Raven y sus cómics

C u a r e n t a y s i e t e

- ¿Fui tu primer beso? -Cuestiona Raven. Estamos recostados en mi cama, uno al lado del otro, observando el techo. La besé de nuevo y ella a mí. Me abrazó tan fuerte que parecíamos una sola persona. Nos dirigimos a mi cama y aquí hemos estado por la última hora, charlando- No quiero decir que beses mal porque no es así. Solo me dio curiosidad.

-No, no fuiste mi primer beso -Ella me pide que le cuente sobre mi primer beso y yo obedezco- Tenía trece y estaba obsesionado con una chica en la escuela. Era muy callada y solo hablamos dos veces. Me la encontré en un receso y le pedí permiso para besarla porque me gustaba mucho.

- ¿A ella le gustabas también?

-No -me río recordando el pasado- Ella me dijo que nunca le había gustado nadie, pero que yo le agradaba así que podía besarme. Y así fue. Después de eso he besado a dos chicas, una fue mi primera novia en un campamento de verano y luego estás tú. 

- ¿Novia de verano? Tú también encontraste a tu alma profunda.

-No era Camp Rock y teníamos dieciséis años, así que nadie era profundo -Aclaro al instante- Era una chica divertida, fuimos novios tal vez dos semanas en el campamento y una semana de correspondencia. Luego me dejó. 

-Y luego sigo yo -Dice con diversión- Yo ocupo el primer lugar en el ranking de los besos, ¿verdad?

-Decir que no sería una mentira -tomo su mano y le doy un beso- Me gustas mucho, Raven.

Ella sonríe en silencio, disfrutando las palabras. Aprieta mi mano y con cariño me acaricia el rostro. 

-Eres maravilloso, Charles -Dice con honestidad- Me gustaría quedarme aquí contigo hablando por siempre.

- ¿Por qué no podríamos hacerlo? 

Raven asiente, analizando mi pregunta.

-Podemos intentarlo -Concluye finalmente- Eres oficialmente mi pretendiente.

Yo río y con ilusión le digo que acepto con mucho honor. Ella dice que después de comer la deliciosa cena griega podemos volver a ese lugar seguro en el que estamos. Raven parece oír hasta lo más mínimo que digo. Le dije hace unos meses en una charla casual que mi comida favorita era la griega porque mi la familia de mi madre viene de allí. Hasta me costó recordar cuando se lo compartí, pero ella almacenó esa información con cariño en su memoria.

Me hace pensar en lo afortunado que soy por conocerla, por ser quién la toma de la mano en el frío invierno,  por tener un disco con una caratula de otro mundo y por tener la oportunidad de ser con quien quiere quedarse hablando por siempre.