XVIII

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Liam me extendió un paquete de color rojizo con una etiqueta.

Amigo invisible

Le sonreí.
Todos se encontraban en el salón sentados alrededor del gran árbol de Navidad. Al ser 25 de diciembre tocaba abrir los regalos y mis amigos habían dejado también sus regalos de amigo invisible. Aparte de eso yo les había dejado también algunos regalos. A Liam le había regalado unos guantes nuevos de boxeo. A Zayn un ticket, tenía que entregarlo a una tienda de instrumentos para que le dieran su pequeña mesa de mezclas. A Niall lo mismo pero con una guitarra, a Louis le había regalado todo el día anterior y a Harry le había regalado un gorro de lana. Algo cutre, lo sé. Ahora quedaba entregarle su regalo del amigo invisible. Una chaqueta de cuero.

Cada uno cogió su regalo del amigo invisible mientras yo repasaba los regalos que había recibido de mi familia.
Mi padre me había regalado una cámara fotográfica. Mis hermanas Elena y Nora un hermoso vestido que estaba segura de que no me valdría. Mi hermana menor Reene me había regalado un bloc para guardar todas las fotografías que haría con el regalo de papa. Mi hermana mayor me había regalado una pequeña escultura. Una chica. Era yo clavada. Pero me había hecho más delgada de lo que yo era. Yo soy una foca.

¿Mi madre?

Una carta y un top.

A ver cuando adelgazas si te entra este top. Talla S.

La odiaba.

-¡Qué chula! -escuche la voz emocionada de Harry mientras se probaba la chaqueta. Había acercado con la talla no me lo podía creer- ¿Quién es mi amigo invisible?

-Eso no se puede saber Hazza -río Zayn mientras miraba el material de la chupa- es cuero. Tío esto cuesta una pasta.

Me acerqué al árbol y cogí mi regalo de amigo invisible. Era del tamaño de una mochila grande y pesaba. Abrí con cuidado el papel y vi una caja de zapatos con una marca que reconocería en cualquier lado. Gothic Top.
Abrí rápidamente la caja y me encontré con unas preciosas Martens granates. Punta de acero.

Solté un chillido de la emoción y mire si era mi numero. El 38.

Mire a los chicos todos tranquilos y me uní a Harry.

-¡Quién a sido!¡Quién es mi amigo invisible!¡Lo amo!

Por un momento me olvide de que mi familia estaba ahí y abrace a cada uno de los chicos volviendo a mi sitio y admirando mis botas nuevas. El momento lo estropeó el bufido de mi madre.

La odio. Aunque eso ya lo había dicho.

Al ser Navidad hoy tocaba comida familiar y en vez de ser en casa, seria en uno de los hoteles más caros de la zona. Cada uno se fue a hacer sus respectivas tareas para hacer tiempo hasta la hora de la comida.

Yo me despedí de mis amigos y subí todos los regalos. Pasada media hora salí de la ducha y me vestí con algo cómodo, unos shorts negros y una camiseta de tirantes verde oscura, me puse unos calcetines gorditos negros y me tumbe en mi cama.

-____ -la voz dulce de Zayn me hizo abrir los ojos. Él estaba asomando la cabeza por la puerta y sonreía.

-Pasa -me senté en la cama y el paso con una sonrisa, pero no venia solo, estaban todos los demás y rectifique- pasar.

Los cinco chicos entraron a la habitación, pude notar que Harry, Liam y Niall se habían duchado ya que sus cabellos estaban mojados, Louis y Zayn, en cambio, parecía que se habían duchado hace rato.

-¿Te pondrás el vestido de tus hermanas? -me preguntó Niall sentándose a mi lado y después apropiándose de la cama tumbándose en ella.

-No creo que me valga -susurre para él y le empuje un poco- siempre te adueñas de mi cama.

-Lo sé -sonrío el irlandés- pero me amas.

-Claro -bufé y después reímos.

Estuvimos hablando de cosas sin sentido hasta que llegó la hora de arreglarnos para ir a la comida. Todos salieron excepto Nialler que seguía en mi cama.
Su cabello estaba despeinado, su camiseta de tirantes blanca hacia su piel más pálida, sus pantalones negros ceñidos a sus piernas lo hacían más deseable. Pero para deseables sus labios entreabiertos por los que respiraba o más bien suspiraba.

Me levante de la cama y camine al armario para encontrar algo adecuado. Pensé en un vestido o una falda pero no quería utilizarlos, así que recogí un pantalón negro ceñido, unos tacones negros y una blusa blanca.
Tenía todo listo cuando unas manos suaves y grandes agarraron mis caderas y me hicieron dar un grito. Reconocí la risa de Niall y le fulmine con la mirada.

-Me asustaste -le rugí mientras él reía.

-Sabes que no es así -acercó su cuerpo al mío y giro mi rostro hacia un lado para que él tuviera acceso a mi cuello y besara con delicadeza mi piel expuesta.

-Ni...-le advertí cortante pero él siguió con su juego haciendo que mi voz perdiera fuerza.

-Lo deseas...-negué con la cabeza y su cuerpo, aún pegado a mi espalda, me acorraló con una de las paredes del armario. Sus manos entraron debajo de mi camiseta de tirantes  y tiro de ella hacia arriba deshaciéndose de esta- no intentes negármelo. Lo deseas tanto como yo.

-Yo...yo...¡ah! -apoye mi rostro en la pared cuando su bulto chocó contra mi trasero con fuerza- no...

Sus manos recorrieron casa centímetro de mi piel, sus labios dejaban suaves caricias por mi espalda hasta que con sus manos me hizo abrir las piernas y acaricio mi culo para llegar a mi entrepierna.
Los jadeos eran incesables, cada vez más incontrolables hasta llegar a un estado de extasía total. Sus labios chocando con brutalidad con los míos y sus dedos torturando mi centro.

-¡Nialler!

Fue la voz que hizo detener mi mundo. Me tape con el cuerpo de Niall mientras esa persona nos observaba a ambos y a nuestra ropa tirada en el suelo.

Ángel de papel |One direction| [Terminada ] EDITANDO ERRORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora