Capitulo 13

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POV MATT

Desperté con una sonrisa de satisfacción en los labios.

Samantha se había entregado a mí por la noche, de solo pensarlo me daban ganas de repetirlo.

Y toda mi vida tomo un giro diferente, yo no era el mismo de hace un mes. Me prometía internamente que yo solo era un hombre de una noche, pero aquí estoy, esperando a Sam despierte.

Sonaba como una completa tontería, pero no lo era.

Quede tan enganchado a ella que no quería a nada ni a nadie más.

Mire mi celular, aún estaba oscuro. Siete treinta.

Sonaba tentador quedarme dormido un rato más, pero tenía que atender una junta. Sam podía quedarse, ya que los fines de semana son de descanso para mis empleados.

Me senté a la orilla de la cama, logre ver mi camisa, la mayoría de los botones estaban sueltos. Recordé como Sam logro un punto de desesperación y me arranco la camisa sin piedad. Que mujer.

Me vestí con lo que quedaban de mis prendas y busque mis llaves. No llegaría así a la junta, obviamente, llegaría a mi casa y me cambiaria.

Busque un trozo de papel y una pluma.

Tengo una junta, regreso en unas horas.

Te quiero.

Escribí y salí de su habitación sin hacer ruido.

****

Después de la junta, saque mi teléfono para mandarle un mensaje a Sam para ir a comer a algún lugar.

Para: Samantha

Hey, dormilona, ¿te agradaría la opción de salir a comer a algún lado?

Ella tarda en responder un par de minutos.

De: Samantha

Suena bien, cariño.

Cariño. Cariño. Cariño.

Yo era su cariño.

Para: Samantha

Voy por ti en veinte minutos;)

***

Hoy era uno de esos días que sabes que nada lo puede arruinar, el clima era perfecto, tendría una comida perfecta y lo más importante, tenía a la mujer perfecta.

Llame al restaurante a la que la llevaría para hacer una reservación. Era un lugar caro y elegante, pero ahora que lo pienso, las personas que "trabajan" para la mafia son muy ricas. Samantha sin embargo, era humilde, tenía lo necesario, me pregunto por qué no vivirá en una casa fija, también porque sigue trabajando para mi empresa, ella no lo necesita o bueno, no lo sé, tampoco se en que este metida concretamente. Eran muchas dudas que tenía, Samantha sería la única que las aclararía.

Siendo sincero me asusta un poco en que le hagan daño a ella o a mí. Su mejor amiga vive con ella y con su bebe, lo cual me tranquiliza. Yo no considero que su compañía le dañe a alguien. Todo lo contrario.

Me estacione al frente del edificio en el cual vivía Sam, la llame para avisar que ya estaba esperándola, ella no tardo en bajar. Llevaba un vestido azul marino con pequeñas flores esparcidos en él, zapatos bajos y una bolsa de mano negra, se veía tan relajada, como una adolescente aventurera que obtiene todo a sus pies.

- ¿A dónde iremos? - Se colocó el cinturón de seguridad y se acomodó el cabello.

-Créeme, te encantara.

Justo en el centro había una enorme hilera de tiendas, lugares de comida rápida, estacionamiento. A unos cuantos metros estaba el lugar, estacione nuevamente el auto y abrí la puerta del copiloto, le tendí la mano a la hermosa chica que me acompañaba.

-En este lugar sirven la mejor carne que te puedas imaginar-Sam miraba el letrero que se ubicaba algo alejado de nosotros.

- ¿Acaso ya habías venido aquí? - Asintió tímidamente.

Me apresure a tomar su mano y caminamos dentro del lugar.

Habían cuatro candelabros colgando del techo, las pareces de un rojo obscuro, mesas con manteles blancos con un florero en el centro y en las esquinas del lugar habían unas plantas las cuales ocupaba como un metro cuadrado cada una.

Después de darle mi nombre al hombre de traje negro con un peinado ñoño, nos llevó a la mesa que nos habían asignado.

Unos minutos después llego el mesero ofreciéndonos la carta.

Los dos pedimos vino y una langosta.

Cuando el mesero trajo lo que pedimos, estábamos en un silencio que cada vez se volvía molesto. Tenía tanto de que hablar y no sabía cómo comenzar, estaba algo nervioso.

-Matt, ¿te gustan los tatuajes? -Esa pregunta me había tomado por sorpresa, pero cualquier tema era bueno ahora.

-Sí, ¿Por qué?

-Vi que tienes la cara de un payaso en la parte baja de la espalda, justo en el costado derecho.

-Ahhh... Eso, me lo hice cuando cumplí dieciocho.

- ¿Qué significa?

-Que las personas tienen una apariencia que, la mayoría, oculta.

-Ya veo... Yo quería hacerme uno hace tiempo, pero finalmente no lo hice, después se difuminan y se verá raro cuando sea una anciana -Hizo una mueca.

El teléfono de Sam comenzó a sonar, ella vio el número marcando una cara de molestia y confusión, no muy segura de contestar, lo hizo.

- ¿Qué pasa? Te dije que estaría ocupada Dylan - Paro de hablar para escuchar lo que sea que escuchase-Debe estar bromeando... -hablo más para ella. Me hizo una seña de que la disculpase, después se levantó y salió de mi vista.

Cada vez me faltaba poco para terminar mi comida, Sam no llegaba.

Revisaba mi teléfono cada cinco minutos y ella no volvía.

Dispuesto a pagar la cuenta, llame al mesero. Esperando aun a que Sam regresara, vi una silueta en la entrada, con el corazón en la mano, quien entraba no era ella. Me había dejado.


Perdido En Ti [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora