capítulo 12.
Abrí un ojo. Esta habitación me suena. Me giro para ver con quien estaba y en donde. Suspiré profundamente y me senté en la cama. Puede que solo estuviéramos durmiendo... Vi que solo estaba en sujetador.
-Jimin.
-Sh.
-Jimin.
-Sh.
-¡Jimin!
-¡¡Shhh!!
-¿A sí?-Me quejé por lo bajo. Empujé su cuerpo haciéndole caer al suelo.
-¿Qué mierda haces tía?-Abrió los ojos con bastante dificultad.
-¿Te aprovechaste de mi so cerdo?-Tragué saliva.
-Perdona pero la que se volvía loca por hacerlo eras tú.
-Mentiroso.-Susurré.
Se sentó en el borde de la cama y se acercó a mí.-No tengo por qué mentirte.
-Que vergüenza.-Me tapé la cara.
-Oye que solo ha sido sobarme, no has visto porno delante mía.
-¿Y qué tiene que ver el porno aquí?-Le grité.
-Que eso si sería vergonzoso para tí.
-Pero si yo no veo esa mierda.
-Seguro que si lo ves conmigo no durarías nada en ponerte cachonda y pidas que te folle.
-Estás soñando.-Me reí con ironía.
-Eso no es lo mismo que decías anoche.
-¡Vamos a ver el puto porno!-Le chillé.-Para que veas quien cojones es el débil dentro de esta casa.
Me senté en el sillón esperando a que buscara un vídeo cualquiera.
-¿Y esa cara?-Introdujo el vídeo.
-¿Tienes vídeos pornos?
-Cuatro.-Sonrió.
-Que asco.-Escupí.
-Sh, que empieza.
Nos sentamos a cada lateral del sofá. Lo más alejados que pudiéramos uno del otro. Un nombre cutre se ve en la pantalla de la televisión. Aparece una tía en paños menores. Me tapo los ojos.
-Tienes que verlo.
-No me hace ni puta gracia ver a una tía desnudándose.-Hice una mueca.
-Te fastidias.-Me quitó las manos de mi cara.
Se desnuda y empieza a tocarse.-¡Qué asco por favor!
-¡Cállate!
Se acerca un chico y empieza a manosearla. Ella gime de placer. Claro, aunque te tocara la nariz estarías gimiendo. Es lo mejor que se te da. Que asco. La chica se arrodilla delante de el hombre y se introduce la polla dentro de su boca. To' pa dentro. Sonreí intentando no reír. Se escuchaban los pequeños gruñidos que soltaba el hombre. Tenía el pelo de la mujer recogido en una mano.
-Oh, si, nena.-Susurró.
Llamenme rara, pero no me gusta ver a un tío diciéndole gilipolleces a una tía. Y menos como ver como una puta se mete la polla hasta el esófago.