Capitulo 33

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  Roxana se fue a Madrid por un buen tiempo y de ella no se sabe mucho desde que se ese entonces. Lo mismo sucede con Gonzalo, que al colgar la llamada no dejó ningún rastro en el que Gabriela pudiera tener al menos una sospecha de donde se encontraba.

Una semana después, las cosas parecían haber mejorado. Había llegado la calma. Por fin... había llegado la calma.

- Se durmió. – Federico soltó un suspiro. Cansancio era lo que se sentía después de intentar hacer dormir a un niño que lo que menos quería era cerrar los ojos. Pero finalmente lo logro.
Ambos habían acomodado el cuarto de Sam en el cuarto de invitados que Federico tenía junto a su habitación. Era cercano, por lo que Gabriela no tuvo ningún problema en dejar a su hijo dormir ahí. Sin embargo, aún tenía problemas por las noches. En los dos días que llevaban durmiendo ahí, había tenido que levantarse en medio de la madrugada para calmar sus llantos. Y es que siempre habían acostumbrado dormir juntos.

Sí... tres días juntos... por lo pronto, Federico había insistió en que Gabriela y Samuel se mudasen con él por el tema de Tentation y los problemas que ella tenía con esa mafia. Además de querer tenerlos con él... sobre todo por eso.

- Tu hijo no se duerme tan rápido ¿Qué le diste?

- ¿Tan rápido? Pase contándole cosas y meciéndolo para que duerma, nena. – se sentó sobre el borde de la cama y ya que el calor le consumía, se quitó la camiseta blanca de dormir, para después dejarla tendida sobre la mesita de noche de su lado. - ¿no te incomoda que duerma así, no? – bromeó al mirarla boquiabierta.

Gabriela recobró la compostura y se acomodó en la cama. Curiosamente estaba cubierta de pies a cabeza.

- ¿Estás cansado?

- Un poco. – él sacó las sábanas y se metió bajo ellas. - ¿por qué? – preguntó al tenerla al lado.

- Quiero mostrarte algo. – respondió ella en un hilo de voz. Federico frunció el ceño sin entender y esperó gratamente ansioso. Se puso de costado, apoyando su cabeza en una mano. – pero no te rías ¿dale?

- Depende.

- ¡En serio!

- Okey, okey. – dijo riéndose anticipadamente. Pero al ver la mirada fría de Gabriela se le pasó de inmediato.

Ella soltó aire y agarro el borde de las sábanas para sacárselas de encima del cuerpo. Poco a poco, iba descubriendo su anatomía envuelta en lencería fina de color negro. Oh... mierda...

- ¿Qué? – ella hundió los hombros.

- ¿Por qué...

- Primero, ¿te gusta?

Por Dios, esa pregunta debía ser ilegal.

Al no escucharlo responder, optó por tomarlo como un "sí".

- Qué bueno que te guste. – sonrió al verlo ahora a él con la boca semi-abierta y mirando su bonito encaje negro que cubría sus senos. Estaba bastante... bastante sexy. Ese hilo dental cubría su feminidad lo suficientemente poco como para abrir paso a la nada sana imaginación de Federico. Este tragó saliva y respiró entrecortado. Era demasiado poderosa. - ¿Fede?
- Te queda muy bien.

- Gracias, voy a sacármelo.

- ¡¿Qué?! – preguntó él alarmado.

- Vas a despertar a Sam...

- Es que...¿Qué? ¿solo te lo pusiste para mostrármelo y dejarme con las ganas?
Ella no pudo evitar ruborizarse.

- ¿Con las ganas de qué? – preguntó fingiendo inocencia.

TENTATION 3 | TOSCALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora