C u a r e n t a y c i n c o

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-Todas las chicas lo han hecho -Continúa Raven, mientras caminamos por las frías aceras de salida de la escuela- Es imposible no crear una historia romántica con un artista misterioso en una ciudad extraña.

-Es que no puedo creer que todas las chicas del mundo se imaginen vivir en París con Charles el poeta misterioso y romántico -Digo con honestidad- Eso quiere decir que todas terminan casándose con alguien distinto a lo que soñaron.

-No todas las mujeres están casadas -Asegura Raven.

-Buen punto. Hablemos del grupo de mujeres casadas. Según tú, todas soñaron casarse con un artista profundo, ¿verdad?

-Sí, incluso muchas de ellas llegaron a conocerlo.

- Y de todas esas mujeres casadas, incluyendo a las que lograron conocer a esa alma profunda, ¿Cuántas crees que hayan logrado casarse con él? 

-Honestamente, muy pocas -Raven frunce el ceño, supongo que haciendo cálculos mentales- Diría que un cinco porciento.

-Entonces el resto de mujeres que no lo lograron y están casadas tuvieron que conformarse con algo que no era lo que habían soñado, ¿verdad?

-No lo diría así -Raven frota sus manos, afectada por la corriente de viento que nos ataca- Yo creo que algunas mujeres se conforman con menos, pero muchas se dan cuenta que el artista profundo no siempre es una buena opción. Verás, un gran artista suele tener una vida personal complicada. Para muchas personas, vivir sin saber que pasará mañana y sin tener planes para el futuro, no funciona. Sin importar que tan precioso sea el sueño, la realidad suele ganar.

-Entonces no se conforman, solo sé dan cuenta que el artista profundo es una ilusión que no funciona tan bien fuera de sus mentes -Digo con todo dubitativo. Raven asiente, complacida- Pero de todos modos, todas creyeron que podría funcionar en algún momento.

-Exacto. Y algunas tuvieron suerte, encontraron al artista profundo y les funcionó. Pero no todas.

- ¿Tú lo encontraste? 

-Creo que sí -Confiesa Raven- Mi padre nos llevó de viaje a una isla caribeña cuando tenía 15 y conocí a un chico ahí.

- ¿Era un artista? 

-Sí, escribía poesía en las tardes. Me recitó un poco en la playa e incluso dijo que me había escrito poemas -su voz se llena de ilusión y veo que aunque hayan pasado dos años, recuerda esa experiencia con cariño- Pasamos un lindo verano juntos, yo sabía que nunca lo volvería a ver y eso lo hizo más romántico. Pero, ¿habría decidido quedarme con él para siempre? ¡Claro que no! No puedo siquiera recordar su nombre. Recuerdo las cosas que recitó y lo lindo que fue caminar por la playa de noche, pero nada más. Es una fantasía, un recuerdo que se irá borrando cuando empiece a tener relaciones reales, con momentos difíciles y maravillosos.

Raven guarda silencio. Parece que ha ganado este debate y veo en su rostro de satisfacción que lo sabe. Y yo, en mi silencio propio, pienso en lo feliz que debe sentirse Raven por tener un recuerdo tan romántico y juvenil. No creo que se marchite nunca y eso me llena de esperanza. 

Raven y sus cómicsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora