Capítulo 13 : Sus manos en mi cadera.

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Sentí como una gota caía sobre mi hombro y no pude evitar levantarle la cabeza y mirarlo a los ojos llorosos antes de acercarme y acariciar sus labios. Lo había hecho como impulso para consolarlo, pensé que él me apartaría pero puso una mano en mi nuca y me acercó para que nuestros labios volvieran a encontrarse en un beso más fuerte, más descontrolado que el primero. Llevé mis manos a su cabello y tiré de él haciéndole gemir en mi boca, lo cual hizo que mi corazón saltara del pecho. Quise que siguiera besándome pero sus manos me apartaron y sus ojos dejaron de expresar nada, su mirada era ahora fría.

- Olvida esto, ha sido un error.

¿Quería que lo olvidara?

Lo había olvidado completamente, no había significado nada, ninguno de los dos besos que nos habíamos dado habían contado como verdaderos, eran una puta mierda que no contaba como unos jodidos besos, y punto.

Quería vengarme de él, aprender a defenderme pronto para partirle su cara de estúpido pero recordar lo de su hermano hacía que mi corazón y mi cabeza me dictaran cada uno una cosa. Él iba a ser mi entrenador, ¿no? Pues iba a devolverle todo cuando pudiera, eso lo tenía más claro que el agua. No es que me gustara ni nada ni que me molestara que no contara nuestros besos como verdaderos, era la manera en la que me utilizaba cuando quería.

Que le dieran por culo, pero bien.

Pero todavía estaban los entrenamientos.

El primer día me vestí con una camiseta gris y unas mallas negras preparada para dar lo mejor de mí aunque tuviera que soportar a Jack. Bajé a la sala de entrenamiento y me lo encontré con una camiseta negra y con su pelo rubio peinado, parecía que se había duchado porque este estaba mojado. Anduve hacia él aguantándole la mirada y me permití sonreír con ironía.

- Agente Parks - saludó él con un tono de voz completamente frío -. Hoy empezaremos con unos estiramientos y después los principios básicos del boxeo.

Asentí y empezamos a calentar. Yo me decanté por lo que había hecho todos mis años de instituto, ya sabeís : mover los pies en circulos, girar los brazos adelante y atrás, flexiones, abdominales...y mucho más. Pero Jack se acercó a mí y me enseñó otros ejercicios que, según él, me ayudarían más en la clase de hoy que los que yo había hecho.

Calenté hasta que el Capitán me llamó al ring y ambos nos subimos para quedarnos frente al otro. Sus ojos me recorrieron con la mirada y asintió fijándose en cada parte de mi cuerpo haciendo que me sintiera muy incómoda.

- Parece que eres delgada así que tendrás que apoyarte en tu fuerza y, si no me equivoco, eres diestra, ¿verdad?

Asentí sin decir una sola palabra, no quería hablar con él, que se conformara con mis gestos. Se acercó a mí y me explicó como dar un buen golpe para después mandármelo repetir pegando a los guantes que él llevaba. Lo hice pero o perdía el equilibrio o no utilizaba toda mi fuerza.

- No, Parks, no mueves tu cadera y así no tienes un buen impulso - dijo. Se colocó detrás de mí y posó sus manos en mis caderas para después hablar en mi oído haciendo que sintiera su cálido aliento -. Mueve tu cadera en círculos - susurró miéntras hacía que mi cadera se moviera en círculos moviéndola con sus manos.

Mi corazón empezó a alterarse pero lo detuve, no tenía por qué ponerme así cuando no estaba pasando nada. El Capitán Adams era mi entrenador y tenía que enseñarme como golpear correctamente, eso era todo.

Después de varios minutos, conseguí coger un buen impulso y mi golpe se volvió más demoledor, menos mal que aprendía pronto porque sino habría tenido que aguantar a Jack cerca de mí por más del tiempo del que podía soportar

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Después de varios minutos, conseguí coger un buen impulso y mi golpe se volvió más demoledor, menos mal que aprendía pronto porque sino habría tenido que aguantar a Jack cerca de mí por más del tiempo del que podía soportar.

El entrenamiento terminó y me iba a dar una ducha cuando el Capitán me detuvo agarrándome del brazo. Me solté y lo miré a los ojos, ¿ahora que quería?

- No te puedes duchar en las duchas colectivas, son solo para hombres y todos los demás están entrando y saliendo, Parks, acompáñame.

Negué con la cabeza y me alejé con la idea de irme pero él me agarró del brazo y tiró de mí en dirección contraria. Entramos en una habitación y él me señaló donde estaba el baño. No quise pero me empujó, literalmente, hasta que estuve dentro. Miré alrededor y vi que sus cosas estaban por todo el sitio. Su crema para afeitarse, su colonia, su champú...

Cállate, me dije a mí misma, simplemente dúchate.

Asentí dándome la razón a mí misma y me quité la ropa para después entrar en la ducha. El agua caliente hizo que mis músculos se relajaran y dejaran de doler un poco hasta que disfruté mucho de la ducha, casi se me fue el santo al cielo y me quedé un montón de minutos allí.

Salí y cogí una toalla seca que había encima de la taza del váter, parecía que el Capitán la había dejado ahí para mí. Me sequé con ella y, como mi ropa estaba sudada, tuve que salir en toalla aunque era lo que menos me apetecía y menos encontrarme a Jack cambiándose de camiseta. Se giró al oír la puerta del baño y me miró de arriba a abajo para rascarse la nuca.

- Mi ropa está sucia - fue lo único que dije, apartando la mirada de su pecho, y fue casi un susurro.

Él anduvo hasta su mesa y me dio un uniforme en el que ponía "A.S. Parks" que estaba completamente nuevo y olía a limpio. Asentí y me dispuse a meterme en el baño para cambiarme cuando la puerta de la habitación se abrió y Rubén apareció al otro lado. Me miró a mí que estaba en toalla y a Jack que estaba sin camiseta y pensó mal porque apretó la mandíbula y se fue. Me metí en el baño y me puse el uniforme para salir corriendo detrás de mi amigo. Lo busqué en la base pero no estaba así que salí afuera y lo vi sentado en la hierba del jardín.

Me acerqué a él con sigilo pero Rubén me escuchó y me agarró del brazo haciendo que cayera sobre él y que nuestras caras se quedaran a pocos centímetros.

Agente Almmer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora