Capítulo 14.
-J-Hope quedé con Araibi en una hora.
Paró en un parque y me miró.-Pues explícame porque me pegaste.
-No.
-Pues no vas a ningún sitio.-Encogió los hombros.
Mi móvil tembló. Lo saqué de mi bolsillo y lo miré.
Araibi: Tía tengo que hacer muchas cosas para mañana de la universidad...
Araibi: No te importa dejar lo de la autoescuela otro día?
_______: Valeee
Suspiré.-No me importa. No voy a ir al final.
-¿Qué te pasa?
-Nada, que me hacía mucha ilusión.-Contesté haciendo un puchero.
Sonrió con dulzura.-Bueno, te llevo a tu casa.
Encendió el coche y condujo por un buen rato. Empecé a asustarme, ya que no estábamos llendo a mi casa. Se para en un espacio lleno de tierra. Se baja del coche y va hasta mi puerta, la abre.
-Bájate.
-¿Que hacemos aquí?
-Ponte en el piloto.
-¿Para qué?
-¡Que te pongas en el piloto!-Me ordenó.
-Que no me grites.-Me puse donde me dijo echa una furia.-¿Contento?
-Pues bueno, conduce. Yo te voy explicando.
-¿De verdad?-Pregunté ilusionada.
-Si... Mira, primero tienes que...
Le dejé callado acelerando con demasiada rapidez. Se agarró a los lados de su sillón asustado. Giré el volante con violencia y puse el freno de mano, derrapando.
-No es mi primera vez que conduzco ¿Sabes?-Me reí.
-¡Hija de...!-Se apretó con la mano el pecho.-Me asustastes, mierda.
-Ay, miedica.-Solté una carcajada. Me levanté como pude y me senté encima de él, apoyando mi cuerpo en la guantera.
-Me hubieras avisado.-Puso sus manos alrededor de mi cintura.
Me acerqué a él para besarlo. Me acercó más a él y subió mi camisa. Me movía haciendo círculos para tentarle.
Se separó unos segundos de mi, y dudando, habló.-Chúpamela.
-¿Qué?
-Que me la chupes.-Repitió.-Para ver si se te da bien o no.
-Es para decírselo a Jimin ¿No?
-También.-Sonrió.
Abrí la puerta y me bajé de encima de él. Caminé lejos del coche.-Esto es increíble.-Pasé mi mano por mi pelo. Suspiré con dificultad.
-¿Qué te pasó?
-¿Os gusta hablar de como lo hago o como lo dejo de hacer?-Grité.-¿Os la pone tiesa o algo joder?
-Hablamos de todo ______...
-¿Y a ellos que cojones le importa como lo hago contigo? ¿Eh? ¡No soy un puto juguete!-Me acerqué.-Por eso la bofetada que te di. Porque me hablas mal cuando no me necesitas, y cuando necesitas follar, me hablas bien.
-Eso es mentira.
-¡Es verdad no me trates por mentirosa J-Hope que te doy otra ostia!-Alcé la mano.
-Vale, vale.-Dijo intentando tranquilizarme.-No diré nada más de como lo hacemos, lo juro. Y lo siento si te he hablado mal.
-Gracias.
-¿Vamos a hacerlo?-Preguntó.
-No, estoy cabreada.
-Era una pregunta retórica, vamos a hacerlo igualmente.
-Te estoy diciendo que no.-Se intentó acercar a mi pero me alejé.-No es no.
-¿Sabes que siempre consigo lo que quiero?
-Yo también. -Me crucé de brazos.-Y lo que quiero ahora, es no hacerlo contigo.
-Por esta vez ganas pero la próx...
-Siempre gano.-Le interrumpí.
-Ahora te quedas sin polvo.
-No, te quedas tú sin el polvo.-Señalé su pene erecto.-Yo no tengo ese problema.
-Mierda.-Susurró.-¿Entonces no lo hacemos?
-Vete a la mierda.-Le miré.-Llévame a casa.
-Tampoco te pases, tu te quedas conmigo.
-Me voy caminando.-Dije mientras me alejaba.
-Si no sabes donde estás.-Se rió.
-¡Me da igual!
-¿Y entonces que? ¿Me quedo tu móvil? ¿Puedo venderlo?
-¡Mierda!-Grité. Me acerqué a donde estaba él y me senté en el suelo.-Gilipollas.
-¡Sonríe!
Miré hacia el móvil que tenía en sus manos, era el mío. Me estaba apuntado, me iba a hacer una foto. Saqué el dedo corazón, haciendo el corte de manga, con facetas en la cara de enfado. Sacó la foto.
-Para el fondo del móvil. -Se rió.
-Ni se te ocurra.
-Si sales súper adorable.
Guardó su número de teléfono y se pasó la foto por WhatsApp. Me dejó mi móvil y cogió el suyo. Cogió mi fotografía en galería y la colocó de fondo de pantalla.
-¡Ho Seok!
-¡Cállate! Sales preciosa.-Se rió.-Además, así la gente que te vea, piensan que eres mía, y no te tocan.
-Es que no soy tuya.
Se acercó a mi, dejando casi apenas separación entre nosotros.-Si lo eres.
-N..No.-Susurré.
-¿No vas a besarme?
-No.
-¿Por qué?
-Porque no quiero.-Me levanté.
-Tienes el pantalón lleno de tierra.-sacudió con fuerza mi culo.
-¡J-Hope no seas bruto!
-Es que me encanta tu culo.-Murmuró en mi oído.
-No vamos a hacerlo.
-¿Pero por qué?-Preguntó como un niño pequeño.-¡Si he sido bueno!
-¿Bueno? ¿Tú?-Le señalé. Me miró. Con ternura y asintió.-Ya, claro.
-Oye que tu tampoco eres un ángel.-Se quejó.
-Lo sé, soy un demonio adorable.
-¿Adorable?¿TÚ?
Cogí su móvil y enseñé la foto que tenía de fondo.-¡Tú mismo lo has dicho!
-¿Tienes pruebas de ello?
-La puta foto es una prueba.-Suspiré frustrada.
Me quitó el móvil.-¿Y por qué tu eres adorable y yo no puedo ser bueno?
-Porque yo siempre gano, ya te lo he dicho.-Sonreí.
Entrecerró los ojos.-Eso es injusto.
-La vida es injusta.
-Al menos dame un beso.-Me acerqué y dejé un pequeño beso en la comisura de sus labios.-¿Qué mierda de beso fue ese _____?
-Es lo único que te mereces.-Me subí en el coche.-Llévame a mi casa.