Capítulo 6

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Buen trabajo, Tōshirō, pensó para sus adentros por el resto de la mañana durante sus clases. No importaba cuánto tratara de encontrar a Karin en sus descansos y luego en el almuerzo, le fue imposible hacerlo. Incluso cuando encontró a Jinta y sus amigos, ni uno de ellos pareció tener intenciones de siquiera dirigirle la palabra para responder a sus preguntas sobre dónde podía estar. Por sus expresiones, sabía que ellos tampoco lo sabían pero suponían lo que había ocurrido. No le era una sorpresa que supieran sobre su verdad desde el instante en que lo vieron por primera vez días atrás ya que, en el momento en que volvió a encontrarlos, ninguno quiso dejar que Karin se quedara mucho tiempo con él a solas. ¿Eso significaba que habían sido los responsables en presenciar el mal que le había hecho cuando se fue y no querían que volviese a pasar por eso? Tenía tanto interés en saber cómo había sido, en lo que había sucedido después de esa noche, pero estaba seguro que no era algo que quisiera escuchar. Si había sido capaz de poner aquella expresión tan dolorosa en el rostro de la muchacha con sólo enterarse de que él era la misma persona que la había herido, no estaba seguro de querer escuchar por lo que la había hecho pasar años atrás. ¿Definitivamente dejaste de esperar por mí, Karin? Esa promesa que me hiciste antes de que te lastimara cruelmente, ¿se había roto? Le era imposible no pensar en lo que habría pasado si se hubiera quedado a su lado en lugar de haber regresado a casa, ¿las cosas habrían sido diferentes? Quizás hasta nunca hubiera caído en esa depresión de un año entero.

Se encontraba saliendo de la escuela con un cigarrillo encendido en su boca para poder emprender camino de vuelta a casa – tenía muchos deseos de encontrarse con Hyōrinmaru y sacarlo en un paseo - cuando un llamado lo detuvo en seco. Desafortunadamente, no se trataba de la persona que había esperado ver, pero se preocupó al reconocer a Jinta corriendo en su dirección. Vestía un conjunto deportivo blanco que consistía en unos pantalones a las rodillas y una camiseta que tenía el logo de la secundaria en el pecho; en sus pies llevaba unos botines.

- Te necesitamos – fue lo primero que le escuchó decir cuando lo alcanzó.

¿Será posible algún día que tú y los demás me perdonen por lo que hice en el pasado? Se preguntó para sus adentros mientras notaba la molestia que le causaba al pelirrojo el tener que pedirle ayuda.

- ¿Dōshite? preguntó preocupado, imaginándose que algo pudiese haber ocurrido con Karin.

- Nos falta un jugador para un partido importante que tenemos para entrar al campeonato – dijo mientras chasqueaba la lengua -. Eres nuestra única opción. Muchos de nuestros jugadores son de último año y están en un viaje escolar.

- ¿No crees que es en contra de las reglas que simplemente me una al equipo?

- Abarai sensei se encargó de anotarte en nuestra lista en el momento en que supo que estabas en Karakura de regreso. – Definitivamente me recuerda.

- No creo que sea buena idea. – Al escucharlo decir eso, Jinta entrecerró los ojos. – Tú no me quieres ahí. ¿Por qué estar en un equipo que me detesta?

- Tú te has ganado nuestro odio por tu propia cuenta, Hitsugaya – aclaró mientras se acercaba unos pasos a él, quedando ambos a la misma altura -. Si quieres compensar lo que le hiciste a Karin ese día, entonces será mejor que levantes tu trasero y vayas a ayudarnos. Este partido es muy importante para ella.

Tōshirō no pudo evitar sentir la situación como una especie de déjà vu. ¿No había pasado ya por una situación parecida antes?

- No voy a rogarte para que vengas – volvió a hablar Jinta al no escuchar una respuesta de su parte -. De todas formas, no estaba de acuerdo en pedirte ayuda de un principio. No quiero que te acerques a Karin pero, por cómo están las cosas, eso parece inevitable. ¿Ayudarás o no?

El Dragón de Hielo [HitsuKarin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora