Capitulo 6

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En la tina pude relajarme bien, una vez que salgo, cepillo mis sientes después de cepillar mi enmarañado cabello, unto la crema para después vestir mi camisón.

Estando ya en la cama me pongo a pensar en todo lo bueno y malo que fue mi día, y pensándolo bien, no sé de qué estaba preocupada, creo que resistiré, debo hacerlo, no hay opción.

Mis ojos se tornan pesados, me tapo bien con mi colcha y me dejo hundir en el más profundo sueño.

                           ***

Estoy en el mismo campo que el del sueño pasado, esta vez, a lo lejos puedo ver siluetas, tres si no me equivoco, conforme voy acercándome puedo darme cuenta que son de tres hombres, aunque solo uno de ellos es más alto que los otros dos. Ellos están detrás de una casa, yo camino, apresurándome hacia donde están, uno de ellos voltea primero, enseguida los otros dos. El primero que volteo es esbelto, con un cuello largo y cabellos castaños claros, los segundos tienen el cabello más oscuro, como el mío; no recuerdo quiénes son, me miran preocupados, asustados, es un momento incomodo para mí.

—Yin, ¿qué ocurre Cariño? —Dice el hombre más alto y de mayor edad, acercándose a mi.

Yo retrocedo de la impresión, los otros dos chicos son jóvenes, pero eso no me da la confianza necesaria para preguntar quiénes son, así que voy retrocediendo al mismo tiempo que el hombre se va acercando.

—¿Qué te ocurre nena?, ¿estás bien? dice juntando sus cejas.

—Yo...

No puedo decir nada, un nudo se forma en mi garganta haciéndome reaccionar y salir corriendo de allí, al mirar atrás, ya no estaban, lo cual me dio aún más temor, tropiezo con una raíz larga de pasto y caigo.

Doy un respingo en la cama, me levanto con la respiración un poco agitada, raramente, me duele otra vez la cabeza.

Nuevamente estaba oscuro, estaba pasando otra vez.

—¡¿Pero qué rayos me pasa?! —levanto la voz frustrada.

Me dirijo al baño y después no dudo en volver a tomarme una Aspirina.

Vuelvo a la cama y luego de dar miles de vueltas me relajo, aunque mi cabeza no. Sigue zumbando y pensando en el sueño "¿Quién era ese hombre? o más bien ¿esos dos chicos y el hombre?"
Otra vez, estaba amaneciendo ya.

Salgo de la cama y me visto, me aseo y voy a la cocina a prepararme un emparedado de crema de maní, al verme en el reflejo de una ventana pude percibir mis ojeras.

—¡no es cierto! —froto mis ojos y me dirijo al baño.

En el espejo del baño reafirmó mis medias lunas púrpuras.

—Bueno, creo que tendré que buscar en algún libros, cómo quitar estas cosas.

Aliso mi cabello y me dirijo a la salida, curiosamente Rosie ya me esperaba, debo admitir que eso me alegraba, no me sentía tan segura aún, mucho menos despertándome estas dos noches por todos esos sueños que me abrumaban.

—Vaya, qué traes en esos ojos Yoselin —se escuchó medio en broma y medio en pregunta.

—No lo sé, no he podido dormir del todo bien.

No sentía que debía confiarle lo que me estaba pasando, al menos para mí era perturbador, estar soñando con esas personas que hasta el momento no los había visto, ni tengo idea de quienes son.

—¿Insomnio, tal vez? —sugiere Rosie.

—Créeme que no lo sé —resoplo.

—¿Algo te preocupa Yoselin? puedes decírmelo —su rostro mostraba que lo decía muy enserio.

RecordandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora