POV SAMANTHA
Sin duda hoy no era mi día. Lo único bueno que tenía era tener a Matt cerca, de alguna manera hacia que todo se me olvidara, bueno o malo, pero él lo alegraba.
Ya me sentía cansada y mañana tendría que trabajar y pasar por Oliver a la guardería. Tenía que llegar rápido a casa.
El aire helado golpeaba mi rostro justo con pequeñas gotitas que caían del cielo. Camine un poco para encontrarme con un charco que estaba frente a la banqueta, en él podía ver un distorsionado reflejo mío, me mire un poco y ve veía algo más pálida de lo normal.
Cuando de repente sentí un chorro de agua en la cara al igual que mi cuerpo, mojando mi ropa. Un estúpido auto había pasado delante de mí, a lo lejos escuche risas. Hijos de...
-Mierda. Sam, ¿te encuentras bien?- sentí sus manos alrededor de mis hombros.
-Tengo f-frio- no quiero pescar un resfriado. No tolero estar enferma.
-Mi apartamento queda muy cerca, si nos apuramos creo que será menos probable que te enfermes.
****
Su departamento en verdad era lindo, había muebles de una madera clara, ventanas grandes, paredes blancas con detalles negros y algunos cuadros de paisajes.
-La ducha está atravesando a habitación. Ve rápido.-El quitaba la sudadera de su cuerpo dejando ver su húmeda camisa gris, se le pegaba a la espalda ancha, haciendo que se marcaran sus músculos. Sentía como el calor se apoderaba de mí.
-Pero no tengo ropa.-dije sacándome el saco negro que antes me protegía del frio.
-Yo me encargo de eso, solo ve y relájate- su sonrisa me derretía enseguida junto con el guiño que añadió.
Y eso hice.
El baño era espacioso pero estaba bien optimizado, dentro de la regadera me fije detenidamente en los productos que el usaba, pero entre ellos había uno que llamo mi atención, era para mujer. Me pregunto si él lo usaría o era para alguien más.
Al estarme enjabonando escuche que la puerta se abrió y me alarme pero después escuche que se volvió a cerrar dejándome sola, volví a relajarme.
Cuando termine, había una toalla, ropa y un par de zapatos bajos azul marino. Claramente no eran mis prendas, aún tenían la etiqueta, había unos jeans ajustados de mi talla y una playera negra. Mis mejillas ardían, la ropa interior también era de mi talla, la tela de las bragas eran de seda, negra, el bra era muy lindo, negro también, con una perla en la unión de las copas.
Me puse un poco de crema, olía a hombre pero era la que Matt usaba.
Al salir de la ducha me encontré con un Matt sin camiseta, él era perfecto. Me pregunto cómo será su vida amorosa, aunque dudo que le falten mujeres.
Tal vez solo está haciendo lo que posiblemente haría con otra chica. Mi mirada decayó con ese pensamiento, realmente, solo somos empleada y jefe, dudo que alguien como él quiera a alguien como yo, que solo le de problemas.
Una voz grave me saco del lio mental que estaba teniendo.
-Son las once con quince, ¿aun quieres ir a tu casa?-el no me miraba pero se notaba algo serio.
Era muy tarde ¡por supuesto que quería irme! O tal vez no...
-Y-yo no tengo ropa con la cual dormir-¡No puedo creer que dije eso! Mis mejillas estaban ardiendo.
En él, una dulce sonrisa a medias apareció, ¿Por qué me siento tan estúpida?
-Como he dicho antes, yo me encargo de eso.-No sé a quién le incomodaba la situación, a él o a mí. Creo que a mí me incomodaba más.
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Perdido En Ti [COMPLETA]
Romance- ¡Estarás bien!, Matt -Grité a todo pulmón, de su pecho brotaba tanta sangre que cada vez se hacía menos probable salvarlo. -Señorita aléjese, esta es área restringida -Un par de médicos me alejaron del cuerpo de Matt. Ya no podía más, ni el, ni yo...