Capítulo 38.
Demasiado empalague para Ho Seok. Y demasiado después de haber estado llorando para él. Parecíamos dos jodidos novios de mierda. Y esto dolía. Joder que si dolía. Me puse la ropa y entré en el baño para mirarme en el espejo y respirar lentamente. Intentaba mentalizarme que no debía decirle que le quiero. O lo que sea. No se me da bien mentir.
—No vas a durar mucho así.—Susurró Araibi desde la puerta.
—¿Quieres callarte?
—No.—Chasqueó la lengua repetidas veces.—No quiero.
—Sólo déjame ser feliz por un rato.
—¿Cuánto vale tu felicidad para que sigas mintiendo?—Salí de allí para bajar al salón.—No pases de mí.
—¿Nos vamos?—Pregunté a J-Hope.
—Espérame fuera reina, ahora voy.—Me guiñó el ojo.
Abrí la puerta, Araibi estaba detrás.—¿No me piensas escuchar?
—Escucharte y responderte son dos cosas diferentes.
—Gavi...—Miró su teléfono.—Mierda, llego tarde. Después hablamos.
Me abrazó antes de irse. Ho Seok salió de la casa De Jin. Desde la ventana, Jin negaba con la cabeza mirándome. Entré en el coche al igual que J-Hope.
—Aún no me has contado lo que te pasaba.
—No era nada.—Susurré mirando por la ventana.
—¿No confías en mí?
—J-Hope odio que me hagas esa pregunta.—Contesté cabreada.—Sabes perfectamente que confío en ti antes que nadie.
—¿Y por qué no me lo cuentas?
Porque saldrías corriendo.
—Son cosas familiares..—Sonreí delicadamente.—Discutí con mi madre y por eso estaba aquí en casa de Jin.
—No sé que decirte en estos momentos.
—Sólo conduce y haz lo que tengas que hacer.
—Hoy no vamos a hacer nada de follar, por si lo pensabas.
—Sólo me quieres para eso Ho Seok.—Escupí una carcajada.—Ya tengo claro lo que soy para ti, una put...
Paró el coche de remplón en medio de la carretera.—No vuelvas a decir eso.
—Ho Seok, hay coches detrás.—Dije al escuchar un claxon.
—¡Me la sudan los coches!—Gritó.—No eres ninguna puta, y no te quiero solo para follar ¿Entendido? Me revienta por dentro cuando os llamáis putas sólo por follar con quien os apetezca.
Asentí con la cabeza. Gruñó y siguió conduciendo, dejándome media inquieta. ¿Qué cojones? ¿Por qué me grita así? Dios, maldito bipolar.
—Ho Seok... ¿Te puedo hacer una pregunta?
—Sí.
—¿Alguna vez te has enamorado?
Desaparece su sonrisa, sin motivo alguno. Me mira unos segundos antes de seguir conduciendo.—No.
—¿Y crees que algún día te enamorarás?
—No creo.—Contestó casi en un susurro.—¿Y tú?
—¿Yo qué?
—¿Te has enamorado?