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Estuve acá en varias ocasiones. Cuando Tentation le asignaba una misión en París, este era su lugar de refugio. No era conocido por nadie, más que por él, Martín, Gonzalo y Sebastian. Incluso todavía olía a crimen, a dinero puro, a acción, a lívido y a mucha adicción.
El lugar llevaba a cabo en uno de los barrios menos visitados por los turistas en pleno París. Un edificio viejo, donde todos conocían a todos y todos sabían a lo que se enfrentaban si soltaban alguna palabra sobre lo que veían. Gabriela también estuvo ahí en una ocasión, después de ser rescatada por Federico en pleno robo de un banco. El aire se le hacía bastante conocido, tenía la misma pinta, pero había muchas cosas sobre esa habitación de las que todavía no tenía conocimiento.Mientras fumaba un Derby, sin el consentimiento de Gabriela, abrió una puerta ubicada al costado de la habitación principal. Parecía más bien un almacén pequeño. Al lado izquierdo, se desprendió a su costado una cuerda metálica. Tiró de ella y encendió una bombilla de luz que alumbró todo el pequeño cuarto.
Federico soltó humo.
- ¿Qué es todo esto? – preguntó Gabriela, aún sin poder encontrar respuesta a lo que sus pensamientos trataban de argumentarle.
- Todo lo que hice durante cinco años. – el humo le acarició el rostro. Miró con una pizca de orgullo todo su trabajo acumulado. Cada misión estaba archivada. – no será difícil robar si tenemos todo esto.
Gabriela observó detenidamente. No podía comprender mucho, pero había varias cosas de las que veía que le proporcionaban escalofríos. Una de ellas, era la tira de fotos que había de muchas personas en diferentes ángulos. Cada paso calculado. Cada biografía escrita en distinta caligrafía. Era todo tan... perturbador.
Él se volteó a mirarla.
- No quise asustarte, ya viste esto una vez.
Gabriela asintió. Sí... lo había visto, justo en el mismo día en el que había descubierto a Federico.- No estoy asustada. – negó, ¿estaba mintiendo? – es solo que... no puedo creer que vayamos a hacer esto juntos.
Él bajó la mirada.
- Es difícil de creer. – volvió a soltar humo.
- Deja de hacer eso, por favor. – pidió Gabriela, acercándose a él y entrando por fin al pequeño almacén. Por dentro, pudo darse cuenta que no era tan diminuto como pensaba. Tenía bastantes cosas, bastantes planos, bastantes archivos. Además de cosas que no entendía por qué se encontraban en ese lugar, como aquel espejo grande que se extendía frente a los dos.
Gabriela abrió los ojos de inmediato, sobresaltada, no lo había visto antes. Se quedó observando la escena que se desprendía de ese cristal por varios minutos. Mirándose a ella, y a él, que fumaba a gusto muy cerca. Sin embargo no se detuvo en su búsqueda, algo en su interior le llamó mucho la atención, una caja ubicada justo en frente de ella le avisaba que sería peligroso. Pero el peligro no era algo que le asustara después de haber vivido tanto. Trajo la caja hacia ella, y observó entreabriendo los labios lo que había dentro de ella.- Si vamos a hacer esto, tenemos que hacerlo bien. – soltó humo una vez más, cubriendo la garganta de Gabriela con él. Ella levantó la mirada, observando como el humo la llenaba y sin entender cómo, dejo de molestarle el maldito olor. – agarra una. – le pidió, acercando su cuerpo al de ella, tanto que ahora podía ver lo mismo que Gabriela. Esta asintió. Su mano derecha entró en la caja y sacó de ella un fusil de calibre doce. Jamás había tenido uno en sus manos. – exacto, cariño. – le besó una oreja, Gabriela cerró los ojos con delicadeza. El aliento de Federico le adormecía. – recuerda que vamos a hacer esto por Samuel. – susurro en su oreja, haciendo que Gabriela abriera los ojos al escuchar el nombre de su hijo. Sus facciones cambiaron. Endureció los pómulos. Y estaba ahí una vez más. Esa Gabriela que hace muchísimo tiempo no volvía, pero que estaba acechante, esperando el momento en el que abrieran su celda. – mírate, podemos hacer esto. – pidió la voz ronca de Federico. Inhaló humo y el espejo reflejó lo que ambos podían crear si se mantenían juntos. Un peligro inigualable. Más fuerte que nada. Más fuerte que nunca. Una Gabriela que sostenía un fusil cargado y que tenía ganas de cobrar venganza por lo que había sucedido con su mejor amigo, y por las incontables amenazas a las que había estado sometida.
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TENTATION 3 | TOSCALIA
RomanceTentation hoy, mañana y siempre. Está es la 3era temporada del amor entre Gabriela Toscano y Federico D'Elia. Atrévete a saber si Gabriela y Federico terminarán juntos o si después de todo, tomarán caminos diferentes otra vez. *PARA LEER ESTA TEMP...