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Marina, la conserje se acercó a mí. Llevaba unas cajas que parecían pesadas en sus manos, las dejo a un lado de mi para mirarme.

-¿Te encuentras bien?

-Sí, solo...un compañero se llevó mis llaves y me dijo que vendría aquí, le estoy esperando.

-¡Estás sangrando! -exclamó con preocupación- ¿Qué te ha pasado?

-Me he mordido una herida que tenía casi curada y ha vuelto a sangrar -mentiras y más mentiras.

-Ten -me dio un pañuelo- de todas formas ahí una enfermería en el edificio B, donde la conserjería y secretaría, si ves que va a peor ve allí.

-Muchas gracias.

Marina se despidió de mí y decidí buscar a Louis. No tenía otra opción. Espere a que Marina desapareciera del pasillo para levantarme y caminar hacia las escaleras. Mi estómago me dio una fuerte punzada. Sin importar el dolor me dirigí a la escalera y frente a frente me encontré a Niall con una chica. Me giré dispuesta a irme por otra escalera pero me gano la curiosidad y mire a la joven.

Tenía el cabello del color del atardecer, era un color naranja y rojizo a la vez hermoso, no podía ver sus ojos por la lejanía. Todo esto oculto con un gorro de lana rojo carmesí y unas gafas de pastas negras. Vestía un vestido del mismo color que el gorro y una cazadora vaquera. Niall la agarraba de la mano mientras le decía algo. Preferí alejarme. Camine hacia otra de las cuatro escaleras que había en el edificio, una en cada esquina de la U, para salir de ese edificio.

Cuando por fin llegue al exterior barajé mis opciones.

La primera era buscar a Louis en los vestuarios.

La segunda buscarlo en la cafetería.

La tercera subir a por Niall y preguntarle por Louis.

La cuarta buscar a Liam, Harry o Zayn para preguntarle por Louis.

La quinta opción volver a la puerta de mi cuarto.

La sexta opción ir a la enfermería, ya que el dolor de mi cuerpo me estaba matando.

Mi cuerpo rogaba la sexta o la quinta para estarme quieta.

Mi mente me decía que buscará a Niall, pero mi corazón me decía que esa me dolería, así que camine hacia el campus para buscar a cualquiera de los chicos.

Di varias vueltas, intentaba fingir y caminar como lo hacía por costumbre, pero el dolor me estaba matando así que me senté debajo de un árbol y me tapé el rostro con las manos. Lo frote totalmente frustrada y con unas ganas horribles de llorar. Me tome unos minutos para descansar y por fin hice caso a mi cuerpo y camine hacia mi cuarto. No tenía la llave, pero ya haría algo.

Sabía que ir a la enfermería significaría preguntas y acusaciones, así que preferí no ir. Tarde unos minutos en llegar a mi cuarto y volver a sentarme contra la puerta. Miré el reloj de mi teléfono. Eran las 13:55 lo que quería decir que llevaba 55 minutos desde la paliza de Elena y sus amigas.

Cerré los ojos y golpee mi cabeza contra la puerta. Esta se abrió y yo caí hacia atrás sin tiempo a apoyarme en algo.

-______

La voz de Zayn me sobresalto. Me senté con su ayuda y vi que sacaba su teléfono.

-Estábamos buscándote, Louis se ha ido hace unos segundos a seguir buscándote.

En menos de unos minutos los demás llegaron y me echaron la bronca por haber desaparecido así sin más.

Para dejar de escuchar sus voces me metí debajo de las sabanas y mordí mis labios para evitar sollozar. Mi cabeza había sido tapada por la almohada y las sábanas para evitar que algo se escuchase.

-¡Largaos! ¡Iros a la mierda y dejadme en paz! -chillé y las voces se callaron- ¡Quiero estar sola es que no lo entendéis! ¡Marchaos!

El nudo en mi garganta era tan grande.

Otra vez. Odio otra vez. Vergüenza otra vez. Asco otra vez. Enfermedad otra vez.

Ojalá me hubiese tocado otra vida en la que no me tocará sufrir tanto como ahora sufro. Con una madre que no me quiere. Que se fijó en que yo era gorda y fea y me mandó a la mierda. Un padre que no está orgulloso de mí, pero sí de sus demás hijas. Una familia que se ha destruido desde hace años. Unas hermanas separadas y obligadas a estudiar cosas que no quieren.

Esa es la realidad de mi familia.

Nunca tuve amigos. Y si los tuve no deje que entrarán en mi burbuja. Porque solo era mía.

Escuche la puerta abrirse y cerrarse. Quite las sabanas y comprobé que se había ido, entonces grité.

Grité con todas mis fuerzas sin importar quién me escuchará. Nadie me iba a ayudar. Nadie.

*

Después de vomitar nada. Me dirigí a mi cajita a sacar mis diferentes cuchillas. Llore. Pero el dolor me gustaba. No me quise ni mirar al espejo pues sabía que encontraría a una ballena intentando buscar algo delgado en su cuerpo. No me importaron los golpes sufridos, yo me golpee más a mí misma.

-¿Porque sigo aquí? -me dije llorando.

*

No sé cuánto tiempo pasó hasta que yo me calme. Me senté en mi cama y saqué un cuaderno de dibujo y unos lapiceros negros. Dibuje mi odio. Dibuje a una chica gorda llorando, dos bailarinas en el suelo muy delgadas, una chica con un micrófono y gente señalándola y burlándose de ella, y por último una chica con un pincel y unos cuadros rotos en el suelo.

Acababa de pintar a mi familia.

Cogí el portarretratos que tenía de mi familia en la estantería y volví a mi dibujo. En cada uno de mis dibujos hice los rasgos de mis hermanas. Mi hermana mayor con sus cuadros rotos. Ella siempre quiso poder dibujar su arte libremente, mi madre se lo permitió en su momento ya que mi padre amaba pintar. Después se lo prohibió. Después ella sufrió por amor. Después sus dibujos y sus sueños se rompieron.

Mis hermanas gemelas. Nosotras somos las trillizas de la familia. Ellas fueron más criadas por mama. Y mama las crío para que bailaran como bellos cisnes, pero sufrieron. Y se volvieron patitos feos.

Yo, criada por todos y por nadie. Más por mi tía Beth y mi prima. Ellas fueron las que me hicieron cantar. A mamá no le gustaba que cantase.

Y mi hermana pequeña. Odiada y repudiada por ser la gorda. Todas somos gordas en la familia. Menos mama. Ella siempre tan perfecta, igual que papá.

Gorda. Gorda. Gorda. Gorda. Gorda. Gorda. Gorda.

29/10/2018

Ángel de papel |One direction| [Terminada ] EDITANDO ERRORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora