Capitulo 16

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POV MATT

— ¿Dónde estoy? — Mire alrededor. Todo era de un color blanco puro, el olor era desagradable, tenía una pulsera blanca en el brazo. Esto es un hospital.

—Gracias al cielo, creí que estabas muerto—Su voz se me hacía un tanto familiar.

— ¿Tía Margaret? —Intente sentarme pero un dolor del costado derecho de mi estómago dolía.

—Matt, no te muevas, te han hecho un lavado de estómago, tenías heridas y varias costillas rotas.

— ¿C-Como llegue aquí? — Ella se parecía mucho a mi madre, no había cambiado mucho desde hace unos cinco años. No sé por qué no acudí con ella en vez de estar con Marie.

Marie, jodida bruja.

—Yo estaba de viaje, pero regrese más rápido de lo esperado, pasaba por una carretera, algo despistada, mire un cuerpo a lo lejos, estacione mi auto y me acerque. Al notar que eras tú, no lo dude un momento y te subí a duras penas al auto. Te traje al hospital más cercano que encontré. Espere toda la noche, pero gracias a Dios estas bien—Estaba algo decepcionada—Matt, ¿En qué pensabas?

No podía contestar esa pregunta, pensar en Samantha me deprimía, quería que ella estuviera conmigo. Me sentía torturado. Si tenía que vivir sin ella preferiría haber muerto en aquel bar.

—No lo recuerdo —Lo recuerdo perfectamente.

Margaret saco unos lentes para poder ver mejor su teléfono, el cual había sonado.

Quería salir lo antes posible de aquel lugar, no me gustaba tener que estar aquí.

POV SAMANTHA

—Pasajero, hemos llegado a su destino, por favor, abroche el cinturón de seguridad.

Me desperté aturdía, apenas pude reaccionar a las indicaciones de la azafata.

Después de tanto pensar, solo pude dormir un par de horas de diez.

Al bajar del avión, encendí el GPS para buscar un hotel decente, Jason seguía cada paso que daba. No hemos hablado mucho, se había ofrecido a ayudarme con la maleta, pero no acepte.

El hotel en el cual viviríamos un tiempo estaba enorme.

Fui rápidamente a pedir una habitación, no tenía la intención de esperar a Jason y tener una incómoda conversación.

—La vista es tan... asombrosa—Ya estaba dentro de la habitación junto a la ventana que daba hacia la magnífica ciudad iluminada, estas luces resaltaban más gracias a la noche que estaba presenciando.

—Lo sé, deberíamos salir y familiarizarnos con el entorno, ¿no te parece? —Escuche a mis espaldas, lo cual me había asustado.

— ¿Cómo entraste? —Me molesto su visita sin siquiera tocar.

—Dejaste la puerta sin llave.

—Estoy en mi derecho de dejar la puerta como me dé la gana, y tu— Lo señale acusatoriamente— debes tocar la puerta.

Su presencia me llenaba de adrenalina... ¡Quería matarlo!

John camino hacia mí, al estar tan cerca de mi rostro me dio muy mala espina. Aun lo quería, pero ese cariño fue disminuyendo cuando me mintió, el jamás me amo –o me ama –y si lo hizo, puede irse al diablo.

—Sam... —Acaricio mis brazos mientras me miraba, estábamos tan cerca que en cualquier momento iba a besarme— ¿Por qué no quieres creerme?

— ¿Creerte? —Asintió arrepentido, cosa que dudo mucho—Jason, ¿piensas que después haber estado tanto tiempo engañándome, caeré otra vez? ¡Estoy harta de ti y todo esto! —Me di la vuelta para ya no mirarlo más, mis sentimientos estaban a flor de piel.

—Escúchame, por favor, tu sabes que...

—Cállate.

—Aun te amo Sam, deja de ser tan fría conmigo, por favor, extraño todas las veces que estabas ahí para mí y escucharme. Todas las veces que me curabas después de hacer una estupidez. Extraño hablarte al oído y decirte lo mucho que me haces feliz. Es que estar contigo me alegraba el día ¿Qué no te dabas cuenta?

Me abrace a mí misma, estaba sin consuelo y mis lágrimas salían a duras penas de mis ojos, esto no podía estar pasando. Debí haber dejado la puerta cerrada con llave.

— ¡¿Cómo puedes decir eso?! Hace unas semanas estabas con una cualquiera teniendo sexo, Jason. ¿Y vienes ahora a decirme que aún me amas? Eso no es amor. Mejor vete y déjame sola —Tenía ganas de un cigarrillo. Esto estaba acabando conmigo.

—Perdóname. Sé que no soy el hombre más perfecto del mundo, pero por favor hazlo. —Se tomó del pelo estirándolo hacia atrás —Me dolió verte llorar cuando saliste del departamento de ese idiota. Y me duele ahora verte llorar por mi culpa. Yo no quiero abrir la herida para hacerte daño, quiero curar y reparar lo que cause.

Sam, no caigas, por lo que más quieras, ahora no.

—Vete.

Creí haberlo superado, pero Jason fue mi primer amor.

Desempaque mis maletas y fui a ducharme.

Cuando termine de cenar, me fui a la cama.

Tenía varios mensajes, todos de Dylan.

De: Dylan H.

Llámame después del vuelo. 9:03am

Fui a ver qué tal estaba Loren, pero no estaba. ¿No te ha llamado? 11:46am

Tengo hambre:( 3:00pm —Este me hizo reír.

¿Ya has llegado? 8:19pm

¡Saaaaam! 9:06pm

Okay me rindo TnT 10:52pm

Sabía que tenía que responder pero mis parpados pesaban demasiado, mañana sería un día largo.

POV MATT

Margaret salió por que una de las enfermeras le tenía información acerca de mi estado de salud.

Ya había estado en el hospital –si mis cálculos no me fallaban –18 días. Con los cuidados que recibía me sentía mucho mejor, podía levantarme de la cama sin el insoportable dolor.

John me visitaba todos los días, solo que como llegaba se iba, estaba muy ocupado con su trabajo. Me traía los informes de mi empresa en ocasiones para que yo los leyera, mi asistente sabia de este movimiento así que no había problema.

Margaret entro más animada, me mostro una sonrisa con sus dientes bien cuidados y se sentó en una silla que estaba a un lado de la cama.

—Matt, me han dicho que en dos días ya puedes regresar a tu casa, solo van a hacer los últimos chequeos y listo. ¿Cómo te sientes?

—Mejor ahora que lo mencionas.

—Matt, ¿seguro que te encuentras bien? —Paso uno de sus rizos detrás de su vieja oreja.

—Sí, ¿Por qué lo dice?

—Te vez más apagado, desde que puedes levantarte, solo miras por la ventana, como esperando a algo o alguien.

—Margaret, han pasado años desde que no nos vemos, he vivido tantas cosas que simplemente no las puedo dejar pasar.

Ella pareció entender ya que solo se limitó a sonreírme.

***

—Señor Blackwell, que bueno tenerlo de vuelta —Rebeca me tendió un café que le encargue de la cafetería de unas cuadras.

Me dedique a mi rutina. Al ver que los porcentajes aumentaban, me mi ánimo aumento, pero no de la forma que yo quería. Aún estaba vacío, y un montón de números no iba a hacerme cambiar de parecer.

Perdido En Ti [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora