Capítulo 30.
Puto lunes. Me senté en la mesa de Araibi. Estaba en su clase hasta que tocara el timbre. Después de ello iría a la mía. Entraba gente, pero no venía Lerián. Y me ponía nerviosa ya que JungKook solía venir con Ho Seok y hoy Kookie vino andando, solo. ¿Estarían juntos? ¿Se la estaría tirando? Mierda. ¿Y a mí que más me da? Sabes que te importa mucho más de lo que debes así que cállate la boca y vete a buscarlo.
-Araibi, nos vemos luego. Voy a buscar a JungKook.-Cogí mi maleta. Ella asintió y se puso a hablar con su compañera.
Entré en mi clase y vi a JungKook con Jimin. Me acerqué a ellos. Tenían una conversación.
-¿Y qué hace allí?
-Practicando nuevos pasos, me supongo.-Encogió los hombros Jimin.
-Por su culpa vine sólo.
-¿Hablan de Ho Seok?-Pregunté. Los dos asintieron.-¿Vino?
-Si, está en el gimnasio.
-Oh.-Miré mi móvil.-Voy afuera, a llamar a mi madre.
-¿Te pasa algo?
-No, solo que se me olvidó decirle que hoy iba directamente a casa de Araibi.
-Bueno, te espero aquí. -Sonrió JungKook.
Caminé con prisa hasta el gimnasio. Escuchaba pasos dentro de él. Abrí con cuidado la puerta. Ho Seok estaba en la sala de baile, moviéndose mientras se miraba en el espejo. ¿Desde cuando baila tan bien? El maldito se callaba muchas cosas.
Se para del remplón.-Sabes que te estoy viendo hace rato¿No?-Dijo mirando mi reflejo en el espejo. Abro la puerta y la cierro detrás de mí. Me apoyo en ella.-¿Y bien?
Dejé la maleta en el suelo.-¿Desde cuándo eres tan falso?
-¿Que dices de falso?-Abrió una botella de agua y bebió de ella.
-Decías que odiabas a Lerián y después te veo con ella.
-¿Estás celosa?-Me miró.
-No, pero me parece de hipócritas.
-Mi madre me obligó. Ella es amiga de la madre de Lerián. -Me lanzó su móvil, con una conversación puesta.-Me dijo que la llevara a no se que sitio porque su coche estaba roto.
Tenía razón. En la conversación Ho Seok se quejaba de miles maneras para no ir, y al final acabó cediendo. Salí de los mensajes. ¿Si estaba enfadado por qué sigue teniendo mi foto de perfil?
-Te acabo de acusar sin razón.-Susurré avergonzada.
-Tu eres así de idiota.-Comentó mientras seguía bailando.
Dejé su móvil encima de su bolsa.-Deja de insultar Ho Seok, molestas.
-No, molestas tú.-Giró su mirada hacia mí, viéndome desde él espejo.-Estamos peleados, así que déjame sólo.
-La pelea la empezaste tu, sin saber por qué. -Le grité.
-Pues eso mismo. Ahora largo.-Sentenció.-Ya sabes lo que querías saber. Vete.-Me crucé de brazos. No quieres marcharte. Y lo sabes perfectamente.-¿Qué haces que no te mueves?
Suspiré. Me acerqué a la puerta y eché el cerrojo por si alguien entraba.-O a las buenas o a las malas.-Hablé de nuevo. Me quité la chaqueta y los pantalones.-O me follas ahora mismo o lo hago sola.
Me mira detenidamente. Se acerca a su maleta y busca en su cartera un preservativo. Lo encuentra y se acerca a mí para besarme. Pone sus manos atrás de mi cuello. Desabrocho su pantalón y hago que se baje hasta las rodillas. Dio pasos hacia atrás hasta tenerme pegada a la pared. Agarra mi trasero y sube mi cuerpo hasta tener mis piernas entrelazadas en su cintura.
Bajó sus calzoncillos y colocó el preservativo.-Bájate las bragas.
Hice lo que pedía. Miro hacia abajo. Apretó mi trasero y dio un empujón para introducirla de un golpe. Tapó mi boca al ver que gritaría.
-A mi también me gustaría gritar tu nombre nena.-Susurró.-Pero no aquí. No ahora. ¿De acuerdo?-Asentí con dificultad. Sonrió perverso. Se acercó a besarme.
Empujó de nuevo. Se mordía el labio haciéndome retrorcer. Entraba y salía de mí con rapidez. Gruñendo, apoya una de sus manos en la pared. Coloqué mis manos detrás de sus hombros.
Me sienta de remplón en una mesa para facilitar la entrada. Tira de mis piernas y la introduce de nuevo. Mete las manos dentro de mi camisa y apreta mis pechos. Deja besos cálidos y húmedos en mi cuello.
Emití un grito ahogado al llegar al orgasmo. Apoyó su frente con la mía con respiración pesada. Tenía los ojos cerrados. Coloqué mi mano en su mejilla y busqué sus labios para besarle.
Miró su reloj. Salió de mi mientras gruñía y me bajó de la mesa.-Corre, quedan cinco minutos.-Se colocó el pantalón. Al yo agacharme para coger los míos, me dio una palmada en la nalga.
Me sobé.-Ho seok.
-No podía evitarlo.-Encogió los hombros.-Entonces esto fue un... ¿Polvo de reconciliación?
-Más o menos.-Me puse los zapatos.
-¿Te gustó el polvo?
-Claro.
-Pues entonces si nos perdonamos.
-Ya.-Me reí.-Sabes que no me gusta hablar de esto.
-Tengo que enseñarte a que hables de ello.-Se acercó a mí.-Ya estás aprendiendo. Tú tuviste la iniciativa para follar hoy.
-Lo necesitabas, tenías una cara de amargado que alucinas.