Agente Almmer.

Epílogo.

-  ¡Dos vueltas más! ¡Rápido! - nos gritó Jack, digo, el Coronel Adams después de que hubiéramos hecho más de cinco rondas de abdominales y carrera continua. 

Me levanté del suelo con la ropa mojada por la lluvia y lo miré molesta, ¿pensaba matarnos a todos antes de que nos graduáramos como oficiales? ¿En verdad quería eso? Empecé a correr al lado de Zack quien puso una mueca graciosa.

¿Os acordáis de Zack, el chico que "me llegó a gustar" y que luego empezó a actuar raro cuando entré en la agencia? Resulta que sus padres murieron también en la misma misión que los míos y, por grandes casualidades de la vida, nos encontramos hace unos meses en el mismo pelotón. Arreglamos todo y quedamos como amigos, él estaba comprometido y yo...ya lo sabréis más adelante.

-  ¿Habéis tenido una discusión de pareja y lo está pagando con nosotros? - preguntó él haciéndome reír -. En serio, creo que me voy a morir, ¿es así cuando estáis solos, Parks? No niegues con la cabeza, no me lo creo. 

-  Lo verás algún día, Hunter, y te lo creerás.

Él asintió riendo cuando oímos la voz del Coronel.

-  ¡Parks!

Yo me giré con miedo y me acerqué a Adams para después hacerle el saludo militar. Mantuve una expresión neutra y sentí como él me miraba fijamente.

-  ¡¿Cuándo piensas aceptarme, Parks?!

Fue imposible no sonreír, no me había esperado que Jack sacara el tema en el campo de entrenamiento cuando los demás nos podían oír. Aparte de Zack y el abuelo de Jack - por no hablar de los oficiales que nos vieron besarnos - nadie más sabía de nuestra relación.

-  Coronel Adams, yo...

-  ¡¿Cuándo piensas casarte conmigo?!

Todos pararon con lo que estaban haciendo y nos miraron con la boca abierta, yo solo pude poner los ojos en blanco y mirar mal a Jack, quien sonreía como un bobo. No había querido que lo dijera delante de mis compañeros porque ellos pensarían que estaba allí por enchufe - quizás ya lo pensaban -. Vi como Jack se arrodillaba y no pude parar la lágrima que se me cayó por la mejilla, me había resistido a aceptar su proposición para que él estuviera seguro del paso que estábamos a punto de dar. 

-  Alexis Summer, ¿quieres casarte conmigo?

Lo miré llevándome las manos a la boca, no sabía qué decir o hacer.

-  ¿Estás seguro, Jack?

Él se levantó para acercarse y besarme con dulzura, podía oír a algunos compañeros gritando, seguro que estaban en estado de shock al vernos así, siempre decían que parecía que Jack no tenía corazón y no lo habían visto sonreír nunca.

Ahora él me estaba pidiendo matrimonio con una hermosa sonrisa en su rostro y me estaba besando transmitiéndome todo lo que sentía. 

-  Nunca he estado más seguro de nada, pequeña.

-  Entonces, no veo por qué no debería querer ser la señora Adams.

Él me miró riendo y me cogió en sus brazos besando mi frente, estaba eufórico. Sabía que lo había estado preparando, es más, sabía que para él era algo complicado de hacer en público. 

-  Te amo tanto, Jack - susurré sobre sus labios.

-  No más que yo, amor, no más que yo.

Y entonces me besó sellando nuestra promesa, nuestra promesa de estar siempre juntos.