Capítulo 14

773 59 4
                                    

Abrió los ojos al abrigar la sensación de una mano suave en su mejilla, encontrándose con Karin recostando su cabeza en la almohada y abriendo uno de sus ojos para verlo, que fue igual a un hermoso zafiro con la luz de la luna proveniente del exterior que hacía su piel lechosa aún más blanca. Sin poder encontrar palabras para describir su belleza, se conformó con observarla como si se tratara de una muñeca de porcelana, temeroso de romperla con sólo tocarla. ¿Lo que sucedió había sido real? ¿En verdad acababa de compartir la mejor noche de sus ya veinte años con la mujer más importante de su vida? Le resultaba casi imposible pensar que ese cuerpo que reposaba a unos centímetros acababa confirmar que le pertenecía sólo a él.

- ¿Cómo te sientes? – preguntó Tōshirō preocupado.

- Excelente.

- Si sientes algún dolor...

Ella colocó un dedo sobre sus labios para callarlo.

- ¿Podrías dejar de preocuparte y permitirme disfrutar de este momento?

- Sumanai – se disculpó, regalándole una sonrisa torcida.

- ¿Te molesta si pongo algo de música?

- Īe.

Karin se sentó en la cama con su espalda desnuda, permitiendo que él volviese a admirar su tatuaje, y se cubrió con la sábana para caminar hasta el equipo de sonido. Verla manejarse en su habitación como si se tratara también de la suya lo hizo sentir un enorme bienestar, además de orgullo.

- Veamos qué fue lo último que escuchaste – dijo la muchacha antes de apretar un botón.

Al instante, se escuchó el sonido de una guitarra sonando.

- "Right Here" de Ashes Remain – logró adivinar, sorprendiendo a Tōshirō por conocer a la banda -. Es una buena canción.

- Sugee. Asombroso... - Karin se acercó de regreso y él enrolló uno de sus brazos en su cintura para tirar de ella a su lado en la cama, provocando que riera. - ¿Dónde estuviste toda mi vida?

- Detrás de ti, persiguiéndote – respondió al rodear su cuello.

- Otra razón para llamarme un idiota, ¿no crees?

- Pero eres "mi idiota".

- No me imagino siendo el idiota de nadie más que tú.

- Eso está bien...

Compartieron de un apasionado beso por algunos minutos escuchando la música resonar en sus oídos hasta que Tōshirō notó que el cansancio estaba comenzando a apoderarse del cuerpo de la joven y, acomodándola bajo las mantas, no le quitó los ojos de encima hasta que su respiración se volvió profunda y acompasada, evidenciando que ya estaba dormida. Riendo al verla murmurar palabras incomprensibles, posó sus labios en su hombro desnudo y ella se removió, acomodándose para quedar de costado en su dirección  y estirando una mano para tocar el pecho de él todavía desnudo.

-  Mh... Tōshirō... - ronroneó.

- ¿Dōshite, Karin? ¿Qué sucede?

Semidormida, ella se acurrucó contra su cuerpo.

- Tōshirō...

- ¿Nani?

Pero no volvió a responder.

Dejándose llevar por un calidez que lo recorrió, Tōshirō besó la mejilla de la hermosa muchacha a su lado y susurró un "te amo" casi inaudible que le provocó una sensación extraña en la boca. Con la cabeza dándole vueltas y un nudo en la garganta, se levantó cuidadosamente de la cama para que Karin no lo escuchara, se vistió con una camiseta y pantalones, abrigándose con su bufanda, y salió a la sala para luego abrir la puerta de la entrada y apoyarse en el pasamanos del pasillo exterior, sintiendo el frío calarse en sus huesos. La ventisca removió su ropa y su cabello. Sacó un cigarrillo de su bolsillo y lo encendió con algo de dificultad, inhalando un largo trago de humo que dejó escapar por su nariz. Segundos después, miles de preguntas dieron vueltas en su cabeza. ¿Estaba haciendo lo correcto? Después de que ella hubiera intentado suicidarse, ¿estaría bien sentirse tan feliz? ¿Cuál era el plan desde ese momento? Tōshirō definitivamente no volvería a dejar Karakura, se quedaría junto a Karin hasta que ella le pidiese lo contrario, pero no podía estar seguro de que las demás personas en sus vidas no trataran de separarlos.

El Dragón de Hielo [HitsuKarin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora