TENTATION 3

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  Dos años después. New York, 18 de abril.

Después de tres horas de viaje en tren, Gabriela baja de el con Samuel en brazos. El niño tiene el pelo castaño y largo, con unos bucles en las puntas. Una camiseta larga, unos jeans y unas Converse de su talla. Es realmente lindo. Su piel blanca y sus mejillas ligeramente coloradas acentúan el marrón suave de sus ojos. Sí... se le parece mucho.

Gabriela mira a ambos lados. "Sam" como ella le dice, está jugando concentrado con su celular, haciendo sonar las teclas del celular. Sus ojos miran la pantalla totalmente maravillado y perdido en su mundo, mientras su madre camina y hace mover su cuerpecito de un lado para otro. De pronto, una llamada. La pantalla cambia y un nombre aparece en ella

- Dame eso cariño. – le pide Gabriela y con una expresión fastidiada, Sam le sede el celular a su madre. - ¿hola? – contesta ella, logrando ubicar un asiento en medio de la estación de tren.

- ¿Cómo están? – la voz de Gonzalo suena irritada. Aún está jodido y enojado por la descabellada idea que Gabriela tuvo sobre ir a New York una vez más. Pero nunca podía convencerla ni interceder en sus decisiones.

- Bien... - Gabriela suelta un suspiro. Toma asiento sobre la butaca larga y sienta a Sam sobre sus piernas. – esto fue un tanto largo, es todo.

- ¿No te arrepentis?

- Sabes que no.

- Mnh. – Gonzalo niega con la cabeza en la otra línea. - ¿Cómo está el?

- Mejor que nunca. - Gabriela sonríe y mira a su hijo con ternura, jugando con su cabello.

- Decile que lo extraño mucho...

- Lo haré, creo que el también te extra...

- Y a vos. A vos también te extraño muchísimo Gabriela.

Ella sonríe y baja la mirada.

- Vamos a estar bien.

- ¿Vos me extrañas?

- Por favor... por supuesto que sí Gonzalo.

- No debiste irte. No sabes cuan molesto estoy por eso.

- Te lo digo una vez más, vamos a estar bien ¿okey? No tenes de que preocuparte. Sé defenderme, lo aprendí de vos. – Gabriela aprieta a Sam contra ella y lo abraza suave.

- Ya sé... ya sé... - refunfuña en el teléfono. – pero me gusta protegerte.

- Ya lo hiciste por dos años.

Un silencio grande se abre entre los dos.

Sí... dos años... dos años protegiéndola de Tentation. De los peligros que ella misma había decidido llevar alguna vez. De toda esa mierda, convertida en mafia, que ahora la busca por no haber completado una misión.

- Oye...

- ¿Sí?

- Si Federico... si algo sale mal con él... sabes que siempre voy a estar para vos, Toscano. – traga saliva. Solo con ella había logrado hundir tanto su ego como para decirle esto a alguien. Le necesitaba. Como al maldito aire que estaba ligado para poder sobrevivir. Y estaba dispuesto a hacer lo que sea por ella, aunque Gabriela después de dos largos años, haya preferido ir en busca de Federico para enfrentarlo... que quedarse con él. – quiero que vos y Samuel estén bien, nena.

Gabriela suelta un suspiro... un viento desacomoda el cabello de Sam y lo hace desordenarse por sus mejillas. Pero aun así va lindo. Es precioso y se le parece mucho. El es la razón por la que está ahí en New York. La única razón válida que tiene para ver a Federico una vez más. Para enfrentarle tal vez por última vez. Sabe que con Tentation buscándola no tiene mucho para elegir, que aun así con la ayuda de Gonzalo la encontrarán en algún momento. Además, no quiere involucrar a su hijo en todo ese mundo de armas, dinero y gente muerta. Necesita de Federico. Necesita decirle que su hijo acaba de cumplir dos años y que le necesita, mucho... como ella.

- Vamos a estar bien. – repite Gabriela por última vez. 

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Este es el prólogo de la novela. Creanme esta temporada, les va a encantar.

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