Capítulo 7 : Los hermanos Hunter.

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Con cada minuto que pasaba, Zack se ponía cada vez más nervioso y surgía más sudor en su frente. Intenté abrir la puerta empujándola con mi cuerpo pero solo conseguí hacerme daño sin conseguir ningún resultado. Aún así, seguí intentándolo al ver como Zack se iba poniendo, como sus ojos se cerraban con pesadez y como su cuerpo empezó a temblar. Me acerqué a él y toqué su mano descubriendo que estaba muy frío aunque su frente estaba caliente.

-  Tengo frío...- susurró él.

Ni siquiera lo pensé. Me quité la chaqueta y el jersey y se los puse a Zack encima mientras seguía intentando abrir la puerta, pero me di por vencida. ¿De verdad creía que podía abrirla cuanto más lo intentara si no se había abierto la primera vez? Di vueltas por el almacén sintiendo como el frío empezaba a calar mis huesos pero lo que entendía era que, si en el gimnasio había calefacción, ¿por qué en el almacén no? Fue entonces cuando me acordé de que habían construido el almacén después que el gimnasio, como un aumento y en este no había calefacción. Me abracé los brazos buscando calor pero no sirvió de nada, seguí teniendo frío hasta que sentí como Zack tiraba de mí hacia su cuerpo y nos tapaba a ambos con mi ropa. Sentí sus brazos rodearme y su cuerpo pegado al mío y, ¡cómo no!, mi corazón me traicionó y empezó a latir como un estúpido. Por mucho que intenté calmarme no podía, sentía como estaba cayendo poco a poco en la trampa. Traté de apartarme pero Zack no me dejó, sus brazos me rodeaban fuertemente sin dejarme ninguna salida posible.

-  Summer.

-  ¿Sí? - pregunté girándome pero chocando contra los labios de Zack. 

Él llevó sus manos a mi cara y profundizó el beso dejándome sorprendida y con los ojos abiertos hasta que me dejé llevar por la caricia de su boca y los cerré. Me agarré a sus hombros y suspiré al sentir como besaba mi nariz para después sonreírme. 

-  Intentemos abrirla juntos, ¿vale? - me susurró con sus labios rozando los míos. 

Asentí y ambos nos levantamos juntos. Nos acercamos y nos miramos antes de contar desde tres hacia atrás y empujar pero, justo cuando lo hicimos, la puerta se abrió y acabamos en el suelo. Miré hacia arriba y vi a Paul y a otro chico que no conocía. Paul me tendió una mano para levantarme y el desconocido ayudó a Zack que estaba fingiendo estar bien. Otros no podían ver que estaba mal pero por lo que le había pasado dentro del almacén estaba segura que nadie sabía que agorofóbico. 

-  ¿Paul? -  pregunté confusa -. ¿Qué haces aquí?

-  Zack no respondía a su teléfono y me enteré de que estaba castigado así que vinimos a buscarle y encontramos la puerta bloqueada con una barra así que la abrimos y junto aparecisteis de la nada. 

-  ¿Y por qué querías hablar con Zack? - inquirí confusa -. ¿No me dijiste que solo lo conocías de vista?

-  Emm, yo...

-  Paul es mi hermano -  susurró Zack quien estaba siendo agarrado por el otro chico -. Y este también lo es. Chase, saluda a mi novia. 

-  ¡No soy tu novia! -  protesté sin poder evitar reírme debido a la mueca graciosa que Zack estaba poniendo. 

Lo ignoré y miré a Paul molesta. Odiaba que me mintieran, no lo soportaba, era lo peor que podía hacerme. 

-  No me puedo creer que no me lo dijeras, Paul -  dije girándome después hacia Chase y Zack -. Nos vemos mañana en la escuela, Zack, y ha sido un placer conocerte, Chase. 

-  Lo mismo digo -  dijo él sonriendo. 

Me cayó bien. Parecía el hermano mayor de los Hunter y se le veía muy responsable y amable, definitivamente parecía una buena persona. 



Al día siguiente, recibí una llamada de mis padres antes de ir al instituto. Al principio pensé que solo era para saber como estaba pero se limitaron a decirme que pasarían unos meses fuera del país y que me quedaría en una residencia que había dentro de la agencia de espías. Me negué, no quería mudarme y menos a aquel lugar pero las palabras de mis padres no dejaron otra interpretación que la de la obediencia. Así que vi como mis maletas eran llevadas a la agencia a la vez que yo iba al instituto. Nada más llegar, Charlie se despidió de mí y me miró con esa mirada suya que decía "todo va a salir bien, espera y verás". Asentí agradecida por su presencia y me bajé del coche para encontrarme con los dos Hunter menores, Paul y Zack. Pasé de ellos pero Paul me agarró antes de que su hermano dijera nada e hizo que lo mirara a los ojos. 

-  Lo siento, no sé que más hacer para que me perdones. Siento haberte mentido, no quise hacerlo, pero temía que si te decía que era mi hermano, huirías. 

-  Ya, pero hubiera preferido que me dijeras quien eras a que me enterase luego como me enteré. Por favor, no me vuelvas a mentir, es lo que más odio.

-  ¿Eso significa que me perdonas?

-  Sí, Paul, lo hago pero...

No me dejó terminar de hablar. Me vi impulsada por sus brazos que me levantaron delante de todos los compañeros que estaban entrando al instituto. La sonrisa de Paul hizo que yo también lo hiciera hasta que Zack apareció y me bajó de los brazos de su hermano. 

-  Vamos, llegaremos tarde -  dijo agarrando mi mano. 

Los tres entramos y noté todas las miradas sobre nosotros, seguro que los Hunter estaban acostumbrados a recibir esas atenciones pero yo no estaba acostumbrada a ser arrollada por un montón de miradas asesinadas por parte del sector femenino. Algunas evidentemente eran miradas asesinas pero silenciosas, sin embrago, otras parecían invitaciones a tener una trifulca con ellas. Por supuesto que no quería meterme en problemas, no era mi estilo crear problemas y tener problemas en el instituto si eso iba a afectar a mi expediente y si mis padres se iban a enterar. 

Zack me acompañó hasta mi clase y, antes de que dijera nada, sus labios estuvieron en los míos para separarse unos segundos después. Pero esos segundos habían sido suficientes para que medio instituto lo viera. 

Estaba en un gran problema, de eso estaba segura. 

Agente Almmer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora