Los siguientes días más que nada fueron para preparar el papeleo para poder ir a Corea del Sur. JiSang estaba entusiasmado con la idea y no hacía más que pensar en las cosas que me enseñaría y en las personas a las que me presentaría. Su entusiasmo hacía que yo también estuviera de buen humor pero, varias horas antes de coger el avión, me enteré de que el Coronel Adams se nos unía para liderar el equipo en el que JiSang y yo estaríamos.
Os podéis imaginar como me sentó esa noticia, ¿verdad? Como una maldita patada en el centro de mi culo.
Una de las razones por las que había aceptado irme lejos de América había sido para tenerlo bien lejos pero de repente me encontraba con que iba a tenerlo en la misma base teniendo que comer con él codo con codo. Todo aquello apestaba, cuando trataba de acabar las cosas con alguien, el destino no me lo permitía, como si me tuviera manía o algo.
Aún así seguí de buen humor al tener a JiSang. Él seguía recibiendo llamadas de EunRa, su ex-prometida. Cada vez que llamaba, a JiSang le cambiaba el gesto y era mi momento para hacerlo reír como él hacía conmigo, pero había a veces que lo mejor era dejarlo solo. No sabía exactamente lo que había pasado entre ellos pero me aventuraba a pensar que esa mujer había hecho algo lo suficientemente fuerte como para dejar a JiSang marcado. Él me había dicho, después de haberme besado delante de EunRa, que no era el momento para contármelo pero todavía no lo había hecho. Quizás tenía miedo de abrirse a la gente, yo lo entendía, esperaría para saber lo que había pasado entre ellos pero a veces sentía que ese tema me interesaba más de lo que yo pensaba. Tenía miedo de estar sintiendo algo más fuerte que la amistad por JiSang contando quien había sido la última persona de la que me había enamorado.
Pero quizás estaba pensando antes de tiempo, quizás solo eran imaginaciones mías y no pasaba nada entre los dos, seguro que era eso. Éramos amigos, buenos amigos, y nada más.
Llegamos a la base y tuvimos una reunión con los dirigentes de allí. Nos enseñaron nuestras respectivas habitaciones y nos explicaron el día a día que se llevaba allí para que nada nos pillara de improvisto. Fue algo extraño que la mía estuviera entre la de JiSang y la de Jack pero no era el sitio para protestar así que no le di importancia, tampoco es que fuera a pasar nada.
Como nos habían dado los dos días siguientes para habituarnos a Seúl, JiSang y yo aprovechamos para que él me enseñara un montón de cosas. Al final del día, después de haber estado de un lugar a otro, JiSang me ofreció invitarme a un helado y yo acepté encantada. Nos sentamos en una plaza cercana a la base y comimos nuestro helado entre risas hasta que ya no quedó nada de ellos, entonces nos dimos cuenta de que no habíamos pedido servilletas. JiSang no tenía nada en la cara y, como ya había confianza entre nosotros, me acerqué y lo miré a los ojos.
- ¿Tengo helado en la cara? No me extrañaría si tuviera, mi madre siempre decía que...
...pero JiSang me calló cuando sus labios impactaron en los míos sorprendiéndome. Me agarré a una de las tablas del banco y cerré los ojos sintiendo como mi corazón respondía a la cercanía de él. Su mano estaba en mi barbilla haciendo que nuestros labios profundizaran más y la otra rodeaba mi cadera ya que había peligro de que me cayera de espaldas. Sentí como él me besaba cada vez más apasionadamente y como yo recibía sus ataques sin saber hacia donde conduciría aquel beso.
JiSang se apartó haciendo que yo abriera mis ojos, fue entonces cuando creí que ahora volveríamos a hacer como si nada hubiera pasado ya que la primera vez que nos habíamos besado, parecía no haber contado para él, pero él me sorprendió otra vez.
Volvió a acercarse a mí y me dio un casto beso en los labios. Me quedé mirándolo fijamente sin saber qué decir, ¿qué se suponía que debía decir en esa ocasión? ¿"ha sido un placer besarte" estaba bien? ¿Debía seguir callada o pensar en algo más? No tenía ni idea. JiSang me miró a los ojos antes de rodear mi rostro con sus manos y besar mi frente, parecía querer decir algo porque noté como trataba de empezar a hablar varias veces hasta que reunió fuerzas.
- Me gustas, HyoJin - dijo. Sus pulgares empezaron a acariciar mis mejillas cuando yo sentí que estas estaban empezándose a teñir de rojo -. Me gustas mucho, Summer, y aunque he intentado dejarte tu espacio porque sé que todavía estás intentando superar a alguien, no he podido evitar a mis sentimientos.
Yo me quedé paralizada por sus palabras, no me había esperado para nada aquello. ¿Acaso no me había pedido que me hiciera pasar por su novia? ¿Estaba confundiendo sus sentimientos con gratitud?
- Quizás solo es gratitud, JiSang, tú acabas de separarte de EunRa...
- No, Summer, sé cuáles son mis sentimientos. Desde el principio he sentido que, cuando estás cerca de mí, aunque actuemos como amigos, tenía unas ganas terribles de besarte.
- JiSang...-traté de decir pero él negó con cabeza.
- Sé que tienes miedo, yo también, a ambos nos hirieron en el pasado pero prometo que no haré que sufras, eso es lo último que quiero, Summer. Te pido que me des una oportunidad para demostrarte lo que siento, para que veas lo importante que eres en mi vida.
Lo miré a los ojos y solo pude sentir a mi corazón latiendo rápido, todavía podía sentir sus labios sobre los míos y sus palabras frescas en mi cabeza. No debía pensarlo, éramos amigos pero algo dentro de mí...algo hizo que hablara antes de tiempo.
- Quiero intentarlo - susurré mirando al suelo. Me sentía tímida después de su confesión, no sabía cómo debía actuar a partir de entonces -. Quiero intentarlo contigo, JiSang.
Él me levantó el mentón y sonrió volviéndome a mostrar sus blancos dientes. No pude evitar sonreír en respuesta y sentir que me estaba enamorando poco a poco de JiSang cuando, aunque me costara aceptarlo, Jack no estaba fuera del todo.
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Agente Almmer.
RomancePuede que esta historia parezca la típica historia de una chica adolescente pero no lo es. Alexis Summer Parks va al instituto y tiene problemas con chicos, amores rechazados y no correspondidos y nuevas amigas hasta que todo cambia cuando, por raz...