Capítulo 8 : Creo que no voy a poder controlarme.

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No me amedrentaba ante las miradas de las chicas pero eran incómodas cuando tratabas de concentrarte en álgebra. Sentía sus ojos clavados en mi espalda como agujas y sus amenazas susurradas de pupitre a pupitre aunque las estaba oyendo perfectamente por mucho que susurraran.

Matemáticas avanzadas terminó y salí de clase para dirigirme al baño antes de ir a educación física en la que compartíamos el gimnasio con la clase de Paul, Marcus...y Zack. Abrí la puerta de los baños de chicas y me lavé la cara, últimamente me sentía estresada, sentía que algo malo iba a pasar pero no sabía lo que era. Me sequé la cara con una servilleta justo en el momento en el que seis chicas entraron y se quedaron detrás de mí observando como terminaba de secarme el rostro. Me giré para irme pero una de ellas agarró mi brazo con fuerza y me tiró al suelo haciendo que mi mochila se abriera y que todas las cosas se esparcieran por todos lados. La miré con rabia y me levanté para pegarla en la cara, no iba a permitir que me molestaran sin saber tan siquiera la razón de sus actos. Las demás acudieron al rescate de la bastarda dándome en la cara y en el estómago además de en la espalda y en los muslos. Intenté defenderme, de verdad que sí, pero no era lo suficientemente buena como para encargarme de las seis, a penas pude devolverles a todas los golpes.

- Eso es por acercarte a Zack Hunter, perra - dijo una de ellas antes de irse.

Me quedé en el suelo del baño hasta que logré levantarme, recoger mis cosas y dirigirme al gimnasio. Nada más entrar vi a Zack riendo con su hermano hasta que me vio y se acercó a saludarme. Me giré con miedo de que viera las marcas de mi cara pero no sirvió de nada ya que Zack me giró y vio el moratón de mi mejilla y mi labio partido. Sus ojos se encontraron con los míos en el momento en el que sus dedos acariciaban suavemente mis mejillas haciendo que yo cerrara los ojos.

- ¿Quién?

Los abrí y negué con la cabeza.

- No es nada, estoy...

- No me digas que estás bien, Summer, puedo ver tu rostro. Dime quién ha sido para partirle la cara, dime.

- Unas chicas que no querían que me acercara a ti, ¿contento? - susurré -. No sé quienes son.

Él no hizo caso de los llamados de su profesor y me miró con dulzura para después besarme con suavidad, casi llevándome hasta dentro de su alma. Besó mi nariz para después acariciar mi mejilla y sonreírme antes de irse.

Sonreí y fue a mi vestuario para encontrarme con que no había casi nadie. Dejé las cosas en mi taquilla y me cambié de ropa cuando una voz detrás de mí me asustó.

Me giré y vi a una chica con el pelo negro que parecía ser latina. Era muy guapa y tenía un cuerpo que seguro que llamaba la atención de todos los chicos. No me acordaba de haberla visto en mi clase, es más, no me acordaba de haberla visto en el instituto.

- Perdón por asustarte, pensaba que sabías que estaba a tu lado.

- Tranquila - sonreí -. Llevo unos días un poco despistada, no me extraña no haberte oído.

- Me llamo Evelina Ramos - dijo tendiéndome la mano -. Creo que debería haber empezado diciendo mi nombre - rió a la vez que yo le estrechaba su mano.

- Yo soy A.S. Parks - bromeé.

- ¿A.S.? - rió -. ¿En serio?

- Sí, Alexis Summer, son mis siglas. ¿Creías que mi nombre era As?

- No, creía que era ass, como el culo en inglés, ya sabes.

Ambas nos reímos mientras nos dirigíamos a donde estaban los demás miembros de nuestra clase. Atendimos a las explicaciones del profesor sobre que la semana que viene las actividades las haríamos con la clase de Zack y después nos explicó que hoy era día de las pruebas de flexibilidad. Fuimos una por una quitándonos los playeros para empujar en borrador agachándose y metiendo las manos entre las piernas. Tuve la mejor marca aunque nunca había hecho gimnasia rítmica. Después fue tiempo de volteretas, pinos y espagares.

Cuando la clase terminó, Evelina y yo nos fuimos a las duchas para después dirigirnos al comedor ya que era la hora del almuerzo. Nos sentamos en una mesa y hablamos de nosotras mismas para conocernos mejor.

Evelina Rosa Ramos era la última hermana de seis hermanos y se había mudado a América ya que sus padres habían encontrado trabajo aquí. Ella era una buena estudiante aunque, por lo que vi, era una chica animada que solía salir de fiesta y divertirse como una loca adolescente. Básicamente, la impresión que me dio era que era maja y agradable y me daba la sensación de que íbamos a ser buenas amigas.

- Hola, hermosa - dijo Zack en mi oído haciendo que yo pegara un salto del susto -. ¿Te he asustado, Summer? - rió sabiendo ya la respuesta.

- Veo que hoy es el día de asustarme - dije haciendo que Eve soltara una risita -. Hola, Zack. Ella es mi nueva compañera de clase, Evelina.

- Encantada, Evelina. Soy el novio de esta pequeñaja.

- ¡Deja de presentarte siempre como mi novio! ¡Y no me llames pequeñaja! No soy pequeña, mido uno setenta y dos, listo.

- No es un insulto - dijo Eve -. Es un mote cariñoso, Alex.

- Ah, entiendo - dije sonriente para girarme hacia Zack cuando él hizo que nuestros labios chocaran. Sentí como sus manos enmarcaban mi cara y como un millón de ojos estaban sobre nosotros. Nuestros labios se separaron y noté su sonrisa sobre mi boca.

- Tienes que dejar de besarme sino quieres que me maten - bromeé.

- Creo que no voy a poder controlarme - rió musicalmente - pero lo intentaré por ti, pequeñaja.

Miré a Evelina y vi que ella estaba sonriendo en nuestra dirección. Me guiñó un ojo divertida y siguió riéndose.

- Lo siento, Eve, Zack siempre me pilla desprevenida - dije ganándome una carcajada de Hunter y un apretón de su mano en la mía.

El timbre sonó y Zack nos acompañó a nuestra clase. Intentó despedirse con un beso pero me fui entre risas con Eve haciendo que él me mirara con un puchero. Estaba súper mono haciendo eso e iba a volver pero mi compañera tiró de mí y no pude hacer nada más que sonreír a Zack y despedirme con una mano ya que Evelina me estaba agarrando del otro brazo.

Al terminar las clases, me despedí de Eve y esperé hasta que Charlie llegó. Me preguntó por las clases, como siempre, y nos pusimos en camino a la que sería mi nueva casa : La agencia.

Agente Almmer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora