¿Dónde mierda deje el Mustang? Lo busco con la mirada pero hay tanta gente que no puedo reconocer mi propio auto.
La cabeza me da vueltas. Tengo el alcohol tan metido que no puedo ni siquiera caminar. Pero lo hago, en busca de mi auto.Cuando lo diviso... mierda, está totalmente abollado. Tiene todas las lunas rotas. Tanto el parabrisas como las ventanas piloto, copiloto y traseras. Además, tiene una gran línea tosca que parte desde la maletera hasta la puerta piloto en ambos lados. También está abollado por ambas puertas. Destrozaron mi auto.
- ¡Mierda! – grito y unos que pasan por ahí se quedan mirándome. Pongo mis manos sobre la cabeza y me recuesto sobre la puerta del auto abollada.
No sé qué carajo hacer. Trago saliva y siento que hay alguien detrás, observándome.- Che, imbecil. – me llama uno. Volteo y hay uno de los tipos que trataron de defender a Andres.
Entonces es lo único que puedo recordar. Lo demás, todas son escenas que pasan por mi mente y no puedo asegurar que sean ciertas. Me golpea y caigo al suelo. La vista se me nubla, puedo ver mi auto abollado y al imbécil que acaba de golpearme salir corriendo de ahí... y todo se hace negro... y de pronto no hay nada más que oscuridad ante mis ojos.
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6. a.m
- ¿Señorita Toscano? - Gabriela se levantó del asiento de espera. La enfermera, joven y guapa, se acercó a ella y leyó una tabla de apuntes.
- Soy yo. – dijo nerviosa. - ¿Cómo está? ¿Qué paso?
- Mejor. Ya está consciente y... uhm... ¿es usted pariente de él? Hemos encontrado su número primero en la lista de llamas recientes. – le explicó.
- Soy su novia. – mintió y trató de no ponerse más nerviosa.
- Okey. Bueno... el paciente es en realidad uno de los más inquietos que hemos tenido aca. – renegó y negó con la cabeza.
Gabriela soltó aire. Debía ser difícil tener a Federico en un mismo lugar y encima tratar de curarlo...
- Al parecer el señor D'Elia estuvo en una de las zonas más peligrosas de New York ayer y fue víctima de un asalto. Su auto está completamente destruido y en un taller ahora, no se preocupe.
Pero sus palabras no podían calmarla. Hace unos minutos había recibido una llamada urgente del hospital diciéndole que Federico estaba inconsciente y en un estado bastante riesgoso. ¿Y le pedía que no se preocupara?
- ¿Puedo verlo?
- Sí, cla...
En ese momento, el paciente más inquieto que había tenido jamás ese hospital salió arrastrando los pies de su propia habitación.
Su pómulo derecho estaba hinchado y tenía un movimiento lento al caminar. Levantó la mirada y vio a Gabriela. Estaba enojado e irritado, se leía en su mirada. La miró y se quedó atónito. ¿Qué hacía ahí?
- ¿Ya me puedo ir? – dijo sin mirar a la enfermera.
- Sí. La verdad es que ya está mucho mejor. Esta es una lista de lo que debe tomarse. – le dijo a Gabriela y le pasó la lista de medicamentos. – tiene algunos hematomas en la espalda, pero nada que no se cure.
- De acuerdo. Muchas gracias. – sonrió Gabriela a la enfermera. Esta se retiró haciéndole una señal a Federico con la mano, la verdad es que estaba muy estresada por el comportamiento de este.
Y se quedaron solos. Después de la conversación de anoche no había nada que pudiera decirse...
- Me alegro que estés bien. – le dijo ella. Y parte de eso, en realidad todo... era cierto. Estaba bien y no había nada que le reconfortara más. Quería sonreírle. Limpiarle las heridas. Quería besarlo.
- ¿Qué haces aca? – preguntó él.
- Me llamaron porque estoy primera en tu lista de contactos. – respondió ella.
- ¿Llamaron a Roxana? – preguntó de nuevo esta vez preocupado. Roxana... debía estar enojada, irritada y preocupada...
- No lo sé.
- No quiero que le digas nada de esto. No quiero preocuparla.
- Va a enterarse, tu auto está en un taller ¿Dónde estuviste anoche? – le preguntó realmente molesta.
"Tratando de olvidarte"
- ¿Qué te importa? – levantó los hombros y caminó en dirección al siguiente pasillo del hospital, completamente vacío. ¡mierda! Ya no tenía auto... ni dinero, todo lo había gastado en esas horas de internamiento hospitalario.
- Me importas Federico y me da realmente igual que estés enojado por lo de ayer ¿entendes?
Este se la quedó mirando. Podía recordar fragmentos de toda la noche pasada... maldita noche...
- ¿Te preocupa?
- ¿El qué?
- Que esté mal.
- Sí. Mucho. Por favor deja ser tan grosero conmigo y...
Pero él había aplastado sus labios sobre los de Gabriela. Sus manos enredaron la cintura de ella suavemente y con cuidado. Los senos de ella quedaron atrapados entre el pecho de Federico. Y la besó. Sensual, intenso. Introdujo su lengua en la de ella y dejó que le tocara la espalda hasta llegar a su nuca y que pasara sus dedos por ella. Gimió. Maldita sea. Esto era mucho. Ambas lenguas hicieron contacto y fue eso suficiente para que supiera que tenía tantas ganas de hacerlo con ella. No importaba el dolor que sintiera en la mandíbula, esto era más fuerte.
El hecho de verla ahí, a primera hora de la mañana y preocupada por él le hacía enternecer tanto. Era su chica... sí vamos, claro que lo era... Gabriela siempre sería su chica, a pesar de las peleas, aun había bastante por aclarar, bastante por decirse...
Aplastó sus manos en todo su cintura e hizo que su cuerpo se frotara contra el suyo, haciéndole notar su erección. La sobó contra ella suave mientras le devoraba la boca. Todo esto era tan torturador. Solo la ropa impedía que se introdujera en su delicioso cuerpo.- Vámonos. – le dijo él. Su voz ronca delató su excitación. Sí. Quería esto. – vámonos lejos, solo hoy... quiero aclarar las cosas contigo Gabriela.
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TENTATION 3 | TOSCALIA
RomanceTentation hoy, mañana y siempre. Está es la 3era temporada del amor entre Gabriela Toscano y Federico D'Elia. Atrévete a saber si Gabriela y Federico terminarán juntos o si después de todo, tomarán caminos diferentes otra vez. *PARA LEER ESTA TEMP...