Capítulo 18.
-¡Vete!-Chilló Taehyung.
Me miró. Dudó unos segundos, pero abrió la puerta y se acercó.-Dejadla en paz.
-No nos ha dicho perdón aún.-Comentó Suga.
-Tienes sus razones.-Los empujó hacia atrás con suavidad. Se puso delante mía, protegiéndome.-No deberíais a ver dicho nada.
-Nosotros hablamos de todo...
-Pero tendríais que haber pensado las consecuencias al acostaros con ella. Sois unos bocazas.
-Pero...
-Fuera.-Hizo un gesto con su cabeza.-Yo me encargo de ella.
Taehyung hizo una mueca. Cogió mi camisa rota del suelo, y salieron metiendo un portazo. Jin se quitó su pullover y lo alzó hacia a mí. Me alejé de él, insegura.
-No soy como ellos, pero si prefieres salir en sujetador...-Encogió los hombros. Cogí el pullover y me lo puse.-¿Por qué llorabas? ¿Te hicieron daño?
-La camisa me la regaló mi abuela.-Sollocé.
-Malditos gilipollas.-Tiró de mi y me abrazó.
-¿Te vas a encargar de mí?
-Era para que te dejaran en paz.-Me miró.-Yo no soy como ellos.
-¿Y por qué quedas con esos imbéciles?
-Porque esos imbéciles son mis amigos después de todo.-Suspiró.-¿Quieres salir de aquí?
Asentí. Cogió mi maleta del suelo y la cargó en su hombro. Se metió en el coche y empezó a conducir.
-¿Por qué no eres igual que ellos?
-No necesito hacerme el fuerte para que todos me respeten.-Se pasó la mano por el pelo.-Ni follar para sentirme lleno.
-Oh.-Susurré.-¿Eres virgen?
Me miró y sonrió.-¿Tengo cara de ser virgen?
-No.
-Ahí está tu respuesta.
-Gracias por ayudarme.-Dije avergonzada.
-Tienes agallas ______. Cualquier otra hubiera sido sumisa, pero tu eres valiente.
-No me dais miedo.
-Lo sé.-Paró el coche.-¿Quieres comer algo?
-Oye ¿Te pasa algo?
-Tae y Suga me pusieron algo histérico.-Gruñó.-Yo te pagaré la camisa.
-Tu no tienes la culpa.
-Da igual, yo te la pago.
-No voy a coger tu dinero.
-Habrá algo que pueda hacer para compensarte ¿No?
-Vamos a comer, e invitas a los cafés.
-Invito a la comida.-Me miró.
-A los cafés.
-No, a la comida.
-Jin...
-A la comida y ya está.
-Pero...
-Quiero compensarte por el mal rato ______. Iremos a comer, tú disfrutarás de la comida, y pagaré yo. ¿Vale?-Sonrió.
-Bueeeeeeno.-Suspiré frustrada.
-Y el pullover puedes darmelo mañana.
-¿Necesitas que te lo lave?