Plan: 'Italia'

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- A ver, otra vez Ely... ¿Que vas a hacer qué? - Los ojos de Ronny se salieron de sus órbitas, mientras que Yanin reía divertida, y realmente sorprendida.

- ¡Te felicito pequeña! - La rubia con ojos negros me abrazó tiernamente. Ronny seguía perpleja.

- Déjame ver si comprendí... Fuiste, te dijeron que la beca era del 45 por ciento, te fuiste enojada, y luego viste un concurso y ¿entraste a él? - preguntó mi hermana, no muy alejada del tono de histeria.

- Básicamente... - contesté con una sonrisa - Vamos, no te acomplejes. Es fácil, y puede aumentar mi beca.

- Pero también la puede disminuir-

- ¿A un 40 por ciento? - pregunté sarcástica. - No hay gran diferencia.

- Ely, Ronny tiene razón. Irás contra alumnos que tienen el mismo sueño que tú, el mismo talento, quizás más o quizás menos que tú, pero son tu competencia, no debes de tomarlo a la ligera.

Hice una mueca, mirando directamente al suelo. Sabía que tenían razón, pero aún así, tenía bastante confianza en mí misma. Había tenido ya bastas experiencias en esa clase de concursos, claro, ninguno había sido antes para calificar a una beca para la universidad, pero no importaba. Todos eran humanos, todos tenían puntos débiles, así que daba igual, al final del día todos tendríamos las mismas oportunidades de ganar o perder. Después de darles la noticia a mi hermana y a su mejor amiga, fui a la habitación, descansando sobre la cama, tratando de imaginarme sobre que tema tendría que escribir. Obviamente sería algo profundo, científico, que llegara a la mente de los testigos. Quizás sobre alguna campaña u organización social, para crear conciencia sobre alguna clase de acontecimiento en el mundo, algo trascendental...

...

- ¿Romance? - Levanté la mirada hacia la secretaria. - ¿Esta usted bromeando? ¿Amor? -La señora que sostenía su gris cabellera en una cebolla sobre su cabeza, sonrió cálidamente, levantándose de su escritorio. Justo como el día anterior, me encontraba en las oficinas de aquel prestigiado centro de enseñanza superior, para poder leer la convocatoria oficial, la cual no me habían dado hacía 24 horas, ya que no tenían preparado el papeleo. Según ese papel, a cada participante se le da un tema en específico, donde tienen que usar su imaginación para escribir cualquier tipo de texto; puede ser uno Informativo, un cuento, una historia, una novela, una biografía, lo que quisiéramos, pero tenía que ser centrado en el tema que se le fue asignado al azar, sin cambios ni correcciones.

- No me malinterprete, pero necesito otro tema, por favor. - supliqué a la secretaria, la Sra. Hopkins. - Vamos, algo más profundo, llegador. El romance y yo no congeniamos.

-No sea pesimista señorita. - contestó la dulce anciana, con un olor a coco que provocaba que mis fosas nasales se conectaran inmediatamente con mi memoria, provocando que recordara a mi abuela Nina, que hacía muchos años, no veía...

- No se permiten cambios, pero no dice nada de consejos. Solo escriba sobre alguna experiencia amorosa que usted haya tenido en su corta vida. Todos los romances son historias de amor, algunas más interesantes que otras, solo tiene que agregarle intensidad en las palabras, y listo. - la Sra. Hopkins regreso a su silla detrás del escritorio.

"Si, ese sería un buen consejo... Si alguna vez me hubiera enamorado" Luego de aquella revelación que cambiaría mi perspectiva sobre el concurso, y sobre mis oportunidades de ganarlo, regresé a casa, con el espíritu hecho añicos. ¿Como le explicaría ahora a Ronny eso? Ella era fiel testigo de mi falta de amor en la vida, como es que tenido 20 años, mi único noviazgo, fue de dos semanas, y por que el chico hizo una apuesta. Nunca fui la clase de chica que le llamara la atención a los chicos, quizás físicamente, se podría, aunque solo para chicos que ven más allá de pelo rubio y ojos azules; mi cabello era castaño obscuro, largo como la noche, y mis ojos del mismo tono. Mi piel, al contrario de las chicas 'bronceado perfecto con bikini', era blanca, tal como la cal. Pero existía otro factor que provocaba que los chicos salieran corriendo: Yo. Y cuando digo 'Yo', habló de mi personalidad, Yo. Soy una persona... diferente. No me gustan las modas, y digo lo que pienso sin callarlo. Estoy contra el maquillaje, y la secadora de cabello. A veces, y solo a veces, me pregunto si será normal, ¿Por qué no intentar ser un poco como los demás para ver si así encajo en algún lado? Pero eso solo sería caer en las redes de la sociedad, hecho al cual me negaba rotundamente a que sucediera. Entré lenta y sigilosamente por la puerta, esperando a que no provocara un gran y estruendoso sonido. Miré hacia todos lados: Ni Ronny ni Yanin tenían signos de vida. Más relajada, entré a paso firme al departamento, y dejé mi bolso colgado en el perchero, sentándome en el sillón de escritorio giratorio.

- Y ahora ¿Que mierdas haré? - me estrujé los ojos mientras pensaba en voz alta. - Romance, ¿En verdad? ¿Mi beca dependerá del amor?

- ¿Amor? - una segunda voz interrumpió mi giro en la silla, provocando que me levantara rápidamente de ella. Yanin y Ronny estaban al inicio del pasillo, viéndome con los brazos cruzados. - ¿Que tiene que ver el amor en todo esto? - trague gordo, mientras que me volvía a sentar, vencida en el sillón.

- Mi trabajo para la beca, tiene que tratarse sobre eso. Amor, romance, cosas cursis y palabras bonitas.

- y, ¿Cual es el drama? - Yanin se sentó el brazo del sillón, con sus brazos recargados en el respaldo. - Eres escritora, tus textos son mejores que algunos profesionales. Solo déjate llevar.

- ¡No es tan fácil Yanin! - cerré los ojos. - Yo jamás me he enamorado, no soy una chica normal, no eh tenido novios formales ni mucho menos. ¿Como escribir sobre algo que jamás has sentido?

-¿Que no se supone que los escritores hacen eso? ¿Escribir sentimientos de personajes imaginarios? - levanté la mirada ante las palabras de Mi hermana.

- Quiero que este trabajo sea perfecto. Tiene que ser perfecto. No quiero colocar las típicas palabras de amor, quiero originalidad, saber realmente como se siente el estar enamorada, descartar mitos y agregar realidades. Sí, soy escritora, pero la experiencia no haría mal. Las 3 callamos, hablando tan solo con nosotras mismas dentro de nuestra cabeza. No había modo de que descubriera el significado del amor en un lapso de 4 meses, menos siendo la misma Ely de siempre, la que no le gusta a los chicos, la que es rara, la que se pasa su receso en la escuela escribiendo en su cuaderno. No, esa Ely era un repelente a la sociedad.

- Y... ¿Por que no tomas un viaje? - la voz de Yanin resonó en la habitación. - digo, quizás te inspires, quizás veas nuevos horizontes y aquellos sentimientos lleguen solos, o quizás te enamores. - los ojos de Ronny se abrieron como omóplatos, (si, omóplatos, esos mismos), pero no necesariamente por las palabras de Yanin. Se levantó apresuradamente del sillón donde se encontraba sentada, y fue disparada hacia su habitación. Yanin y yo intercambiamos una larga mirada, preguntándonos una a la otra "¿Y a esta que mosca le pico?". Después de medio minuto después, Ronny grito desde su habitación.

- ¡Bingo! - los pasos de mi hermana se escucharon cada vez mas fuerte conforme se acercaba a nosotras, con un papel en su mano. - Para ti. - extendió su mano con el papel entre los dedos. Frunciendo el ceño, lo tomé, para después abrir los ojos más de lo que su circunferencia me permitía tan siquiera.

- ¿Un boleto de avión? - pregunté perpleja. - ¡¿Que?! - Ronny solo rió.

- Lo tenía allí guardado... Es de la vez en que iba a ir a visitar a Troy meses atrás. - Troy, su ex novio, engañador y farsante... Ese Troy. - puedes usarlo para cualquier vuelo, pero tiene que ser en menos de 2 semanas, que como los cupones, se vencerá.

- ¿Italia? ¿Hablas enserio?

- Vamos Ely, hablas como si jamás hubieras ido. - Ronny y yo, frecuentábamos el viejo continente, gracias a nuestra familia. Gran parte de la familia de mi mamá se encontraba asentada en aquel lugar, como mi abuela Nina, mis tíos, primos... Hacía ya varios años atrás que no iba a visitarlos por los estudios.

- No puedo tomarlo.

- ¡Ely! - tanto Yanin como Ronny renegaron.

- No, no puedo Ronny. Es tuyo, yo...

- Ely, te explicare lo que harás. Te callarás boca, y empezaras a empacar, ¿Esta claro? No puedo salir del país en menos de dos semanas por el trabajo, de nada me serviría si no lo tomas. No hagas que el dinero que invertí en él se pierda, por favor, sería solo otra cosa perdida tras mi masoquista relación con Troy. - yo hice una mueca, mirando el boleto. No tenía otra opción, ¿Cierto? Era O ir a Italia, o quedarme en Estados Unidos a escribir un montón de palabras a las que no les encontraba ni sentido ni razón. El plan Italia era la opción más fiable.

Una escritora sin amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora