– ¡Denisse, que bueno que has venido! –Exclamó eufórica la mujer, de la que aún des conocíamos su nombre. –Pasen, pasen.
Entramos a la residencia de la cual Matt y yo teníamos un recuerdo, que siempre atesorare.
–Preparé limonada por si gustan pequeños. –Anunció después se me acerco–Denisse necesito que me ayudes con algunas cosas de tu abuelo, no son muchas, pero si son frágiles, y con mis torpes manos tengo miedo de romperlas.
–Por supuesto.
Asintió dulcemente.
–Y tu –Miró a Matt y le señalo un par de masetas con unas enormes rosas que sobresalían de estas – Me ayudaras a mover aquellas masetas cerca de la entrada del patio, son muy pesadas para ya mis débiles brazos. Y a recoger las hojas secas que están sobre el césped, por favor.
–Enseguida señora.
–Dime Rose, me haces sentir mayor hijo. –Matt se entristeció un poco al escuchar la última palabra y no lo culpo.
Rose me indicó donde estaban las pertenencias de su esposo. Sin tardar, saque una caja con las cosas. Estaban algo polvorientas, así que les quite el polvo con un pañuelo que me tendió Rose.
Estábamos en su habitación en silencio, pero no era incómodo.
Saque una fotografía que estaba enmarcada con unos colores sepia, se veía muy vieja. En ella, había una pajera, que se tomaba felizmente de la mano, cada una colocada en su pecho. El joven de la foto era apuesto, con un traje militar de alguna época, y la chica llevaba un vestido liso con un pequeño cinturón, sus piernas eran muy lindas y en sus pies tenia puestos unas zapatillas que eran de color blanco –por lo claro que se veía en la foto –, su cabello recogido, muy bien peinado y un maquillaje simple y muy lindo.
Gire el marco para ver si tenía algún dato.
–1969... –Leí en la parte superior trasera del marco.
–Oh, Ese es Frederick y yo, antes de que el partiera a luchar. –La escuche con cierto tono de nostalgia.
Seguí viendo los recuerdos que tenía ella de su esposo, mientras que lo hacia los limpiaba de la suciedad almacenada con el tiempo.
– ¿Y este listón? – Me gire para que ella pudiera verlo. Era un listón color azul también algo deteriorado.
–Fue del día que lo conocí. Recuerdo que hacía mucho viento, y yo salía de casa de mis padres, llevaba un moño hecho con ese listón, pero por el viento se fue volando, después de caminar un rato, el me lo entrego, me pregunto mi nombre y antes de irse dijo que tenía unos ojos hermosos. –Unas lágrimas salieron de ella. Yo le toque el hombro para que dejara de sentirse triste. –Denisse, cuando termines, lleva las cosas al ático, por favor.
–Está bien.
Pase un rato reacomodando todo de nuevo en la caja y subiéndola al ático. Había dejado bastante polvo y pelusa en el suelo, por consecuencia, busque una escoba y un recogedor.
Al bajar, me encontré a Matt algo sudoroso y a Rose entregándole un vaso con limonada.
–No mentía cuando dijo que las masetas eran pesadas –Dijo y yo reí negando con la cabeza. – ¿Con que más quiere que le ayudemos?
–De momento eso está bien querido. Se me ocurre que podríamos hacer galletitas y llevarse algunas a casa, ¿Qué dicen?
–No queremos molestarla. –Le dije.
–Para nada, vamos a hacerlas. –Nos hizo una seña para que la acompañáramos a la cocina.
Tiempo después de poner atención a la receta de Rose, la dejamos descansar en su casa, nos dio bastantes galletas para comer una semana entre Matt y yo. Supongo que esas son las ventajas de tener una abuela que cocine delicioso y con mucho amor.
–Esto sabe tan bien –Le dije a Matt mientras el conducía devuelta a casa de Jason –Deberías probarlas.
–Si esta tan buenas como dices, dame un poco – partí la galleta de chocolate que estaba devorando por la mitad, una parte se la di a él, que tenía sus manos puestas en el volante y su vista puesta en la carretera.
Lo saboreó unos segundos y declaró.
–Tienes razón Sam, esto está realmente bien.
–Te lo dije –Sonreí y el también.
Honestamente no quería ir a casa todavía, lo que anhelaba era hacer más cosas con Matt. Conocer más de él. Sentir más de él.
–La mayoría de las veces las cosas no salen como planeo – ¿A qué viene eso?
– ¿Por qué lo dices?
– ¿Qué acaso no te ha pasado? –Contesto travieso.
–Claro que sí, pero no sé a qué te refieres.
–Toda mi vida me he enfocado en solo un aspecto de la vida, Sam, y ese es el éxito material. Pensaba en que lo que me depararía la vida sería solo vivir para mí y por mí. Que ya no habría más oportunidades –Suspiró haciendo una media sonrisa –Luego, llegaste tú a mostrarme que entre la oscuridad puede haber luz.
Una sonrisa tonta se hallaba en mi cara, sintiendo un cosquilleo en mi interior.
–Matt...
– ¿Si?
–No quiero ir a casa –Mis pies se mecían al estar nerviosa, golpeando levemente el piso del auto.
– ¿Por qué no? –Sus ojos grises me miraban preocupado.
Le llamaría Jason diciendo que me quedaría con alguien o algo.
–Quiero estar contigo. –Una chispa encendió en el.
–Sus deseos son ordenes mi lady –Aparto una mano del volante y tomo la mía, depositando un beso en ella.
Matt preparaba chocolate caliente, me dijo que fuera a la sala de estar a buscar una película para verla juntos.
Encontré Masacre en Texas, nunca termine de ver esa película completa, siempre solía ver fragmentos de ésta.
– ¿De verdad quieres ver esa? –Matt se acercó con las dos tazas y me extendió una. Se sentó junto a mí y paso su brazo por mis hombros atrayéndome a él.
Olía tan bien, a una colonia que mi olfato aun no lograba descifrar pero deseaba descubrir.
–Si la película está ahí, es por algo–Mire sus ojos, y sin resistirme un poco más, toque su mejilla, el me veía de una manera intensa pero manteniéndose serio. Atraje su barbilla junto a la mía y bese sus labios, primero era tierno y tímido, después más necesitado he intenso.
Su lengua saboreaba la mía, removiéndose en nuestros besos.
Al quedarnos sin aliento, nos separamos un poco, pero uniendo nuestras frentes.
–Te... quiero –Confesé entre jadeos.
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Perdido En Ti [COMPLETA]
Romance- ¡Estarás bien!, Matt -Grité a todo pulmón, de su pecho brotaba tanta sangre que cada vez se hacía menos probable salvarlo. -Señorita aléjese, esta es área restringida -Un par de médicos me alejaron del cuerpo de Matt. Ya no podía más, ni el, ni yo...