T r e i n t a y d o s

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-Odio las malditas sorpresas Charles, eso ya lo sabes -dice Raven cuando estamos en el taxi. Tiene los ojos vendados y hemos salido de su casa. Su madre organizó un almuerzo familiar y me invitó muy amablemente. 

Raven estuvo todo el almuerzo tranquila. No se emocionó cuando sus padres hablaron, cuando su hermano le dio su regalo, cuando su hermana mayor lloró, ni cuando yo le cubrí los ojos y la subí al taxi con toda su familia viéndonos. 

-Si es un regalo te lo lanzaré en la cabeza.

-No es un regalo, Raven. Al menos no uno material -sonrío mirando como la ciudad se queda detrás. Pensé mucho en mi regalo, tenía que ser algo especial, algo tan importante que no tuviera precio- Falta poco, tranquila.

El conductor me dejó poner la banda sonora de X-men Apocalipsis así que Raven tarareaba las canciones mientras movía sus pies.

El viaje fue de menos de media hora y cuando llegamos Raven reconoce el lugar sin necesidad de quitarse la venda. Y era muy fácil adivinarlo si oías las olas chocar con las rocas de la derecha. No hay mucho sol, pero tampoco hace frío. Ayudo a Raven a llegar hasta la orilla y le quito la venda.

Mira por un segundo el mar y luego murmura:

-No he traído ropa de baño.

-No vamos a nadar -me siento y tiro de su mano para que haga lo mismo.

-Entonces ¿qué haremos?

-Te quería presentar a alguien -respiro hondo. Estoy apunto de decir aquello que me atormenta desde los seis años por primera a alguien que no es mi padre- Ella es mi mamá -digo señalando al océano.

Raven achina los ojos para ver algo y cuando no tiene el resultado que quiere gira a verme.

-No es el océano -digo riendo- pero está en el océano.

- ¿Cómo una sirena? -pregunta sonriendo mucho. Se ve como una pequeña niña acomodando su cabello que se mueve sin control por la brisa.

-No, no creo que las sirenas existan -hace un puchero, pero al instante pone toda su atención en mis palabras- Sus cenizas están en el océano.

Su expresión se torna comprensiva.

-Yo tenía seis cuando murió, fue muy raro ¿sabes? No lo entendí hasta los ocho. Murió de epoc*, creo que es por eso que odio los cigarrillos. Como sea, siempre pienso que su alma está en el océano, viajando de un lado a otro. Jamás había traído a nadie a conocerla, siempre vengo solo para hablar con ella. Pero bueno, ahí está mi madre -digo suspirando. No sé como seguir porque he dicho lo que había planeado. Hablar de mi madre jamás había sido fácil, pero en esta ocasión se sintió un poco más sencillo- Te extraño mucho mamá, pero he conocido a Raven hace poco y ella me ha estado haciendo compañía.

Raven toma mi mano y le da un apretón.

-Me siento honrada de conocerla, ha criado a un chico extraordinario -cuando la miro ella esta hablándole al océano- Puede estar tranquila, lo cuidaré para que no le pase nada -ahora me mira a mí y sonríe- Muchas gracias por traerme -se acerca más y me abraza- es la primera vez que me cuentas algo tan intimo Charles, no sabes lo mucho que lo aprecio.

-Es la primera vez que hablo de esto con alguien que no sea mi papá Raven, gracias por no pensar que estoy loco -me abraza un poco más fuerte, riendo bajito.

-Pienso que eres muy dulce -cuando se separa se seca una lágrima que ha salido de sorpresa- Me alegra pasar un día tan malo para mí con personas que me hacen feliz.

Nos quedamos un rato más conversando. Raven incluye a mi mamá cada vez que puede y no deja de mirarme con una sonrisa sincera. Yo me alegro mucho de haber pensado en mi madre como su regalo, le he dado una parte de mi vida esperando poder formar parte de la suya. 

n/a:

*EPOC: Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, esta enfermedad mata alrededor de dos millones de personas al año y su principal causa es por el consumo excesivo del tabaco.



Raven y sus cómicsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora