Capitulo 13

13 3 0
                                    

Al abrir mis ojos, me siento reconfortada de haber descansado toda la noche.  Viene a mi mente los nombres. Me levanto enseguida a buscar donde anotar, salgo por el pasillo buscando mi bolsa donde guarde mi libro, dentro de él dejé mi hoja con mi lapicero. Anoto Prat-nosotros. Sigo haciendo memoria, tratando de recordar el nombre que mencionó el chico. Anoto Malvavisco. Lo recuerdo, anoto Julen.

Me apresuro para llegar a tiempo para contarle a Rosh, esta vez no espero a Rosie. Llego enseguida al lugar de Day.
—Day, ¿donde está Rosh? —digo jalando aire.

—¿Y a ti qué te pasa? —pregunta desconcertado.

—Él me pidió algo, debo verlo —explico con rapidez.

—Esta allá arriba —hace una seña con su pulgar.

—Muy bien, gracias —digo.

—Ajá como digas —escupe.

No le hago caso y subo las escaleras, hay un chico ahí.

Él me mira con curiosidad.

—¿Has visto a Rosh por aquí? —le pregunto con cautela.

—Escuché que estaban llegando nuevos, debe estar allá —responde.

—¿Nuevos qué, perdón? —pregunto, tratando de captar.

—Nuevo personal, tal vez no tarde —expresa, moviendo la cabeza y volviendo hacia los libros.

Bajo desconcertada, ¿Por qué me mintió Day? creo que debo tranquilizarme, tiene razón el chico, en cualquier momento va a aparecer Rosh.

                          ****
Pasaban las horas y Rosh no aparecía, a la hora de tomar un descanso se acerca Rosie.

—No me esperaste —reclama.

—¿Es un reclamo? —la miro juntando mis cejas.

—Por supuesto, me había preocupado, subí a verte pero, después pregunte, te habían visto salir ya, llegando aquí confirmé, que sí, ya estabas aquí — se cruza de brazos.

—Discúlpame, yo en verdad quería esperarte, pero.

—¿Pero? —me busca la mirada.

—Tenía miedo en que volviera a pasar lo de mi casillero —invento.

Mentía. El no poder contarle lo que me pasaba, estaba empezando a molestarme, creo que comenzó desde que Rosh me advirtió que no debía decírselo a nadie, era como tener un secreto y cada que alguien me miraba sentía como si supieran que tenía algo escondido que compartía de algún modo con Rosh. Esto apenas comenzaba, podía sentirlo, era como oler algo que estaba pasando a kilómetros.

—¿Segura que es solo eso? —su cara de insatisfecha es la que me ponía de nervios.

—Sí, segura —digo.

—¿No lo habían solucionado ya? —cuestiona.

Tomó un pan tostado y me sirvo una taza de té.

—Aún no he tenido respuesta, es mejor prevenir que volver a lamentar ¿no crees?

—Sí creo que sí —responde Rosie, tomando también un pan y remojandolo en mi taza, frunzo el ceño y se la aparto. Ella solo ríe.

Al pasar las horas; suena la alarma. Salgo a comer con Rosie, esta vez otra chica nos acompaña.

—Ray nos acompañará, no hay problema ¿cierto Yos? —pregunta Rosie.

—Para nada, por mí, encantada —hago una rápida sonrisa.

RecordandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora