S e i s

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Habíamos acordado ir a casa de Raven. Estábamos en la estación del metro listos para abordar nuestra ruta. Resulta que vivíamos en la misma zona así que ambos tomábamos la misma línea. 

Aun así el destino siempre me amó tanto como para no encontrarla. 

—Cuando la línea llegue corres por tu vida. Si ves un asiento, tómalo. No mires hacia atrás. No me busques. Bajaremos en tres estaciones. ¿Entendido? —parecía hablar muy enserio aunque yo no entendía porque. La estación estaba vacía y nunca estaban llenos cuando iba a casa.

—Entendido —dije para no darle más vuelta al asunto.

Cuando el metro se acercaba, Raven se movía se un lado al otro sin alejarse demasiado. Paró frente a nosotros y las puertas se abrieron. 

No sé como aparecieron tantas personas de pronto pero todas empezaron a empujarse. Como si un maldito asiento fuera la salvación del fin del mundo. Me tomó unos dos minutos entrar y cuando por fin lo hice no podía respirar. Todos íbamos tan apretados que dolía el pecho por la falta de espacio. Como soy algo más alto que las otras personas miré para buscar a Raven. 

La vi a tres filas de la puerta (donde yo era toqueteado con cada frenada) con sus audífonos y mirando por la ventana. La luz le iluminaba el rostro y se veía muy adorable mientras cantaba en silencio. Sonreí porque al final no era tan malo conocerla.

Ella me mira y frunce el ceño. Rueda los ojos y vuelve la vista a la calle. Eso en realidad me hace sonreír más.

Cuando han pasado por fin las tres estaciones el metro se ha vaciado un poco, pero aún no tengo asiento. Raven se para del suyo y camina hasta estar frente a mí. Tiene la música tan alta que hasta yo escucho Basket Case saliendo de sus audífonos. 

El carro frena de pronto en nuestra parada y como es tan brusco termina empujándome hasta... ¿Cómo explicarlo sin que suene sucio?

Literalmente mi parte delantera choca con su parte trasera. Y no solo choca, se adhiere como si la vida dependiera de eso. Siento todo el calor subir y bajar como una montaña rusa. Supongo que Raven esta igual porque nos quedamos así de cerca por unos segundos. 

Entonces gira y me susurra algo sobre un tan Wade Wilson y que si me empiezo a parecer a él hará que jamás pueda hacer pipí otra vez.

Y sí, señoras y señores, estoy haciéndome pipí encima del miedo.

n/a: en mi país faltan tres días para Deadpool y yo no puedo másc porque iré a verla :'v se puede entrar si eres mayor de 15 y vas con un mayor de edad. 

(Es esa época tenía 16 añosss)

n/a ACTUAL: Aún no veo Deadpool 2 y me siento mal por eso.

¿Ustedes la vieron? ¿Les gustó?


Raven y sus cómicsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora