L.O.V.E.

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Dejé el cepillo sobre mi tocador, antes de escuchar un suave "toc toc" sobre mi puerta. Acomodé el tirante de mi blusa una vez más. 


- ¿Lista? - preguntó aun afuera Justin. Respiré hondo.


La noche anterior había tenido sus frutos; de tantas vueltas que daba en la cama, pensando y analizando a Justin, deduje que era solamente un pequeño efecto sobre el cambio de horario, o quizás el sol de todos los días por pasármela en la playa de Lunes a Domingo. Justin no había sido especial, había sido amable, lo cual claramente tiene una gran e inmensa diferencia entre ambos términos. Estaba más que claro que no había sido "detallista", y que aquel beso en la mejilla haba sido tan solo para cubrir un espacio vacío, fácil, sencillo. Por lo que esa mañana estaba más que tranquila. 


- Ya voy. - dije en voz alta para tomar mi chaqueta morada, y abrochar la agujeta de mis tenis supra. 


Escuché los pasos de Justin alejarse por el pasillo, mientras suspiraba. «Elizabeth, no tiene nada de qué preocuparte. Solo irán a la ciudad, harán las compras, y se irán de regreso cada uno a su indiferencia. » 


Me coloqué la chaqueta, y salí de la habitación. 
Al fondo del pasillo, la puerta principal estaba abierta. Un olor a panqueque llegó hasta mis fosas nasales, y antes de que diera un paso más, mi abuela entró a la casa con una bandeja llena de estos mismos.


- ¡Elizabeth! ¡Come come! ¡No puedes viajar con el estomago vacio! - se acercó a mí, extendiendo la bandeja. Yo la miré con una sonrisa. 


- Abu, no tengo hambre... y no haremos un gran viaje, solo dos horas de ida, dos horas de regreso. - miré los panqueques haciendo una mueca. 


- Idioteces tuyas. ¡No sé cómo es que los Jóvenes no quieren comer nunca! ¡Justin me dio la misma excusa! - bufó ofendida, y yo solté una carcajada. - anda, come, que no salen de ese porche hasta haber comido por lo menos un panqué. - alzó una ceja, y yo tomé el pan entre mis manos. Estaba esponjado, recién horneado. Mi abuela era la más dedicada del mundo, y esto era solo un ejemplo: había madrugado solamente para que Justin y yo no viajáramos con el estomago vacío... Y eso contando que apenas eran las 7:10 de la mañana, y el sol ni siquiera había salido totalmente.

- Molto bene Molto bene. - exclamó sonriente. - les pondré mas comida para que se lleven. - dijo caminando hacia la cocina. Yo suspiré mientras le daba un mordisco a mi "Muffin"... Realmente exquisito de vainilla. 


Salí de la casa, y vi a mi abuelo y a Justin encendiendo la camioneta, una vieja Toyota con cajuela y una sola


Cabina, un gran volante y una palanca de cambios. Ulises el daba indicaciones a Justin, el cual también sostenía un panqueque en su mano, pero él uno de chocolate. Crucé la entrada hasta llegar a la cerca de madera blanca, y ambos me miraron. 


- ¿Lista Elizabeth? - preguntó mi abuelo. Yo asentí la cabeza, mientas el sonreía. Bajó de la camioneta, y se acercó a mí. Extendió una lista sobre mi mano, así como una dirección encada una, indicando donde la encontraría. Sería un día muy largo...




...





Justin empezó a conducir, mientras yo iba mirando hacia la ventana. El sol apenas salimos cuando llegamos a la carretera, y nos tocó ver el amanecer, y como marco, la costa del mar mediterráneo a lo lejos, un muy hermoso cuadro. 


Justin no despegaba sus ojos del volante, mientras que yo estaba feliz de pasar unos segundos tan amenos con el sol, el mar, y conmigo misma. 


- Es hermoso... Tu cabello se ve rojo. - comentó de repente. Yo miré hacia las puntas de mi cabello, y comprobé que lo que Justin decía era verdad. Se veía rojizo, aunque eso solamente por la entrada de Luz anaranjada a la camioneta. - ¿Quieres un panqueque? - preguntó para después echar una carcajada entre dientes. Yo miré hacia la bolsa que mi a abuela nos había hecho llevar; en esa bolsa de papel, estaban aproximadamente 5 panqueques, dos empaques de mermelada cerrados, así como también 4 manzanas, y 3 bolillos. Ella era una mujer muy precavida... 
- De hecho, creo que sí. - dije tomando un abriendo la bolsa para tomar un muffin. Aun estaban calientes, ya que no llevábamos mucho tiempo aun de viaje: hacía apenas 20 minutos que salimos de casa de los abuelos. 


- ¿Quieres uno? - pregunté dándole un mordisco a mi muffin de nuez. 


- Si. - dijo mientras extendía la mirada hacia la bolsa. 

- ¿Podrías mirar al frente? - cuestioné un poco preocupada, mientras que el echaba una risa al aire. 


- ¿Tanta poca confianza tienes en mi? Estoy pendiente de todo Ely. - sonrió, y yo miré hacia la carretera. El hizo lo mismo, tomando el panqueque en su mano izquierda, mientras manejaba con la derecha. - ¿Evitaste los de chocolate o es mi delirio?


- Odio el chocolate. - admití a regañadientes mientras que el alzaba las cejas, sorprendido. - nunca me ha gustado. 


- Yo soy su fan numero - admitió sonriente mientras mordía otra ve su muffin, convenientemente de chocolate. 


Nos quedamos callados unos minutos más, mientras que ambos hablábamos con nosotros mismos. Yo tan solo pensaba en mi panqueque de nuez. 


Justin estiró su mano hacia la vieja radio con dos bases de la camioneta, de esas típicas radios de camionetas antiguas. Giró la base y buscó una estación; lo primero que encontró fue una estación de música country. 


- Ewk. - exclamé con cara de asco. - ¿Te gusta el country? 


- No. - sonrió. - solo quería saber si a ti si te gustaba. - dijo el emocionado, mientras que yo alzaba las cejas sarcásticas. 


Continuó cambiando a la estación, la mayoría eran canciones que ni él ni yo conocíamos, obviamente en Italiano; eran pocas a las que realmente le entendía. Entonces, la detuvo en una estación de Jazz. 


- Nat King Cole. - dijimos los dos al unisonó. Lo miré apenada, pero el parecía no darle importancia, la mas mínima. 


- Esa canción es de mis favoritas. - sonrió. Estaban pasando la melodía de "L.O.V.E", de aquel icono del Jazz. Yo sonreí. 


- La mía igual. - dije para mirar por la ventana.

 
- "L... Is for the way you look at me..." - comenzó a cantar. Yo lo miré con una sonrisa, a punto de estallar en risas. Estaba bailando aun con las manos en el muffin y en el volante, moviendo su cuerpo al ritmo de la melodía. - "O, its for the Only One, that I see... V, its Very Very, Extraordinary. E, its Even more than anyone that you adore can. Love, its all that I can give, to you... love, its more then just a Game for two. Two in love can make it, take my heart and please dont break it. Love, was made for me and you." - me miró con la sonrisa de oreja a oreja, y yo no podía con mi risa, aunque en cierto modo era un tanto incomodo, ya que me miraba en partes como "The Only One that I See" o "Love its all that I can give to you", frases románticas que cortan por completo el ambiente de amistad, aunque con el juego y las risas se disfrazaban. 
El estribillo comenzó, y Justin subió la música hasta el tope. 


- ¡Canta! - dijo sonriente y feliz. 


- ¡Ni loca! 


- vamos... Anímate! - dijo justo antes de que la música comenzara otra vez. Me miró de nuevo, y comenzó a cantar. - "L, its for the way you look at me..." - alzó las cejas, y me rendí. 


- "O, its for the only One, that I See... - canté yo, y el sonrió complacido mirando de nueva cuenta hacia la carretera.

- "V, its very very, extraordinary..." 


- "E, its even more than anyone that you adore can.." 


- Love, its all that ai can give to you. 


- Love, its more that just a game for two..


- Two, in love can make it


- Take my heart and please dont break it. 


- Love, was made for me and you. - ambos cantamos al unisonó aquella última frase, solo para que Nat detrás de la radio rematara con un gran final. Ambos estallamos en carcajadas, antes de que empezara otra canción. El cantar cada uno una frase de la canción había sido divertido... Aunque en aquel instante, mi corazón a estaba a 4 metros sobre nosotros. No sabía por qué, pero Justin tenía aquel extraño efecto en mi, con cualquier pequeña acción... «L.O.V.E.» pensé con una sonrisa.

Una escritora sin amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora