Todo en el cuarto se escucha tan silencioso, de hecho, toda la pequeña ciudad se escucha tan silenciosa.
Es entonces cuando me pregunto si alguien más vivirá en este piso. Claro que sí, deben vivir más, son más de seis plantas.
Algo me llama la atención del manual; en el índice. "El cruce de las fronteras, un peligro que no debes correr" está en la página cuatrocientos treinta y dos, el manual tiene quinientas páginas aproximadamente, es casi lo último. Me apresuro a leer el primer encabezado del índice. "Tu labor" así que me dirijo al primer tema, en los primeros párrafos me explica de las corporaciones. Son cinco: corporación de Alimentos, de Textiles, de Tecnología, Investigación y Ciencia, por último Seguridad.
Explica que las corporaciones fueron creadas con un fin, en cada corporación existen Teorizantes, Pragmáticos, Empíricos y colaboradores, se diferencian y clasifican por edades y color de vestimenta.
Tiene como fin, no tanto el empleo, si no en hacer personas de provecho, al hacer esto se han dado cuenta que la delincuencia y holgazanería se ha ido acabando, gracias a que han ayudado a hacer personas más productivas y no vagas.Mi cabeza comienza a doler, mis ojos se empiezan a cerrar, dejo a un lado el manual y me acurruco abrazando mi almohada. Caigo en profundo sueño.
--------------------
Estoy en una especie de jardín, en un columpio de llanta, siento el aire en mi rostro.
El árbol de donde estoy balanceándome es frondoso, pero todo parece más bien un campo. Los rayos del sol de pronto penetran por los huecos de las ramas y hojas, levanto mis pies; son pequeños, mis zapatos negros con un moño. Me miro una mano y también es pequeña, en un instante, escucho una voz femenina, gritando desde una casa un tanto alejada.—¡Yin! es hora de comer nena, ven aquí.
No alcanzo a ver quién es, pero si percibo una silueta de una mujer, esbelta y con cabellos rizados. Lleva puesto un vestido lila... la curiosidad me carcome, pero me emerjo por simple instinto; bajo del columpio y me dirijo hacia esa mujer, el sol no me permite distinguir más, comienzo a sentirme pesada y agotada, mi cabeza empieza a dolerme, de pronto caigo y de la inercia del golpe abro los ojos.
-----------------------No tengo reloj, pero todo sigue oscuro, la cabeza me zumba y tengo que correr al baño a vomitar, no me había dado cuenta de lo mucho que me estaba doliendo la cabeza. Busco en las gavetas del baño algo para el dolor, por suerte encuentro Aspirinas, tomo un vaso que está sobre el lavabo, me sirvo agua de la llave e introduzco la pastilla en la boca, su sabor es repulsivo, solo hago una mueca y regreso a la cama, esperando que el dolor pase enseguida.
Mi estomago sigue revuelto, así que lo presiono un poco, solo tengo que esperar a que esto pase, me consuelo.
Unos minutos más y el dolor disminuye, pero algo nuevo aparece, una duda más, "¿quién era la mujer de mi sueño? me llamó Yin."
Se me vuelve difícil conciliar el sueño, así que solo me quedo en la cama, pero ahora el hambre se adueña de mi, así que me dirijo hacia la cocina, hay cereal y leche, eso como.
En la ventana comienzo a ver ese pequeño lucero, ya está amaneciendo, me apresuro a terminar mi cereal y me voy a vestir.Debo presentarme en mi sede, me duele el estómago de los nervios y angustia, no sé qué esperar, es solo trabajo, lo único que debo hacer es leer, esa es mi aportación con la sociedad, leer "¿Siempre me ha gustado hacerlo?" yo creo que sí, por algo me asignaron aquí.
Arreglo mi cabello para después dirigirme a la puerta, enseguida camino hacia el elevador, hay muchas personas saliendo desde temprano, bajando y charlando. Todos tenemos un prenda azul por supuesto, no me sorprende, ya lo leí.
Llego a la planta baja y salgo del edificio, toda des ubicada y desorientada me pregunto qué camino debo tomar; no recuerdo haber leído la dirección.

ESTÁS LEYENDO
Recordando
Science FictionRecobrar la memoria jamás había sido tan peligroso, pero la verdad, es la que más dolerá. Atrapada por las dudas, Yin, despierta en un hospital sin recordar absolutamente nada de lo que era su vida y de quién era ella. De un momento a otro comienz...