Me daba miedo convertirme en la compañera de Jack, digo, el Capitán Adams. Si me sentía incómoda con su sola presencia, ¿cómo iba a ser su mano derecha y él la mía?
Al siguiente, día de clase, evité a Zack. Si él quería comportarse de esa forma me parecía perfecto, no iba a volver a esperar por alguien, tenía cosas más importantes que hacer. Paul me abordó en la cafetería, no quería dejar de hablar con él, era mi amigo, pero si me iba a hablar de su hermano prefería que no conversáramos.
- Creo que Zack y tú...- empezó a decir pero lo detuve.
- No hablemos de eso, por favor.
- Está bien, Alex.
Se quedó conmigo y con Eve para almorzar y nos acompañó hasta la salida cuando las clases terminaron. Paul siempre había sido amable pero había algo de él que todavía no había descubierto, era algo que parecía querer esconder pero a la vez no.
- Enana - me giré y vi a Rubén con el uniforme militar esperándome. Corrí hasta él con todas las miradas sobre nosotros y lo abracé haciendo que él me cogiera en brazos -. Pensé que querías que te recogiera ya que le has dicho a Charles que no se moleste en venir.
- Pero pensaba coger un taxi - susurré mirándolo divertida.
- Pero para eso estoy aquí - dijo acariciando mi mejilla.
Sonreí, Rubén era el amigo perfecto, casi parecía mi alma gemela de lo bien que me entendía y me trataba. Oí un ruido a nuestro lado y vi a Carlos mirándonos con cara de asco, literal, estaba haciendo como si vomitaba.
- Estoy a quí, ¿sabeís? - se quejó pero, cuando yo me acerqué a él y le besé la mejilla, sonrió ligeramente de lado.
Paul se acercó a nosotros e, inmeditamente, su mirada se encontró con la de Carlos. Se quedaron así por varios minutos hasta que bajaron la cabeza y nos miraron ya que los estabamos mirando con curiosidad. Carlos era gay, entonces, si miraba a Paul así y este le correspondía, eso significaba que...era también gay. Me giré y él asintió dándole la razón a mis pensamientos como si me hubiera oído. Lo miré sonriendo, quizás una pareja estaba próxima y yo no me había dado cuenta porque no me había fijado que la cosa que no captaba de Paul era que a él le gustaban los chicos, quizás siempre lo había sabido pero no había pensado a fondo en ello.
Rubén me agarró la mano y me pegó a él justo cuando Zack apareció en moto ante nosotros casi atropellándonos. Miró a su hermano, y le señaló el camino a su casa con la cabeza sin prestarme nada de atención, Paul asintió y miró a Carlos con una sonrisa antes de despedirse de mí con un beso en la mejilla y de Rubén chocándole la mano. Le sonreí pero, cuando aparté la mirada de él, me encontré con los ojos de Zack que alternaba su mirada entre mi rostro, Rubén y nuestras manos unidas. Aparté la mirada y poco después oí el ruido de la moto hasta que este se hizo lejano.
Llegamos a la base. La mano de Rubén y la mía no se habían separado ya que Carlos le había tomado el relevo conduciendo ya que su hermano había conducido de ida. Me sentía cómoda estando así con mi amigo, es más, me sentía más protegida cuando él estaba cerca.
Entramos a la base y nos encontramos con el Capitán Adams de mal humor. Estaba gritando a uno de los chicos que, según me habían dicho Carlos y Rubén, era de los más principiantes y se llamaba TJ. El chico estaba nervioso, se veía que los estridentes gritos de Jack estaban poniéndolo muy nervioso, al punto de que sus ojos estaban brillantes. Esperaba que no hiciera llorar a TJ, no me haría mucha gracia ver a Jac...el Capitán Adams así.
Me solté de la mano de Rubén y avancé hasta ellos para tirar del brazo al Capitán haciendo que él me mirara. Sus ojos tenían ojeras y parecía no estar muy bien. Me acobardé, no quería gritarle cuando estaba en ese estado, no tenía agallas. Lo agarré de la mano y tiré de él para pasar al lado de los hermanos Fernández - que se quedaron boquiabiertos al ver la mano del Capitán y la mía juntas - y salimos hasta el jardín que había a un lado de la base.
Sin soltar mi mano, lo miré a los ojos pero él miraba al suelo.
¿Qué le pasaba?
¿Era tan grave como para que no pareciera el Capitán de siempre?
- ¿Qué le ocurre, Capitán?
Él me miró un segundo pero volvió a bajar la cabeza haciendo que me preocupara todavía más, ¿por qué no me lo decía para desahogarse?
- Dígame, puede confiar en mí, se lo prometo.
Jack asintió para después frotar su mano contra su uniforme del ejército. Lo notaba nervioso y triste, nunca lo había visto así.
- Mi hermano pequeño murió esta mañana en Iraq miéntras se llevaba a cabo una misión de rescate de otros soldados que habían sido secuestrados - dijo casi en un susurro -. Sólo tenía veintiuno, era demasiado joven.
Levantó la cabeza lo suficiente como para que viera una lágrima caer por su mejilla. Aquello me hizo reaccionar, lo agarré de la mano y lo acerqué rodeándolo con mis brazos. Él me rodeó apretándome contra él y pude sentir como escondía su cara en mi hombro.
Sentí como una gota caía sobre mi hombro y no pude evitar levantarle la cabeza y mirarlo a los ojos llorosos antes de acercarme y acariciar sus labios. Lo había hecho como impulso para consolarlo, pensé que él me apartaría pero puso una mano en mi nuca y me acercó para que nuestros labios volvieran a encontrarse en un beso más fuerte, más descontrolado que el primero. Llevé mis manos a su cabello y tiré de él haciéndole gemir en mi boca, lo cual hizo que mi corazón saltara del pecho. Quise que siguiera besándome pero sus manos me apartaron y sus ojos dejaron de expresar nada, su mirada era ahora fría.
- Olvida esto, ha sido un error.
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Agente Almmer.
RomancePuede que esta historia parezca la típica historia de una chica adolescente pero no lo es. Alexis Summer Parks va al instituto y tiene problemas con chicos, amores rechazados y no correspondidos y nuevas amigas hasta que todo cambia cuando, por raz...