TENTATION 3 | TOSCALIA

Capitulo 6

  La noche se vino muy rápido. Hoy es el primer día de Gabriela en Houston. Una de las tías de Adriana es dueña de esa cafetería y esta le pidio de favor que acepte a Gabriela entre el personal.

Y no tiene de qué quejarse. Gabriela siempre fue aplicada en cualquier faena y esta no era la excepción.

Por suerte hoy acababa el primer día. No había nada que le motivara más que saber que iba ver a Sam después de todo el día. La decisión de dejarlo con Adriana mientras ella trabaja en Houston le había costado toda una noche en aceptar. Pero no tenía otra opción. Por ahora debía aceptar cualquier propuesta de trabajo que le ofrecieran. No había mucho que pensar. Lo tomaba o lo dejaba. Pero vaya... cuanto le costaba... separarse de ese niño...

El celular de Gabriela empezó a sonar. Esta se sacó el mandil que aun traía puesto y lo dejó sobre la encimera de la gran cocina de la cafetería.

- ¿Hola? – contestó bajito.

- Hola ¿me extrañas?

- ¿Qué puedo hacer por vos,  Pastorin? - Gabriela negó con la cabeza y se lo imaginó sonriendo en ese momento.

- Puedes hacer muchas cosas por mí.

- ¿Sí?

- Sí nena. No tienes una idea.

- Estoy trabajando ahora.

- ¿Qué? - Gonzalo enarcó una ceja. - ¿Dónde? ¿Y Samuel?

- Al frente de mi edificio. – Gabriela soltó un suspiro al escuchar el nombre de su hijo. – Sam se quedo con Adriana.

- ¿Quién es Adriana?

- Una amiga.

- ¿Por qué?

- No podía rechazar este trabajo.

- ¿Desde cuándo conoces a esa... amiga?

- Por Dios, es mi amiga de la preparatoria, no va a pasar nada ¿dale? Te dije que cuando vea algo fuera de lo normal te lo diré.

- Ya lo sé. Sos imposible, te dije que Tentation está en todas partes Gabriela.

Y tenía mucha razón. Pera ella nunca dejaría de odiar cuando la reprendía como a una niña pequeña. Maldición, ¡que no lo era más! Sabía cuidarse sola. A ella y a su hijo.

- ¿Podríamos hablar tranquilamente? - le preguntó suavizando la conversación. - Te extraño Gonza. Extraño hablar con vos. – su dulce voz hizo contacto con el poco humor de Gonzalo, cambiándolo completamente.

- También te extraño nena. – le respondió con sinceridad. – solo quiero que estén bien...

- Y así es. – le tranquilizó.

- ¿Sabes algo de Federico? – preguntó él, incómodo... muy incómodo realmente.

Gabriela abrió más los ojos.

- No. – mintió.

Gabriela guardó silencio celebrando muy dentro de sí.

- Quiero decirte algo. – se apresuró a decir él, antes de que Gabriela pudiera decirle algo. Cerró los ojos con fuerza al otro lado de la línea y se llenó de valor. No podía seguir guardándose todo esto por más tiempo.

- ¿Qué? – preguntó Gabriela animada.

Alguien irrumpió en la cocina.

- ¿Gabriela? – le llamó Christina, la pelirroja de veinte que también trabaja en el mismo turno con ella.

Gabriela se apartó el celular.

- ¿Qué sucede? – le preguntó amable.

- Alguien te está buscando afuera.

- ¿A mí? - Gabriela enarcó una ceja. ¿Quién podría estar buscándola a estas horas?... de pronto muchas ideas pesimistas se le vinieron a la cabeza. . Podía ser Adriana. ¿Y si algo le había pasado a Sam? Su corazón empezó a latir con fuerza y toda la sangre se le subió a la cabeza, colgando la llamada de Gonzalo, guardando el móvil y corriendo hasta el comedor de la cafetería.

Pero al llegar, lo único que pudo encontrar fue a una mujer posicionada en una de las mesas. Una mujer que le llamó la atención e incluso se le hizo conocida. Entonces, la noche de ayer se le vino a la mente. Claro, era ella. La rubia estirada al lado de Federico. La misma que besó y apretó de la cintura. Y casualmente, la misma que Gabriela hace dos años puso en su lugar. Al ver su rostro recordó exactamente las palabras que había utilizado con ella aquella noche en el club de Jazz de Atlanta: "Gabriela Toscano, mucho gusto, la novia de Federico."... lo interesante, era que ahora lo roles habían cambiado.