Los ruidos de motores y las chicas en minifalda fueron lo primero que me dio la bienvenida.
Una vez que me bajé del coche pude ver donde estábamos : la pista que era conocida por las mayores carreras de coches ilegales.
Y os preguntaréis, ¿cómo lo sabía?
Fácil. Había algo que nunca le había contado a nadie, algo que tenía prohibido decir, algo que si alguien aparte de mí lo supiera se armaría la del pulpo en mi casa. Mis padres eran...¿cómo llamarlo?...algo así como detectives secretos. No esos tan asombrosos y heroicos que solían aparecer en las películas, de esos no, sino más bien de los que eran aburridos y llevaban el deber a rajatabla sin salirse ni una sola vez de la línea. La verdad no era algo que me agradara mucho ya que su trabajo había hecho que me mudara muchas veces, por no decir de los amigos que había perdido.
Pero allí me encontraba, rompiendo las reglas que mis padres me habían inculcado. En verdad tenía que sentirme mal pero no era el caso. No es que deseara estar allí pero era algo nuevo para mí que nunca había vivido debido a la forma de criarme de mis padres. La mano de Hunter agarró mi brazo y me tiró hacia donde estaban unos chicos que reconocí como los que habían retenido a mis amigas cuando habían intentado ayudarme.
- Vaya, traes otra vez a la ricachona.
- Que yo sepa el también es rico - dije mirando a Hunter.
Él me miró y capté la indirecta : nada de hablar o estaba muerta. Muy sutil era ese hombre, muy sutil.
- ¿Correrás hoy contra Bane? Parece que quiere la revancha desde que le puliste en la pista la semana anterior.
- ¿En moto? Me vale.
- Pero, Zack, ya sabes lo que debes llevar en la espalda como regla, ¿no?
Hunter me miró y fue la primera sonrisa - aunque irónica - que le vi. Pero algo me olía a quemado, ese estúpido planeaba algo que yo todavía no había descubierto.
- ¿Me la cuidáis hasta que vuelva?
¡Ey! Era una persona no una chaqueta al cuidado de tres chicos.
- Bueno, preciosa, me llamo Nate, él es Will y él Blue.
- ¿Blue? ¿Como el color azul?
- Sí, quizás es porque lleva el pelo de color azul - rió Will.
- Muy ingeniosos - reí hasta que Hunter volvió a aparecer y me agarró del brazo - otra vez - para llevarme hasta un lado de la pista.
- ¿Qué vas a...? - pero él fue más rápido y me agarró de la cintura para después montarme en la parte trasera de la moto.
Él lo hizo después y me puso las manos en torno a su cintura aunque yo me aparté un poco. Una chica apareció en medio de la pista y dio la salida haciendo que la moto saliera disparada y tuviera que agarrarme muy fuerte a Zack. Me daba miedo, sentía como la inseguridad se iba apoderando de mí poco a poco hasta que la carrera terminó y Hunter fue el primero. Aparcó la moto lejos de la multitud y cuando se acercó a mí, yo me aparté muerta de miedo.
- ¡¿Eres gilipollas?! ¿Sabes el miedo que le tengo a las motos?
Me bajé de la moto pero mi pie se había enganchado con el pedal, no me podía soltar. Hunter se acercó a mí y me levantó en sus brazos para después desenganchar mi zapato. Después de eso seguí en sus brazos mientras mis lágrimas salían sin quererlo.
- Mi hermano murió en una carrera de motos - musité sin darme cuenta.
Sentí como sus brazos me apretaban más contra él y como mi cabeza encajó debajo de la suya haciendo que su mentón estuviera pegado en la parte superior de esta. Inexplicablemente mi corazón se aceleró por otra razón que no era el miedo, inexplicablemente me sentí menos deprimida en sus brazos aunque en un principio no había querido estar así. Sus manos me apartaron un poco y fueron hasta mis mejillas para acariciarlas con los pulgares. Alcé la mirada hasta que mis ojos se encontraron con los suyos atrapándome en los dos mares que hacían de pupilas.
Y sin que me lo esperara, sus labios besaron el recorrido de mis lágrimas aunque, cuando abrí los ojos, él ya no estaba allí. ¿Lo había soñado? ¿Aquel Hunter no existía? Sacudí mis pensamientos y volví a la pista para ver como el muy gilipollas estaba besándose con la rubia siliconada del otro día. Decidí pasar de ellos, ¿a caso tenía que importarme? ¡Para nada! Ahora que él estaba ocupado era mi momento para huir de ahí, quería irme ya, no sabía que hacía en esa estúpida pista. Anduve lejos de los coches y de las personas que estaban viendo las otras carreras y me dio igual tener que andar de vuelta a la ciudad. El pitido de un coche me hizo girar y vi como un lamborghini se acercaba a mí y como se bajaba la ventanilla. El chico que estaba al otro lado me miró con una sonrisa amable y me saludó con la mano.
- ¿Quieres que te lleve a algún sitio?
- No creo que...
- No voy a hacerte nada - dijo él muy serio.
Lo miré a los ojos y sentí que decía la verdad, aunque fuera un desconocido me daba la sensación de haberlo visto ya en algún sitio.
- Está bien - dije abriendo la puerta y colocándome el cinturón de seguridad mientras él arrancaba.
- Me llamo Christian, por cierto. Siento decir esto pero he corrido contra tu novio hoy.
- ¿Mi novio?
- Sí, Zack Hunter. ¿No es él tu novio?
- ¡Ni de broma! Antes me corto las venas que salir con ese cenutrio.
- Me alegra oír eso aunque, ahora que lo pienso, todavía no sé tu nombre - sonrió.
- Tengo dos nombres a falta de uno, puedes elegir si quieres - dije de broma -. Alexis Summer.
- Summer, un bonito nombre para una chica aún más bonita.
Sonreí como una tonta y me sentí mal cuando llegamos a mi casa y me tuve que despedir de él.
- Gracias por traerme, Christian.
- El placer ha sido mío. Cuídate, Summer.
Me despedí con la mano y entré en casa con una sonrisa en los labios.
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Agente Almmer.
RomancePuede que esta historia parezca la típica historia de una chica adolescente pero no lo es. Alexis Summer Parks va al instituto y tiene problemas con chicos, amores rechazados y no correspondidos y nuevas amigas hasta que todo cambia cuando, por raz...