigas para irme sin que ninguna de ellas se lo tomaran a mal.

No llamé a Charlie, prefería que él no me viera así, no quería preocuparlo. Esperé a que un taxi apareciera pero en cambio unos chicos bastante borrachos me rodearon y pude oler el alcohol en ellos a kilómetros a la redonda.

-  Dejadme pasar.

-  Pero si solo hemos empezado a divertirnos, zorrita. Creo que esta noche nunca la olvidarás gracias a nosotros.

-  Dejadme pasar ya.

Uno de ellos agarró mi brazo y tiró de mí hasta el puto callejón que parecía ser lo más visitado esa noche. Me empujaron haciéndome chocar contra la pared, caí al suelo pero fui levantada con brusquedad para después ser pasada de los brazos de uno a los de otro. Sentí tirones en mi vestido que lo dejaron con un montón de agujeros y mis manos temblaron más y más hasta que perdí el control en mí misma. Volví a caer al suelo y esperé el próximo golpe cuando solo se oyeron gritos por parte de los desconocidos y golpes contra el suelo pero, aún así, no me atreví a levantar la mirada, estaba completamente indefensa y odiaba sentirme así.

-  Ey - me dijo alguien tocándome el brazo.

Levanté la cabeza y me encontré con los ojos de Zack. Desde ahí podía ver como su ojo derecho era mitad azul mitad marrón, era precioso. Sus manos me agarraron con delicadeza subiéndome y me cogió en brazos. Estaba asustada pero de alguna forma la presencia de Zack Hunter se hizo más presente que el miedo y casi pude olvidarme de lo que acababa de pasar. Entramos en la discoteca, que ya no estaba tan llena como antes, y Zack se acercó a sus amigos para decirles una cosa. Todos asintieron y me miraron con un geqsto muy serio antes de irse y dejarnos solos. Zack me llevó afuera hasta su coche y me metió dentro. Intenté quedarme despierta pero mis parpados se cerraron y caí en la más profunda inconsciencia.

Quizás las cosas que me habían pasado ese día habían sido lo suficientemente estresantes como para cansarme y provocarme sueño.

Me desperté entre sábanas negras y, en cuanto miré al rededor, reconocí la habitación de Zack de cuando habíamos venido antes de la carrera. Intenté levantarme pero una mano me detuvo haciendo que me fijara en Hunter por primera vez.

-  Quieta, parece que te diste un golpe en la cabeza y te hiciste una pequeña brecha.

-  Creo que...me lanzaron contra un muro -  susurré llevándome la mano a la cabeza y viendo que Hunter me había puesto una venda tapando la herida.

Sus ojos se volvieron negros, parecía pensar en los chicos que me habian hecho eso. Quería tranquilizarlo pero no era mi mejor momento, yo era la que más necesitaba relajarme si no quería asustarlo. Él intentó tocarme pero me aparté, todavía podía sentir los tirones en mi ropa y sus manos sobre mí.

-  Shhh -  susurró él -. Yo no soy ellos, pequeña, nunca te haré daño. Nunca he pretendido hacerlo.

Sus dedos se acercaron a mi cara y rozaron mis mejillas transmitiéndome confianza, aquel toque era algo cálido y acogedor.

-  No me tengas miedo. Mucha gente lo hace pero no quiero que tú lo hagas.

Lo miré a los ojos y, sin pensarlo, acerqué mi cara a la suya y posé mis labios sobre los suyos. Al segundo sentí como sus manos subían por mí cadera y como los dedos de mis manos se escondieron entre su cabello. Nuestras bocas se acompasaron y noté como Zack mordía mi labio inferior haciendo que se me escapara un gemido. Definitivamente esto se nos estaba yendo de las manos. Las pulsaciones de mi corazón se fusionaron con las de Zack ya que nuestros pechos estaban pegados y sonreí cuando él se alejó de mi boca y plantó un beso en mi hombro.

-  Vayamos lento, por favor -  murmuré.

Él asintió e hizo algo que nunca le había visto hacer : me sonrió con sinceridad y asintió con la cabeza sin decir nada, sólo estaba esa sonrisa. Sus brazos me rodearon y volví a sentirme tan en paz que mis ojos se cerraron inconscientemente no sin antes sentir como Zack besaba mi frente.







Agente Almmer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora